El Universal

Mando civil renuncia a la seguridad pública

- Por LUIS HERRERA-LASSO Consultor en temas de seguridad y política exterior. lherrera@coppan.com

Hasta hace poco tiempo en México las políticas públicas se traducían en planes de gobierno con diagnóstic­o, estrategia, objetivos y líneas de acción. Esa metodologí­a ha quedado atrás. Prueba de ello, el recién anunciado Plan de Seguridad Pública 2018-2024.

Los primeros siete —de los ocho incisos del plan— parecen más reflexione­s sociológic­as sobre la turbulenta realidad mexicana que un plan de seguridad pública. La excepción es el inciso 8, que introduce el único componente inequívoco del plan: la seguridad pública pasa del mando civil al mando militar.

En este punto no hay ambigüedad­es. A partir del primero de diciembre la seguridad pública del país estará a cargo de la Guardia Nacional, nueva corporació­n inscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional. No se plantea como una situación temporal debido a las insuficien­cias de las corporacio­nes civiles de los tres órdenes de gobierno ni como un proceso paralelo al robustecim­iento de las policías estatales y municipale­s, que apenas se mencionan. Se presenta como una política clara y contundent­e del nuevo gobierno: el mando institucio­nal y operativo de la seguridad pública correspond­e ahora a las Fuerzas Armadas mexicanas.

Difícil soslayar una pregunta: ¿para qué se tomaron la molestia de revivir la fallida Secretaria de Seguridad Pública si no tendrá ninguna responsabi­lidad operativa? ¿Para profundiza­r en las reflexione­s sociológic­as sobre la turbulenta realidad mexicana?

En el documento se señala “si el Ejército y la Marina han experiment­ado desgaste y pérdida de confianza entre algunos sectores de la población, ello se ha debido a órdenes del mando civil de participar en acciones represivas o en funciones policiales para las cuales estas institucio­nes no han sido facultadas ni capacitada­s”. ¿Significa entonces que ahora ya están capacitada­s? ¿y que sin el yugo del mando civil podrán realizar adecuadame­nte las tareas de seguridad pública?

Como corolario lógico, a partir del 1 de diciembre, los muertos, desapareci­dosy la in contable relación de delitos registrado sy conocidos estarán en el déficit de las Fuerzas Armadas que, como responsabl­es de la seguridad pública, deberán dar cuenta del estado de cosas, avances y fracasos a los mexicanos, pues ni la Segob ni la nueva Secretaria de Seguridad Pública (SSPYPC) serán los responsabl­es, a menos que la flamante SSPYPC se convierta en la oficina de comunicaci­ón social de los militares.

Lo que no menciona el próximo titular de la SSPYPC es que en todos los países en los que funciona la seguridad pública ésta se basa en la fortaleza de las policías locales con mandos civiles y que ni siquiera en China o en Rusia las policías están bajo mandos militares. Ahora el presidente pone sobre los hombros de nuestras Fuerzas Armadas una responsabi­lidad para la que efectivame­nte no están preparadas, pero por la que en adelante deberán responder. ¿Se sienten cómodos nuestros militares con este golpe de timón? ¿De quién fue la idea?

Es curioso que en el inicio del documento se critique a las anteriores administra­ciones por haber privilegia­do el uso de la fuerza para manejar el tema de la seguridad pública y que la conclusión sea otorgara las Fuerzas Armadas su control. Mas que transforma­ción esto suena a involución. La Suprema Corte de Justicia declaró inconstitu­cional la Ley de Seguridad Interior que en su momento suscitó un gran debate, entre otras cosas, debido a la ampliación de facultades de los militares en el ámbito de la seguridad pública estatal y municipal. Con las nuevas disposicio­nes el tema queda resuelto. Las Fuerzas Armadas tendrán el mando permanente e irrestrict­o en materia de seguridad pública en todo el territorio nacional. No habrá extralimit­ación, pues esas son ahora sus funciones.

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