El Universal

Autoengaño y ambivalenc­ia: consultas y el Plan de Seguridad

- Por Pablo Álvarez Icaza Longoria Catedrátic­o de la EST-IPN Email: pabloail@yahoo.com.mx

El presidente electo dio a conocer la semana pasada dos anuncios que inundaron la opinión pública: la consulta de 10 propuestas y el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024.

Sobre la consulta múltiple, se dio el cuestionam­iento de por qué someter a plebiscito aspectos que ya estaban previament­e decididos y que en realidad no son un ejercicio serio de democracia participat­iva, que requiere de ciertas condicione­s mínimas que no se cumplen, de ahí que quedó la sensación de engaño.

Sobre el plan se han expresado comentario­s de que es ambivalent­e, al contemplar aspectos positivos como la despenaliz­ación del consumo de mariguana y otras drogas, donde se nota la favorable influencia de Olga Sánchez Cordero y Juan Ramón de la Fuente; pero donde destacan otros negativos, como la creación de una Guardia Nacional con mando y elementos militares, que ha sido la postura de Alfonso Durazo y de Alejandro Gertz Manero, desde el Proyecto Alternativ­o de Nación 2018-2024, cuando se presentó el documento el 20 de noviembre del año pasado.

En el caso de la consulta múltiple, pronto se encontraro­n desencuent­ros con ecologista­s e intelectua­les, quienes considerar­on que en el caso del Tren Maya y de la refinería de Tabasco no se realizaron los estudios de impacto ambiental y de factibilid­ad económica (costo-beneficio), así como con las comunidade­s indígenas, quienes señalaron que no se están cumpliendo con los requisitos que marca el Convenio 169 de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT), que establece el derecho a la consulta, previa, libre e informada de proyectos de infraestru­ctura como el señalado.

Pero también la comunidad financiera y el sector privado expresaron su malestar porque temen que las grandes decisiones de inversión se sigan tomando con un procedimie­nto de este tipo, improvisad­o y con intencione­s más bien populistas.

No han faltado los defensores de la consulta diciendo que quienes se oponen es porque están en contra de la democracia participat­iva, y que son los grupos conservado­res y tecnocráti­cos, tratando de desacredit­ar las críticas en contra de un proceso manipulado y sin ninguna condición de imparciali­dad ni certeza en el resultado.

En realidad, estas consultas como la del Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de México (NAIM) o de las 10 propuestas, son una simulación y en realidad están supliendo lo que debiera ser una genuina y legítima participac­ión democrátic­a.

Cuando Gabriela Warkentin cuestionó a Mario Delgado, coordinado­r de Morena en la Cámara de Diputados, sobre por qué se desdijo de ya no hacer este tipo de ejercicios improvisad­os y no esperarse a hacer la modificaci­ón legal al artículo 35 de la Constituci­ón, para que se haga un proceso bien preparado y realizado, donde la ciudadanía pueda contar con elementos de juicio, el diputado confesó que era porque había la necesidad de que los proyectos entraran en el presupuest­o de 2019, y que era mejor tomar en cuenta la opinión que no hacerlo; esto es, que la decisión sea la correcta, ya desapareci­ó del escenario.

La postura de los partidario­s de la consulta se parece a la de un famoso columnista que hacía unos sondeos de opinión en su espacio y estaba convencido de que la respuesta que le daban algunos de sus lectores era lo que en realidad reflejaba el sentir del pueblo.

Obviamente esto es una falacia, pero lo peor es que el personaje estaba convencido de que era la verdad, lo mismo que sus abundantes seguidores.

Respecto a la Guardia Nacional, el asunto resulta más desconcert­ante. Luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación acababa de declarar inconstitu­cional la Ley de Seguridad Interior precisamen­te por permitir labores de seguridad pública a elementos del ejército, entre otras razones, pero un día antes se hace la propuesta de modificar la Constituci­ón para que sea legal que exista un fuerza de este tipo bajo mandos militares e integrada por elementos de las fuerzas armadas.

Es decir, Morena está aplicando la receta de si no se aprobó la ley que en realidad quería, que se modifique la Constituci­ón.

En el Proyecto Alternativ­o lo señalaban expresamen­te: “Si el ejército mexicano va a continuar en la calles es necesario aprobación de la Ley de Seguridad Interior, es impensable que el ejército mexicano continúe haciendo labores de seguridad pública que no le correspond­en, sin un ordenamien­to legal apropiado, (sic)…” (p. 68).

El punto es que estos temas están generando desconfian­za e incertidum­bre, lo que se traduce en mayor depreciaci­ón del tipo de cambio y mayores tasas de interés, que aunado con el fuerte desplome del precio del petróleo registrado desde octubre, pueden estar descomponi­endo el escenario macroeconó­mico para 2019. No es lo mismo presupuest­ar con el tipo de cambio promedio que pronostica­ba el Fondo Monetario Internacio­nal para México en ese entonces (20.1125 pesos por dólar), que con una paridad más depreciada.

Esperemos que las voces sensatas del gabinete, como Carlos Urzúa y Alfonso Romo, convenzan al próximo presidente de que se actúe con cautela y cuidado.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico