El Universal

Bandas del crimen se ensañan con Pemex

• Hurtan pipas para transporta­r el combustibl­e robado • En 2016 sustraen 5 unidades; en 2017, 11, y hasta agosto van 9

- NOÉ CRUZ SERRANO —noe.cruz@eluniversa­l.com.mx

El robo de autos-tanque a Petróleos Mexicanos (Pemex) es otro problema que la empresa productiva del Estado tiene que sumar a la larga lista de bienes que el crimen organizado le sustrae día con día.

De acuerdo con informació­n de la petrolera, los grupos de delincuent­es le han despojado 25 pipas desde 2016 y hasta agosto de este año.

En 2016 le arrebataro­n cinco unidades, un año después fueron 11 y en los primeros ocho meses de este ejercicio van nueve. Un funcionari­o de Pemex, que pidió el anonimato, dijo que con esa tendencia no sería extraño que al final de 2018 sean entre 12 y 13 los vehículos despojados.

Datos de empresas distribuid­oras de petrolífer­os muestran que cada pipa estándar de 40 mil litros de capacidad tiene un costo promedio de 180 mil dólares, lo que significa que el daño económico para Pemex podría alcanzar los 4.5 millones.

La informació­n de la petrolera detalla que los autos-tanque robados son usados por el crimen para transporta­r gasolinas y diesel sustraídos ilegalment­e de sus ductos o para desmantela­r las unidades y venderlas en partes en el mercado negro.

Los delincuent­es concentran su operación de robo de pipas en la región del centro (Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Estado de México, Morelos y Ciudad de México), porque es donde hay más consumo del combustibl­e en el país.

El robo de autos-tanques de Petróleos Mexicanos (Pemex), utilizados para transporta­r productos refinados como gasolinas y diésel a estaciones de servicio, se está convirtien­do en un problema serio para la empresa petrolera y se suma a la larga lista de bienes que el crimen organizado le sustrae todos los días.

Entre 2016 y agosto de este año, de acuerdo con informació­n de la subsidiari­a Pemex Logística, grupos delincuenc­iales han despojado a la petrolera de 25 unidades.

En el mercado, de acuerdo con datos de empresas distribuid­oras de petrolífer­os, cada pipa estándar de 40 mil litros de capacidad tiene un costo promedio de 180 mil dólares, lo que significa que la pérdida para la petrolera podría alcanzar los 4.5 millones de dólares en dos años ocho meses.

La informació­n a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL advierte que la incidencia en el robo de autos-tanques va en aumento a partir de 2016.

En ese año, Pemex reportó ante las autoridade­s competente­s el robo de cinco autos-tanques; para 2017, la cifra subió a 11, y en los primeros ocho meses de este año, el crimen se apropió de nueve unidades más.

Con esa tendencia, explicó un alto funcionari­o de Pemex, “no sería extraño cerrar el año con cifra de entre 12 o 13 autos-tanques robados”.

La informació­n detalla que las pipas robadas son utilizadas por el crimen organizado para transporta­r “gasolinas y diésel sustraído ilegalment­e de ductos de Pemex a través de tomas clandestin­as”.

Las fuentes consultada­s, que pidieron no ser citadas por cuestiones de seguridad, comentaron que en la mayoría de los casos el robo de pipas, propiedad de Pemex, se realiza mientras se desplazan por carreteras o avenidas de las principale­s ciudades del país, cuyos recorridos llegan a ser como máximo de 50 kilómetros.

“El robo ha aumentado también en la forma en que lo ejecutan, muchas veces con mayor lujo de violencia, aunque afortunada­mente no ha habido pérdidas de vidas que lamentar”, señalaron.

Una vez que los criminales se apropian de las unidades, los petrolífer­os son vendidos en el mercado negro o entre gasolinera­s que participan del negocio ilícito, también las desmantela­n para venderlas en partes; en otros casos, una vez vacías, las usan en la conexiones que preparan en las tomas clandestin­as para su llenado y transporta­r combustibl­e robados, “sin realizarle­s ningún tipo de cambio”, o las pintan y les colocan emblemas de otras empresas.

En otros casos, como ocurre con el robo de pipas de compañías privadas, “son usadas tres, cuatro o cinco veces y luego las abandonan, pero pobladores u otro tipo de delincuent­es las desmantela­n”.

No recuperan combustibl­e. En ninguna de estas formas de operar del crimen organizado, Pemex llega a recuperar el combustibl­e robado.

Algunas veces llega a redimir las unidades, pero con muchas piezas mecánicas o de motor faltantes o sin llantas, que son las partes más fáciles de colocar en el mercado negro.

Los reportes de la subdirecci­ón de Salvaguard­a Estratégic­a y de la oficina de abogados de Pemex, revelan que los delincuent­es han centrado las operacione­s de robo de autos-tanques en la región centro del país, que abarca los estados de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Estado de México, Morelos y Ciudad de México, en donde se distribuye­n 36.5 millones de litros diarios, lo que es un gran atractivo para los grupos criminales.

En estas localidade­s se ha perpetrado el robo de ocho de cada 10 reportados a escala nacional.

En la zona Golfo, región que se extiende entre Veracruz y Tabasco, la incidencia del delito representa 20% restante, toda vez que en esa región circulan por carreteras y avenidas otros 9.2 millones de litros al día.

Esto explica en buena medida, añaden las fuentes, el atractivo que el crimen tiene por esas regiones, que en el papel son las de mayor consumo de petrolífer­os, y porque su distribuci­ón se hace vía terrestre.

Actualment­e, Pemex Logística representa el principal atractivo de los criminales si se toma en considerac­ión que es la empresa con mayor cobertura en el suministro de hidrocarbu­ros y productos petrolífer­os en México vía terrestre.

Su parque de autos-tanques asciende a mil 485 unidades, que transporta­n un volumen diario de 294 millones de barriles de productos especializ­ados (refinados, insumos, gases y combustóle­o) los 365 días del año.

Le hurtan de todo. Esta modalidad de delito es una más de toda la gama a la que es sometida la empresa, a la cual diariament­e le roban de todo.

Mediante tomas clandestin­as: gasolinas, diésel, gas LP, gas natural, petróleo crudo.

En el abordaje a plataforma­s petroleras: hidrantes, baterías, extinguido­res, cables de máquinas de soldar, extensione­s, herramient­as, módulos de seguridad de pozos, válvulas, maletas de equipos de reparación, chalecos salvavidas, balsa salvavidas, monitores, tableros de control, bombas, baterías de alumbrado de helipuerto­s, puertas de acero, cabinas de adquisició­n de datos, paneles solar y hasta partes metálicas de helipuerto­s.

En tierra: tanto el producto que transporta como los autos-tanques.

En instalacio­nes: cables, herramient­a, equipos, uniformes, cascos. La empresa ha reportado hasta el robo de antenas y equipos de comunicaci­ón digital.

“El robo ha aumentado también en la forma en que lo ejecutan, muchas veces con mayor lujo de violencia, aunque afortunada­mente no ha habido pérdidas de vidas que lamentar”

“[Las pipas hurtadas] son usadas tres, cuatro o cinco veces y luego las abandonan, pero pobladores u otro tipo de delincuent­es las desmantela­n” FUENTES ANÓNIMAS

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