Lo que decidimos mostrar
BUEN FIN SALUD Y BIENESTAR En promedio, el usuario de Internet en México permanece alrededor de ocho horas diarias conectado a las redes. Su uso es la principal actividad en línea
Despertar y revisar el celular para entrar a Facebook o dar y recibir un “buen día” a través de WhatsApp puede ser en la actualidad parte de la rutina matutina de muchos. En el estudio anual que realiza la Asociación de Internet.mx sobre los hábitos del internauta en México identificaron que empezamos y terminamos nuestro día conectados, de 6:00 a 9:00 de la mañana y de 21:00 a 00:00 de la noche son los horarios con mayor tráfico. Además, el uso de redes sociales permanece en 2018 como la principal actividad en línea: en promedio les dedicamos 40 por ciento de nuestro tiempo de conexión a diario.
Las RRSS forman parte de nuestra vida, han propiciado cambios en nuestras maneras de relacionarnos y tienen muchos aspectos positivos, pero tenemos que saber darles un buen uso para evitar problemas inclusive como la adicción. investigadora y profesora en la maestría de Periodismo Digital de UDGVirtual (Universidad de Guadalajara), expresa: “Estamos viviendo en una era donde una parte sustantiva de nuestra socialidad se produce a través de plataformas digitales y a la vez es moldeada por estas. Eso implica cambios en cuanto a cómo nos proyectamos, cómo construimos nuestra identidad digital, pero también involucra cómo somos en nuestra vida ‘offline’”.
La psicóloga Martha Catalina Pérez, directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UDG, añade: “Las redes sociales están hablándonos de toda una nueva cultura y nuevas formas de convivencia, sobre todo entre la gente joven. Para los nativos digitales son una parte importante de sus vidas, para socializar básicamente. Pero a veces pueden dejar de lado el desarrollo de otras habilidades sociales relacionadas con la convivencia en el medio común”.
Ambas especialistas advierten que debemos tratar de conseguir un balance entre la participación en la vida online y la vida offline.
Una tendencia es publicar los aspectos más positivos de nuestras vidas. “Es una curaduría del yo y de nuestra existencia”, afirma Amaya y agrega que estas plataformas están diseñadas para operar a partir de un principio de popularidad y de gustabilidad, por lo cual es común que publiquemos aquello que resulte agradable a otros y que nos hace más visibles.
Por su parte, la psicóloga Martha Catalina Pérez aporta: “Las redes son una manera de compartir con los demás y, por supuesto, quieres tener la mejor cara posible. Es como una cita para quedar bien con todos”, ejemplifica.
Sin embargo, las dos expertas coinciden en que esta tendencia coexiste con otras. Por ejemplo, hay quienes expresan emociones como la tristeza o el enojo.
Sobre aquello que mostramos, para Amaya es relevante señalar que puede darse una dislocación entre lo público y lo privado, ante lo cual debemos ser muy cuidadosos: “No nos damos cuenta de que, muchas veces, difundir cierta información implica una pérdida de control sobre la misma. No debemos olvidar que lo que ponemos en la red ya deja de estar bajo nuestro poder”. La adicción