La última tarde de Los Pinos
• Peña Nieto entrega el Premio Nacional del Deporte • Fue el último evento con la sociedad en ese lugar
En el ocaso de Los Pinos como casa presidencial convergen la fiesta y la nostalgia. El mismo recinto donde en 2012 Enrique Peña Nieto tuvo su primer evento oficial como Presidente es seis años después el que lo despide en su último acto con la sociedad; curiosamente, en ambos entregó el Premio Nacional de Deportes.
Nuevamente, el Salón Adolfo López Mateos está a reventar. Peña galardona a los deportistas. La ceremonia termina y el Presidente saluda a los asistentes, se toma selfies, sale. La nostalgia se instaló en Los Pinos.
En el ocaso de Los Pinos como casa presidencial ocurre un hecho curioso. El 2 de diciembre de 2012, en el plena fiesta por el Pacto por México, Enrique Peña Nieto tuvo su primer evento en esa residencia oficial: la entrega el Premio Nacional del Deporte. Fue también ayer, su último acto social en el recinto que será museo a partir del próximo 1 de diciembre.
Ayer, casi seis años después, con la fiesta guardada en el cajón de los recuerdos, el Presidente tuvo su último evento público con la sociedad civil en la casa presidencial: entregó por última vez el mismo galardón, el Premio Nacional del Deporte.
Nuevamente, el Salón Adolfo López Mateos está a reventar. Los familiares de los galardonados y más de medio centenar de reporteros deportivos llenan el sillerío. Fotógrafos y camarógrafos abarrotan su palco.
Pero la cercanía del fin de la Presidencia de la República como ha sido conocida durante los últimos 80 años se siente en Los Pinos, provoca incertidumbre, caras largas, duras, de los funcionarios federales, la mayoría operativos, que asisten al evento.
Al filo de las 12:08 horas se cierran las puertas del López Mateos, un salón que tiene capacidad para albergar hasta 700 personas, pero que en esta ocasión luce un aforo menor, con 300 invitados especiales y unos 120 representantes de los medios de comunicación.
El presidente Enrique Peña Nieto sale de su oficina y sólo con un par de acompañantes cruza los jardines de Los Pinos. Lo rodea el Estado Mayor Presidencial, que incondicional lo cuidará hasta el 30 de noviembre.
Sube los escalones que lo llevan al pequeño vestíbulo que separa a los salones Adolfo López Mateos y Manuel Ávila Camacho, éste último, al que entra.
Peña Nieto saluda a deportistas, funcionarios y empresarios, entre los que destacan dos: el boxeador Saúl Canelo Álvarez —hundido por críticas de doping— y el empresario y ex atleta olímpico Olegario Vázquez Raña, miembro honorario del Comité Olímpico Internacional (COI).
Ya en el López Mateos, Peña Nieto se toma su tiempo y saluda a las personas que están en primera fila, entre ellos muchos olímpicos. Se toma selfies con quien se lo pide, pasan varios minutos. El Presidente camina hacia la salida, mientras la gente está en silencio, apenas un murmullo. El ocaso de la última Presidencia que se vivió en Los Pinos se queda en el Salón López Mateos que recibirá un último evento, pero ya sin la sociedad civil. La nostalgia se ha mudado a Los Pinos.
El presidente Enrique Peña Nieto entregó el Premio Nacional de Deportes en la Residencia Oficial de Los Pinos, galardón con el que se reconoce a los deportistas más destacados en el año y al mérito deportivo.
En su discurso, con el cual cerró la ceremonia, Peña Nieto señaló que “cuando nuestros deportistas triunfan en diferentes partes del mundo, es porque el país al unísono, al mismo tiempo y en sincronía también está avanzando y logrando mayores niveles de desarrollo”.
Al cuestionarle sobre los méritos del boxeo y de Saúl Álvarez, el Primer mandatario aseguró que todos los deportes y los premiados tienen la misma posibilidad de contender, ya que el sacrificio hecho día a día para lograr sus resultados es para admirarse.
“Sin duda, creo que el boxeo y cada uno de los exponentes de otros deportes lo merecen porque significa dejar a un lado muchas actividades para ejercitarse y practicar día a día para lograr el mejor rendimiento y esto es lo que hemos premiado”.
Por su parte, la squahista Samantha Terán, quien obtuvo el
premio de Mérito Deportivo y quien tomó el micrófono a nombre de los ganadores, señaló que recibir el PND 2018 es un honor como exponente de ese deporte. “Tengo admiración y respeto por cada uno de los galardonados, todos luchamos por un fin común, que es representar a México dignamente”, dijo Terán.
La capitalina aprovechó para levantar la voz frente a las autoridades presentes. “Deseo que mi deporte sea incluido en el programa olímpico”, además, invitó a los jóvenes, como Alegna González, “a seguir trabajando fuerte sin caer en malos pasos, para continuar con una carrera llena de éxitos”.
Alegna González, con 19 años de edad, fue laureada en la categoría no profesional, por obtener el Campeonato Mundial Sub 20 en caminata 10 mil metros. “El reconocimiento es el fruto del trabajo de mi entrenador y mío de todo el año, porque nos esforzamos muchísimo. Esto es un incentivo y motivación más para seguir trabajando día con día”, dijo González.
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