El Universal

Premio Nacional de Dopaje

- @gvlo2008

Se dieron a conocer los ganadores del Premio Nacional de Deportes 2018. Saúl Álvarez fue elegido como el mejor en el rubro de profesiona­l y recibirá este galardón, aunque no queda claro, o no se entiende, cuáles fueron los argumentos para llegar a esta resolución.

Nadie hubiera protestado si dejaban vacante este premio de “deportista profesiona­l—, ya que parece que —al no tener a un atleta destacado para postular— simple y sencillame­nte esperaron a la segunda pelea entre el Canelo y Gennady Golovkin, que ganó el mexicano, para hacer oficial la candidatur­a única de un hombre que en todo el tiempo de actividad que se supone se toma en cuenta, solamente tuvo una pelea... Y un castigo de seis meses por dopaje. Es por eso que resulta inmoral que se le dé un premio que otorga el Gobierno.

Parece más un “quedabien” de quienes decidieron postularlo para esta distinción, ante la falta de un deportista profesiona­l, con méritos reales, para ser considerad­o. Sin embargo, esto no es nuevo en el PND, ya que el año pasado el ganador fue Javier Hernández. Distinción más por populismo barato y cuestiones de imagen que por lo deportivo. Y, al final, ni siquiera viajó para recibir el premio.

Fue el 15 de octubre, a cinco días de que terminara el plazo para las postulacio­nes, que Carlos Padilla irrumpió en la entrega del cinturón que acreditó a Álvarez como campeón de peso medio del Consejo Mundial de Boxeo: “Es un consenso general que Canelo tenga la gloria de ser uno de los mexicanos que son distinguid­os con el Premio Nacional de Deportes, por el Presidente de la República”.

¿Consenso general? ¿De quién o quiénes?

Quizá se les olvidó que en febrero de este mismo año, Álvarez dio positivo por clembutero­l, por lo que fue suspendido seis meses y la pelea con Golovkin se tuvo que posponer hasta septiembre, para no perder la importante bolsa que estaba en juego. Y por más que digan que fue un accidente, por consumo de carne contaminad­a, que recuerden también que todo deportista es responsabl­e de lo que entra en su cuerpo.

Y no es quitarle mérito a la victoria del Canelo sobre Golovkin, pero en esto del premio al deportista profesiona­l nunca se ha entendido maldita la cosa lo que toman en cuenta para considerar a uno u otro personaje, porque —incluso— han premiado cuando ya no están en ese buen momento de sus carreras o, como fue en el 2009, cuando lo ganó Cuauhtémoc Blanco, en lo último de su trayectori­a. En este caso, ya cuando jugaba en equipos del Ascenso MX.

El Canelo, además, no ha estado exento de escándalos. Además del dopaje de este año, hay que recordar las amenazas y demanda que Ulises Solís, ex boxeador, interpuso tras ser golpeado por Álvarez, con quien llegó a un acuerdo económico para retirar los cargos. Otro escándalo involucró una acusación de incumplimi­ento de contrato por parte de la promotora All Star Boxing, del puertorriq­ueño Félix Tutico Zabala.

Es cierto que Álvarez ha avanzado en su carrera, pero de ahí a la sobada de espalda que le dieron con el PND, hay mucha diferencia, y un mensaje de falta de ídolos.

A veces, es mejor dejar desierto el premio, no pasa nada.

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