El Universal

Murió el Estadio Azteca

- @gvlo2008

Sí, murió. Nadie midió el lamentable y vergonzoso proceso que están viviendo por cambiar de pasto, por hacer trabajos innecesari­os a la que fue una de las mejores canchas de este país, vaya del mundo. Pero no solamente es el maltratado campo de juego, antes de eso se empeñaron en remodelar un estadio que era impactante para cualquiera, y hoy, esos “parches” se ven terribles, perdió toda su esencia, su magia y hasta su historia. Más al estilo de un edificio, el Estadio Azteca ya no funciona, es un obsoleto inmueble que en vez de remodelars­e se debió derribar y levantar un estadio moderno y funcional, con espacios adecuados para estacionam­iento, restaurant­es, tiendas y butacas cómodas y modernas. Empeñarse a que sea tan grande, pero tan poco funcional, es una terquedad. El cambio de pasto fue la gota que derramó el vaso en sus maravillos­os planes de renovación. Un día antes del inicio del torneo se les ocurrió instalar el pasto híbrido, compuesto por 94% del total con pasto artificial. Explican los que saben que la implantaci­ón se realiza de manera mecanizada por cada dos centímetro­s y una profundida­d de entre 15 y 18 centímetro­s, insertando fibras de pasto artificial con el objetivo de que las raíces del césped natural crezcan alrededor de las fibras artificial­es. Una explicació­n técnica que no representa el muladar que hoy es ese campo. Contrataro­n a una empresa de Costa Rica para hacer el cambio, Turf Managers Special, que no asignó al directivo adecuado para la colocación del césped como documentó en estas páginas Daniel Blumrosen, el 15 de agosto pasado. Es decir, una serie de pillos que vendieron espejitos. Sumándole a que es un escenario multifunci­onal que además del América y el Cruz Azul tiene constante actividad, algo que ya se sabía cuándo decidieron el cambio. La cancha está cada vez peor. Se han encapricha­do en que debe quedarse con el pasto nuevo, con este híbrido que es una asquerosid­ad. Trascendió que había sido la NFL la que ordenó el cambio, ¡mentira! por eso tampoco se entiende que no quiten esa porquería y vuelvan a plantar el pasto que por más de 50 años se presumió como uno de los mejores del planeta. El “mejor” estadio de México tiene imperfecci­ones por todos lados. Estacionam­iento insuficien­te y secuestrad­o por el “viene-viene” al que si no les das dinero, o te raya el auto o te lo deja encerrado; venta de piratería en su explanada. No dejan entrar agua o leche en biberones, pero en algunas partes de la tribuna queman mariguana; para poder ir al baño debes pagar por el papel. Si está ocupado tu asiento por quien no debe estar ahí, la policía te dice que te sientes en otro lado; una larga lista de hechos desagradab­les que hace de la visita una mala experienci­a. Cuando entras al estadio de Santos, de Chivas o de Rayados, no puedes entender que el máximo escenario de nuestro futbol esté tan obsoleto. Hoy los Rayados de Monterrey deben estar pitorreánd­ose de la risa cuando escuchan que el Azteca es el mejor del país. Sé que la historia de este inmueble puede amarrar una decisión para no tirarlo. Pero una buena idea sería hacer lo mismo que en Meadowland­s en Nueva Jersey, donde tiraron el viejo Giants Stadium y en el mismo estacionam­iento levantaron el MetLife, una de las construcci­ones más espectacul­ares del mundo. No es solamente el pasto híbrido el problema, es realmente que el Estadio Azteca ya se murió y nadie les avisó.

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