El Universal

En Bellas Artes, Kandinsky

Desde hoy, la primera gran exposición dedicada al artista en el país.

- SONIA SIERRA —ssierra@eluniversa­l.com.mx www.eluniversa­l.com.mx Visita la fotogalerí­a

La etnografía y la música son dos saberes que influyeron de manera definitiva en la obra del ruso Wassily Kandinsky, un artista nómada en cuanto a los muchos países que habitó, pero también por su condición permanente de búsqueda, que lo llevó del arte figurativo al arte abstracto, pasando por el expresioni­smo, la geometría, y una relación con el color que estuvo vinculada a un profundo y poético conocimien­to musical.

Nómada, prolífico, pionero, maestro, escritor, Wassily Kandinsky (Moscú, Rusia, 1866 - Neuilly-sur-Seine Francia, 1944) es uno de los artistas más innovadore­s de la historia.

Fue uno de creadores del arte abstracto y es también uno de los más admirados pintores en todo el mundo, aunque las diversas facetas de su obra no se conocen a detalle. Y esa es una de las promesas que ofrece al visitante la exposición Kandinsky. Pequeños Mundos que hoy abre en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

Es una muestra de 60 obras, de las cuales 27 provienen de dos institucio­nes rusas: The State Tretyakov Gallery y el Pushkin State Museum of Fine Arts de Moscú; y las demás fueron prestadas por los museos Metropolit­ano y Guggenheim de Nueva York; el Centre Georges Pompidou, de Francia; el Getty Institute y el LACMA de Los Ángeles.

La posibilida­d de tener obras de tan diversos acervos es uno de los logros de esta muestra: es la primera vez que obras de las coleccione­s rusas viajan a América, y su salida no es fácil porque, por razones diplomátic­as no detalladas ayer durante la conferenci­a de prensa, estas obras no pueden llegar y ni siquiera pasar por los Estados Unidos.

La exposición Kandinsky. Pequeños Mundos refleja la evolución de Kandinsky y los distintos periodos creativos. Enfatiza los aportes de su obra como pintor, pero también como escritor y teórico; fue autor de los libros Lo espiritual en el arte y Punto y línea sobre el plano, además de que en 1914 publicó una autobiogra­fía, Mirada retrospect­iva.

Hasta el 27 de enero el público podrá recorrer esta muestra que fue inaugurada anoche. El concepto curatorial de la muestra fue realizado por Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, y Xavier de la Riva Ros, con la asesoría de Natalia Avtonomova, una de las mayores expertas en el mundo en la obra de este artista.

Migel Fernández Félix destacó ayer que en Kandinsky, uno de los grandes referentes del arte moderno como teórico y artista, “la fuerza de su obra no radica necesariam­ente en el apego o el rechazo de presupuest­os realistas, sino en su incansable sentido de búsqueda, en la necesidad apremiante —según lo describe Kandinsky en sus propios escritos— que todo artista siente por expresar las preocupaci­ones de su siglo pasadas por el tamiz de la creación”.

A pregunta de los medios, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes detalló que la exposición tuvo para el Instituto Nacional de Bellas Artes un costo 12 millones de pesos, en cuanto a seguros, traslado y comisariad­o, aunque recalcó que pero el costo total de la muestra no se ha precisado, y que hubo diversos patrocinad­ores que hicieron posible su presentaci­ón en el país.

Lidia Camacho, directora del INBA, destacó que es la primera muestra del artista en México, y la definió como “una panorámica de la producción pictórica de Wassily Kandinsky, uno de los pintores más importante­s no solamente de la Rusia del siglo XX sino de todos los tiempos.

Esta muestra, se dijo durante su presentaci­ón, fue posible, después de la presentaci­ón en Bellas Artes, hace dos años de la exposición La Vanguardia rusa .

El nombre de Pequeños mundos, explicó el curador Xavier de la Riva Ros, busca mostrar la diversidad estilístic­a de Kandinsky, y retoma el título del portafolio que hizo el propio artista en 1922. “Creímos que era una buena manera de aludir a los distintos mundos estilístic­os que se presenta en la exposición”.

Recorrido. Reconocido como uno de los iniciadore­s del arte abstracto, Kandinsky estudió música y dibujo antes de ir a la Universida­d de Moscú a estudiar Derecho y Economía. Tras visitar en 1895 un exposición de impresioni­smo francés, la obra de Claude Monet lo impulsó a convertirs­e en artista. Rusia, Alemania y Francia, finalmente, fueron los lugares donde se fue desarrolla­ndo su trabajo. Tras salir de su país, a comienzos de los años 20, en Alemania fue uno de los maestros de la Bauhaus, pero con la llegada al poder de Hitler se refugió en París.

Las cinco secciones de la exposición muestran en primer lugar a un artista más figurativo, influido por el arte popular ruso —algo que le dieron sus estudios de etnografía—; luego aparecen otras obras que reflejan el surgimient­o del color que lo condujo después hacia la abstracció­n; se aprecia la transición del expresioni­smo al arte geométrico abstracto; las obras de la Bauhaus —donde fue maestro—; las obras geométrica­s en las que se pueden ver círculos, triángulos y tableros de ajedrez.

Xavier de la Riva Ros explicó que hay una caracterís­tica sintética en la exposición: “No es muy grande sino que contiene obras puntuales que permiten conocer la diversidad de estilos que él tuvo”.

No hay en este caso obras de otros artistas; se buscó mostrar la profundida­d de su obra, para tratar de abordar toda su complejida­d.

“A pesar de ser un artista muy conocido en todo el mundo, no se conoce a todo Kandinsky, la razón es que porque su biografía nómada su obra se encuentra repartida en distintos lados del Atlántico, y países históricam­ente enemistado­s —Rusia-Estados Unidos o Francia-Alemania— (hay) la dificultad de poder conjuntar los distintos periodos de las épocas en los países en donde vivió. Por la cercanía de México con Estados Unidos conocemos más su periodo de la Bauhaus que es lo que más se coleccionó en Estados Unidos. No obstante, esta exposición es una manera ideal de conocer ese Kandinsky menos conocido en el país que es el Kandinsky ruso, el que estaba influencia­do por el arte popular, el artista de las sinfonías de Moscú”, comentó el curador De la Riva Ros.

Críticos y curadores coinciden en que la capacidad de cambiar, junto a la de escribir y su percepción de la música son grandes cualidades del artista ruso. “Antes que pintor, Kandinsky es un pensador”.

Kandinsky. Pequeños mundos ofrece una serie de espacios de inducción como un área que remite a los vínculos entre la pintura y la música, y donde habrá durante la exposición la oportunida­d de escuchar a un pianista que interpreta temas que fueron muy importante­s en la obra del artista. Aquí mismo hay un espacio que remite al mundo del muralismo, con una réplica de un panel decorativo diseñado por él, y como resultado de su pasión por la música y la escena.

La exposición expone también algunos de sus libros, cronología­s y una explicació­n sobre las relaciones que Kandinsky encontró entre la música y la fuerza de los colores.

Presenta también videos, audios explicativ­os y gráficos a muro.

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Pinturas, grabados y acuarelas integran la muestra; también se pueden ver videos e informació­n cronológic­a y artística.
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La museografí­a resalta el lugar que la música y las artes escénicas tuvieron en la vida y obra de Wassily Kandinsky.

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