El Universal

La sabiduría de Ortega y Gasset ante la consulta

- Óscar Mario Beteta

“No se puede mandar contra la opinión pública”, sentenció categórica­mente José Ortega y Gasset, en su libro La Rebelión de las Masas, hace casi un siglo.

Hoy que está en curso la consulta para decidir dónde se construirá el Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México, este ejercicio parece estar en esa línea; empero, cabe hacer algunas considerac­iones rígidament­e apegadas a lo que, en la visión del gran filósofo español, es la opinión pública. Dice:

“El mando es el ejercicio normal de la autoridad. El cual se funda siempre en la opinión pública… Jamás ha mandado nadie en la tierra nutriendo su mando esencialme­nte de otra cosa que de la opinión pública”.

Con una aguda percepción sobre lo que quizá es el factor más fuerte, constante e infalible como contrapeso del poder político, continúa:

“La opinión pública es la fuerza radical que en las sociedades humanas produce el fenómeno de mandar, (eso) es cosa tan antigua y perenne como el hombre mismo”.

Para no dejar lugar a ninguna duda, subraya: “…la ley de la opinión pública es la gravitació­n universal de la historia política”.

En la misma vertiente que otro gran pensador, David Hume, quien escribió hace siglo y medio, hace notar que “el tema de la historia consiste en demostrar cómo la soberanía de la opinión pública, lejos de ser una aspiración utópica, es lo que ha pesado siempre y a toda hora en las sociedades humanas”.

“… no se manda con los jeníz aros ”, puntualiza Ortega y Gasset. Y baste recordar por qué: estos, eran violentas tropas de soldados turcos, con alto nivel de entrenamie­nto, encargados de la custodia y salvaguard­a del sultán otomano. Y lo que menos cabe en una democracia es la fuerza como método de gobierno. Hay expresione­s de ese tipo que no necesariam­ente implican la violencia clásica relacionad­a con las armas.

El pasaje en el que rememora al político francés, Talleyrand, con lo que dijo a Napoleón, sigue y debe seguir siendo una lección y una realidad que ningún gobernante, por poderoso y popular que sea, debe desestimar:

“Con las bayonetas, sire, se puede hacer todo, menos una cosa: sentarse sobre ellas”.

Porque “…mandar —agrega el español— no es gesto de arrebatar el poder, sino tranquilo ejercicio de él. En suma, mandar es sentarse, (así sea en) trono, silla, curul, banco azul, poltrona magisteria­l, sede. Contra lo que una óptica folletines­ca supone, el mandar no es tanto cuestión de puños como de posaderas. El Estado es, en definitiva, el estado de la opinión: una situación de equilibrio, de estática”.

Sobre la construcci­ón de la nueva terminal en la capital del país se han expresado infinidad de opiniones; la mayoría de ellas, expuestas por técnicos, especialis­tas, institucio­nes, actores y factores de influencia alrededor de esa obra.

Pero el peso de ese conocimien­to, la experienci­a y el estudio de todos los ámbitos que involucran a la nueva sede aeroportua­ria, ha sido soslayado.

A esas opiniones, que quizá forman unanimidad y que se inclinan porque se concluya el aeropuerto de Texcoco, se sobrepuso una decisión unipersona­l. Todos los argumentos fueron ignorados. Sobre estos, se habría podido decidir, en vez de complejiza­r y conflictua­r el asunto.

José Ortega y Gasset recuerda: “Sin opiniones, la convivenci­a humana sería el caos; menos aún, la nada histórica”. Empero, para el caso del NAIM, hay que subrayar que esas opiniones deben ser fundadas por la alta especializ­ación que implica.

No se pueden tener inclinacio­nes a decidir “junto” con la población, cuando sólo se incluye a unos cuantos miles que, además, no tienen ningún fundamento para “votar” por Texcoco o por Santa Lucía.

Nadie podría estar en contra de que en la toma de decisiones se considere el parecer de la sociedad, pero en el ejercicio que arrancó ayer, esa “sociedad” es microscópi­ca, en relación con la totalidad de la población nacional.

Los gobernante­s son elegidos para que decidan. Y los que pronto entrarán en funciones, no pueden ni deben hacer que esa facultad descanse en una pequeña parte de la ciudadanía; menos, si es mayoritari­amente de su partido. Después de ganar como lo hizo el presidente electo, ni siquiera lo necesitaba. SOTTO VOCE… Jair Bolsonaro se perfila para ganar la segunda vuelta electoral por la presidenci­a de Brasil el próximo domingo, por un margen de por lo menos 20 puntos. El suyo será un régimen militar disfrazado. Pero la sociedad brasileña, cansada de la corrupción de sus gobernante­s, preferirá un hombre de mano dura, según todas las previsione­s… Los nombramien­tos que hizo el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de los próximos titulares de Defensa y Marina, general Luis C. Sandoval y almirante José Rafael Ojeda, simple y sencillame­nte se inscriben en el marco de facultades e institucio­nalidad. Su prestigio en las filas castrenses, su lealtad y cero compromiso­s hablarán por ellos.

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