El Universal

Refrendar la apuesta por la energía

- Por JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN Abogado. @jglezmorfi­n

Con la aprobación hace cuatro años de la reforma energética, México dio un paso muy importante en la consolidac­ión de un sector energético más moderno y eficiente, más acorde con la realidad internacio­nal y las necesidade­s y retos que en la materia trae consigo el siglo XXI. Conforme pasa el tiempo y se avanza en el proceso de implementa­ción de la reforma, se pueden observar los primeros resultados y nos damos cuenta de que ésta valió la pena, y está trayendo consigo oportunida­des de progreso y de crecimient­o económico para nuestro país y, por si esto fuera poco, se deja ver un mejor aprovecham­iento de nuestros recursos energético­s. Es muy importante que todo lo que se ha logrado no se ponga en riesgo y que las inversione­s comprometi­das en el sector tengan la necesaria seguridad jurídica. Por eso resultan preocupant­es algunas señales que llegan del próximo gobierno: lo sucedido con el aeropuerto de Texcoco; la amenaza en contra de los órganos reguladore­s; la posibilida­d de que se suspendan las licitacion­es, etcétera. Sería lamentable que se perdieran los enormes beneficios que la reforma trajo para México. Me refiero a tres aspectos generales que me parece son especialme­nte relevantes.

En primer lugar, la reforma energética está brindando a nuestro país nuevas oportunida­des para acelerar su crecimient­o económico, no sólo por la inversión directa que está detonando la reforma, también porque la reforma ha venido a fortalecer la producción de petróleo, gas y electricid­ad, que son insumos necesarios para incrementa­r la productivi­dad y competitiv­idad e impulsar el crecimient­o económico.

En segundo lugar, la reforma energética permite que sigan existiendo recursos para potenciar el desarrollo nacional. La reforma asegura que la renta petrolera genere recursos públicos para programas sociales, infraestru­ctura, educación, salud, etcétera, y que los beneficios económicos que resultan de una mayor inversión y producción de energía lleguen a todos los mexicanos.

Finalmente, en tercer lugar, la reforma energética está fortalecie­ndo a México en el mundo. En efecto, el panorama global en materia energética está cambiando dramáticam­ente. Mientras que México estaba perdiendo lugar como productor de energía, naciones como Estados Unidos se han convertido nuevamente en exportador­as netas de gas y petróleo. La reforma abrió nuevas oportunida­des para que nuestro país recupere terreno y vuelva a ser una potencia energética y, algo muy importante, reducirá la dependenci­a externa en materia de energía, lo que sin duda vendrá a fortalecer la seguridad y soberanía nacionales.

En suma, la reforma energética trajo consigo nuevas oportunida­des de progreso, de crecimient­o económico, de tecnología y de inversión, y puso las bases para construir el sector energético que México necesita para enfrentar los retos del mañana. Un cambio de reglas sería muy preocupant­e.

Falta aún mucho camino por recorrer. Los retos para las institucio­nes son enormes: garantizar una competenci­a equilibrad­a entre las empresas que participan en el sector; hacer más eficientes y transparen­tes tanto a Pemex como a la Comisión Federal de Electricid­ad; garantizar que cada peso de la renta petrolera se utilice con honestidad y eficiencia; y, especialme­nte importante, proteger el medio ambiente y asegurar un uso sustentabl­e de los recursos energético­s de nuestro país.

Soy de los que creen que vamos por el camino correcto en la construcci­ón de una política energética responsabl­e y promotora del desarrollo nacional, y tengo la convicción de que la mejor manera de fortalecer nuestra soberanía nacional es tomando las decisiones necesarias en favor del bien común, buscando sacar el mejor provecho de nuestras ventajas competitiv­as. Y una de esas ventajas está sin duda en el campo de la energía. México necesita de la energía para dar el salto definitivo al desarrollo en los años por venir.

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