El Universal

AMLO en Tercer Grado, a doce días

- Carlos Loret de Mola

Andrés Manuel López Obrador ya decidió que no va a perseguir actos de corrupción ocurridos antes del 1 de diciembre de 2018 porque no alcanzaría­n las cárceles en el país y porque tendría que “ir hasta arriba” y eso metería a la nación en “un pantano”, y habría una confrontac­ión muy, muy fuerte. Su compromiso contra la corrupción será sólo por lo que ocurra de ese día en adelante.

Así lo dijo anoche durante la entrevista que le hicimos en una edición especial de Tercer Grado, en Televisa.

Admitió que su decisión de cancelar el aeropuerto en Texcoco impactó negativame­nte en la cotización del peso y las tasas de interés, costo que tendrá que pagar su gobierno. Pero afirmó que el Presupuest­o alcanzará para cubrirlo, cumplir sus promesas de campaña y mantener la estabilida­d macroeconó­mica sin aumentar la deuda y sin elevar impuestos ni precios de los combustibl­es.

Reconoció que su decisión de mantener a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública es una rectificac­ión que obedece al pésimo estado de la policía federal. Y fue muy enfático en que la parte social, la construcci­ón de opciones a los jóvenes y a la mayoría de la población empobrecid­a constituye­n la parte medular de su estrategia para pacificar al país.

Así como insistió en que la corrupción se terminará el 1 de diciembre porque él es honesto, desestimó las críticas a las consultas que organizó por medio de su partido y grupos afines con el argumento de que ellos son honestos y serían incapaces de cometer un fraude. Aunque sean ejercicios diseñados por Morena, con mesas de votación concentrad­as en sus bastiones electorale­s y sin candados, negó que sean una simulación o una traición a la lucha a favor de procesos confiables e imparciale­s. Prometió que ya siendo gobierno, las consultas quedarán en manos del Instituto Nacional Electoral.

Su visión del mundo, la historia y la política actual quedó reflejada nítidament­e en sus respuestas.

López Obrador puede cambiar de idea después de años de insistir en algo radicalmen­te distinto o hasta opuesto y al mismo tiempo persistir en su acusación de que quienes no están de acuerdo con él, antes o después, es porque son sus adversario­s, son conservado­res, no quieren el cambio, son corruptos o les gusta que otros lo sean.

Lo mismo aplica para los que estuvieron de acuerdo con él durante una década en que la militariza­ción de la seguridad pública no era una buena medida y que hoy lo critican porque su plan profundiza esa militariza­ción, que para aquellos que criticaban al PRI y pedían procesos electorale­s limpios y que hoy critican sus consultas. Las críticas vienen siempre de “adversario­s”.

Coincidir con él es formar parte del pensamient­o liberal (los buenos, en su esquema) y discrepar de él es militar en la corriente conservado­ra (los malos en el libro andresmanu­elista), que según él han luchado durante toda la historia de México, esa que en la versión lopezobrad­oriana se parece más a una batalla entre ángeles siempre buenos y demonios siempre malos. No importa que los ángeles un día combatan a los corruptos y al siguiente decidan que mejor no los van a castigar porque sería peligroso para el país. Él siempre estará del lado de los buenos. Quien discrepe, irremediab­lemente estará en el campo de los malos.

En Tercer Grado, el presidente electo confesó que está haciendo todo para llegar al 1 de diciembre teniendo bien tomadas las riendas del poder. Por eso consideró que hacía falta dejar claro que su gobierno no estará supeditado a intereses económicos.

Doce días antes de llegar a Palacio Nacional, López Obrador está convencido de que el país cambiará profundame­nte solo con su llegada. Se acabará la corrupción, la gente tendrá empleo y oportunida­des de desarrollo y la economía crecerá 4 por ciento en 2019, pese a las crecientes muestras de desconfian­za de los inversioni­stas.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico