Jesús Zambada: Chapo, líder, no lugarteniente
• Hermano de El Mayo testifica contra Guzmán Loera • Durante 3 horas detalla operaciones de El Cártel de Sinaloa
Nueva York.— Durante el segundo día de juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán, el gobierno de Estados Unidos empezó a mostrar sus cartas y presentar uno de los pesos pesados de su acusación. Su primer gran testigo —uno de los 16 cooperantes protegidos que se esperan en el proceso— fue Jesús Zambada García, El Rey, quien señaló directamente, cara a cara, a Guzmán Loera como líder del Cártel de Sinaloa, involucrado en el tráfico de decenas de toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Zambada García es hermano de Ismael El Mayo Zambada García, el mismo que la defensa de Guzmán quería identificar como único líder del cártel. El Rey negó eso y equiparó a su hermano y a El Chapo como “socios” en la misma organización, en la que ambos eran de los “principales líderes.
“Era una relación de trabajo, una sociedad de importación de cocaína, de narcotráfico”, explicó Zambada García, quien se autodefinió como “líder del Cártel de Sinaloa”, encargado de los tres almacenes de droga que la organización tenía en la Ciudad de México y responsable de la contabilidad de los cargamentos y su distribución.
El Rey apareció en la sala de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York con el traje azul de presidiario, rapado y con gafas de montura negra, aparentando más edad de los 57 años que dijo tener.
Zambada García dio una clase para principiantes de cómo funcionaba el
Cártel de Sinaloa, los diferentes roles y jerarquías, detalles de cómo se manejaban los negocios. En todas las jugadas aparecía el nombre de Guzmán, si bien no con tanta vehemencia como hubiera querido la fiscalía.
El Rey no se calló nada, respondiendo serenamente. Contó que él y su hermano, El Mayo, ayudaron a El Chapo a escapar de una persecución de las fuerzas especiales justo después de su primera fuga de la cárcel.
Hizo cuentas de cuán lucrativo era el negocio de la cocaína, donde un envío exitoso de 30 toneladas a Nueva York podía representar 390 millones de dólares para el cártel.
Zambada contó la estrategia cooperativa del cártel, una ayuda colectiva que era vista como “una manera de volverse fuerte y protegerse”. Podían llegar a compartir funcionarios gubernamentales corruptos para evitar incautaciones y tener seguridad en sus actividades. El cártel tenía en plantilla a comandantes de la PGR y de la policía federal de caminos, aseguró.
“Cada quien trae sus propias conexiones gubernamentales”, detalló el reconocido narcotraficante, respondiendo a las preguntas de la fiscalía sobre su rol en el cártel y sus responsabilidades y actividades.
El Rey habló por casi tres horas, declaración extenuante que, sin embargo, todavía no ha terminado. La sesión del miércoles no acabó con las preguntas de la fiscalía, pero dejó un adelanto de cómo continuará mañana su declaración: su último contacto telefónico con El Chapo, en 2008, fue para pedirle “que hablara con Arturo Beltrán [Leyva] para hablar de un tratado de paz, porque había guerra”.
Poco después de esa llamada, el hermano de El Mayo fue detenido y, cuatro años más tarde, extraditado a Estados Unidos, donde está encerrado en la misma cárcel que Guzmán.
El Rey seguirá testificando durante toda la jornada del jueves.
Antes de Zambada pasaron por el estrado de testigos Carlos Salazar, un exfuncionario de aduanas que con ayuda de un video dio un recorrido por uno de los presuntos túneles del cártel.