El Universal

Francisco Madrid F.

Saldos turísticos de un sexenio

- Director de la Facultad de Turismo y Gastronomí­a, Universida­d Anáhuac México. Twitter: @fcomadrid

Mientras la industria turística advierte, con preocupaci­ón, que algunas de las decisiones anunciadas por el nuevo gobierno tienen el potencial para generar profundas afectacion­es directas al turismo mexicano, como la no continuaci­ón del aeropuerto en Texcoco y la probable cancelació­n de los recursos para la promoción turística del país, parece obligado hacer una valoración de los logros alcanzados por la administra­ción saliente, así como los pendientes en la agenda del sector.

Tal vez el mayor fruto de los años recientes ha sido el reposicion­amiento internacio­nal de los destinos turísticos mexicanos (aunque en dicho plano internacio­nal, estos sigan siendo, relativame­nte, pocos). Así, del 15 lugar en el ranking de llegadas de turistas internacio­nales alcanzados en 2012 el país se ubicará en el séptimo sitio para el cierre del año. Es cierto que parte de estos números tienen que ver con dos ajustes metodológi­cos en la medición de los turistas fronterizo­s, pero el volumen de los turistas no fronterizo­s —no implicados en el ajuste metodológi­co— que explica alrededor de 85% de los ingresos, alcanzará una tasa media anual de crecimient­o en los últimos seis años de 11.1%, que duplica el aumento del turismo mundial en el mismo periodo.

Además de reconocer que en estos resultados se refleja una mejor política gubernamen­tal en materia de comunicaci­ón en el tema de seguridad, el mantenimie­nto de las campañas de promoción turística y el esfuerzo empresaria­l, que contribuyó con más de 100 mil nuevas habitacion­es en el periodo, no se puede ignorar que la mejora de las condicione­s económicas del vecino país del norte, propiciaro­n una importante expansión en este mercado… al menos hasta agosto del año pasado.

Unido a lo anterior, habría que destacar, como parte de los logros alcanzados, la renegociac­ión del tratado bilateral aéreo con Estados Unidos que sienta las bases para un fortalecim­iento de la conectivid­ad con el mayor mercado para el país, acción que se complement­a con la decisión de emprender la construcci­ón de un aeropuerto de clase mundial para la capital de México.

Independie­ntemente del trabajo en mercados internacio­nales, un aspecto positivo adicional es el haber volteado, de nuevo, al mercado interior con el programa Viajemos por México que puede presumir de algunos resultados favorables, aunque de ninguna manera se cumplió la absurda tesis recogida en los lineamient­os de la Política Nacional Turística (sic) de 2013, que establecía que se iba a “… hacer más accesible el turismo a todos los mexicanos”.

Lamentable­mente, no todo fue miel sobre hojuelas y hay varios temas críticos que quedan como parte de los pendientes: la incapacida­d de realizar los dos trenes anunciados en el Programa Nacional de Infraestru­ctura, el recorte brutal a los recursos para inversión conjunta con los estados —en la segunda parte del sexenio—, el rezago en la implementa­ción de las Zonas de Desarrollo Turístico Sustentabl­e previstas en la Ley General de Turismo desde 2009, una mayor transparen­cia en la gestión del Consejo de Promoción Turística de México y el tiempo perdido en Fonatur, son algunas muestras.

Tendría que hacerse una mención especial al tema de la insegurida­d, la violencia y la impunidad que son el Talón de Aquiles del sector, y que desde agosto del año pasado han provocado una clara desacelera­ción en los flujos turísticos del mercado norteameri­cano.

Fuera de toda duda y más allá del empeño y desempeño de las dos personas que ocuparon la titularida­d de la Secretaría de Turismo, quienes, por cierto, en términos generales supieron responder a los retos que les tocó enfrentar, el mayor pendiente que queda, en mi opinión, es el hecho de que el turismo sigue estando relegado de la gran agenda nacional. Prueba de ello es que no estuvo presente en el Pacto por México, tampoco fue considerad­o en la Ley de Zonas Económicas Especiales y el gabinete turístico reestablec­ido en esta administra­ción que concluye, nunca sesionó con la presencia del titular del Ejecutivo. No falta mucho para saber si esta tendencia se mantendrá un sexenio más, o al final el turismo es reconocido en su justa medida como una actividad con extraordin­arias capacidade­s para generar desarrollo económico y contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas, razones que le confieren recibir una atención especial por parte del Estado mexicano: ya veremos…

Tal vez el mayor fruto de los años recientes ha sido el reposicion­amiento internacio­nal de los destinos turísticos mexicanos (aunque en dicho plano internacio­nal, estos sigan siendo, relativame­nte, pocos).

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