CLÁSICO Y MODERNO
La marca, que empezó fabricando calzado, se ha convertido en un emporio de ropa, accesorios y fragancias Charlando con... Kenneth Cole
Los básicos para Kenneth Cole Unos zapatos que se vean geniales pero que sean cómodos, una chamarra de piel y un reloj funcional, pero moderno.
Hace tres décadas, antes de que el fenómeno de las tiendas pop-up fuera siquiera un concepto para alguien, Kenneth Cole pidió prestado un camión, lo estacionó en una calle elegante de Nueva York y empezó a vender sus zapatos. Rememorando sus inicios, sonríe viajando en la memoria de su rebeldía, y con pantalones de mezclilla y una casaca deportiva negra, representa a la perfección el espíritu que aún mantiene su marca: no hay estridencias, ni logomanía; transitando un poco en contracorriente de las tendencias. Sin embargo, sus prendas bien llevadas, dibujan el entrañable sportwear americano que sobrevive a las temporadas y los cambios de tendencias y estilos.
Conversamos con el diseñador estadounidense sobre sus planes futuros para el mundo, y México, donde espera ampliar su presencia, con más líneas, en más puntos de venta, incluyendo El Palacio de Hierro.
¿Es tu primera vez en México?
Había estado en México, pero es mi primera vez en la Ciudad de México, y estoy casi avergonzado de admitir esto, porque es tan importante a nivel global, y en muchos niveles. Me siento muy inspirado de estar aquí.
¿Qué opinas de la moda y sus consumidores en Latinoamérica?
Aquí todo es más colorido, más vibrante, tal vez más que en Nueva York o en otros mercados. México marca el ritmo para el resto de los mercados de Latinoamérica. Pero hoy todos estamos conectados. Todos son su propia marca: son muy críticos y reflexivos sobre quién tendrá acceso a ella, sobre cómo curar su contenido. En la medida en que podamos ser parte de la expresión personal de los consumidores, es un halago para nosotros y algo que buscamos.
En retrospectiva, ¿qué fórmula aplicas para mantener tu marca relevante?
Me pongo en los zapatos de los clientes con la esperanza de que ellos quieran ponerse en los míos. Trato de entender no solo lo que usan en su cuerpo, sino lo que piensan; no solo lo que hay en mis tiendas, sino también lo que hay en otras boutiques y en sus armarios. Los clientes no vacían su clóset después de la temporada y vuelven a empezar, así que buscamos complementar eso que ya está en su guardarropa. Es lo que hace a esta industria
muy emocionante, pero también muy difícil. En 35 años nunca he hecho algo igual dos veces, porque todo es siempre diferente. Los productos y las personas cambian.
¿Cómo describes entonces la filosofía de la marca?
Clásica y moderna. Por definición, moderno quiere decir “del momento”, y a menudo tomamos clásicos y les infundimos tecnología para incrementar su comodidad y facilidad de uso. Ponemos elementos que facilitan el estiramiento, el control de la temperatura, el confort en las telas y en las plantillas de los zapatos. Yo no uso nada que sea incómodo, no importa cómo se vea. Nuestra marca se trata de fusionar estilo con función.
¿Y al hombre y mujer que usan Kenneth Cole?
Son conscientes de que son relevantes y sofisticados. Entienden la necesidad de que forma y función coexistan. Son trabajadores que asumen responsabilidades y aprecian el estilo. Se trata de habilitar y empoderar a la persona. Me gusta decir que mi fragancia no llega antes que tú, ni permanece cuando te has ido.
Tu marca se ha caracterizado por ser vocal en pro de la lucha de causas sociales y de salud pública. ¿Tiene la industria de la moda el poder de mover conciencias?
Creo que la industria de la moda y todas las industrias deben comprometerse con sus clientes y con sus ideales. También es el modelo de negocio adecuado para contextualizar el producto que traemos al mercado. Yo siento esa responsabilidad.
En ese sentido, lanzaste una línea de playeras con mensajes sociales ¿En qué te inspiraste? ¿Qué iniciativas se beneficiarán con las ganancias de las ventas?
La marca tiene una voz particular con la que hemos hablado sobre temas sociales por 35 años. Tomamos estos problemas y a nuestra comunidad muy en serio, y algunos de esos mensajes los pusimos en camisetas y en la Tienda de la Voz. Todos los beneficios de la venta ayudarán a nuestras diversas comunidades. La compañía se destaca en asuntos de salud pública, como VIH y salud mental.
Siguiendo con los temas sociales, y por pertenecer a una industria tan voraz como esta, ¿qué opinas de la moda sustentable?
Podemos crear productos que sobrevivan a las tendencias y el tiempo, se fabriquen de manera responsable, y así todos ganan. De esta manera podemos minimizar nuestra huella de carbono y realizar la entrega de la manera más eficiente y apropiada posible. Eso es lo que todos queremos.