Incendio de fábrica dañó 13 departamentos
• Los afectados esperan indicaciones para saber si pueden regresar a sus hogares
Dolores de la Rosa, de 60 años, espera sobre la calle a que un perito le diga si presenta un daño estructural el departamento donde ha vivido 20 años. “No nos han dejado sacar nada hasta que venga el Ministerio Público y los peritos para determinar si el edificio es habitable o es pérdida total”.
El lunes por la tarde una fábrica de alcohol, justo a un lado de la unidad habitacional en Atlampa, explotó.
Todos los que se encontraban cerca lograron salir de sus casas, incluso ella, porque desde una ventana del baño vio las primeras llamas: “Estaba adentro, iba a cortarle el cabello a mi esposo… pero se me ocurrió ir al baño y por la ventana vi cómo empezaban a subir las llamas; subí a la zotehuela a cerrar la llave del gas y le grité a mi esposo que trajera la maletita de papeles, bajé el switch de la luz”.
Ella y su marido bajaron por las escaleras “cuando escuché las primeras explosiones, en la segunda estábamos en la calle… la del cilindro más grande ya estábamos en la calle Fresno, todos nos echamos a correr porque hasta allá se sentía la lumbre”.
En un censo que realizó la alcaldía Cuauhtémoc se contabilizaron 13 departamentos afectados.
Dolores pudo regresar ese lunes por la noche a su departamento. Vio cristales rotos y sus muebles quemados. En su cocina quedaron inservibles los trastes que recién compró y 2 mil pesos en mercancía que vende en el comercio informal.
Mientras ella esperaba que los peritos le permitieran entrar a su departamento, Paola Aceves, directora de Seguridad Ciudadana y Protección Civil, y Alejandro Tenorio, director general de Desarrollo y Bienestar, conversaban con las familias afectadas y les explicaban el proceso de revisión.
Los funcionarios aseguraron que el daño de los departamentos no es estructural, sino en recubrimientos. Tenorio detalló que la instalación eléctrica estaba afectada, por lo que habían solicitado a la aseguradora de la fábrica que se hiciera cargo de ello.
Se abrieron dos albergue s para los vecinos, como Graciela Rangel ,“estoy durmiendo ahí, no tengo adónde ir ”.