Adriana Malvido
Antonieta Rivas Mercado, Obras
Grandes historias suelen empezar con la primera impresión que tiene una persona durante su infancia. Y Tayde Acosta Gamas empezó a escribir la obra que acaba de publicar cuando aún era niña y tenía fascinación por El Ángel de la Independencia. Vivía en la colonia Guerrero de la Ciudad de México y cada domingo, cuando la llevaban sus padres a Chapultepec, la Victoria alada del arquitecto Antonio Rivas Mercado era una referencia visual obligada.
Entonces comenzó todo. Y continuó cuando leyó a Carlos Fuentes y en Los años con Laura Díaz se topó, de nuevo, cuando la novela narra la caída del emblemático Ángel en 1957, con la historia del monumento y con un mito: que Antonieta Rivas Mercado había posado para la obra de su padre (en realidad fue Alicia, su hermana mayor quien inspiró el rostro de la escultura). Tayde se volcó en la lectura: Leyó Antonieta, de Fabienne Bradú, y A la sombra del Ángel, de Katheryn Blair, el personaje se volvió una obsesión que la llevó a dedicar casi 20 años de su vida a investigar febrilmente a esta mujer, única integrante femenina del Teatro Ulises y de Los Contemporáneos. Para acercarse más, trabajó con Fabienne Bradú cuando preparaba el Epistolario, de Antonieta. Leyó las Cartas a Manuel Rodríguez Lozano que ya había publicado Isaac Rojas Rosillo y reeditado en los años 80 junto con un fragmento de novela y el Diario de Antonieta; se sumergió en la recopilación de Luis Mario Schneider… Y después, de la mano con los principales estudiosos del grupo Ulises y de Los Contemporáneos, como Miguel Capistrán y Juan Antonio Ascencio, fue a las librerías de viejo, a los archivos públicos, privados y universitarios; a bibliotecas, hemerotecas y fuentes familiares de primera mano para encontrar el dato que faltaba, la pieza suelta, la carta perdida, el apunte en la libreta, el documento extraviado, la nota periodística a verificar. El Universal, Excélsior, La Prensa, El Sol de Madrid o El Diario de Panamá se abrían a sus manos ávidas de información y de contexto. Porque para entender a Antonieta necesitaba comprender su momento histórico y cultural. Por eso y por el nivel de exigencia y de rigor que se impuso, su trabajo ofrece tantos hallazgos, nuevas lecturas, cartas inéditas y episodios hasta hoy desconocidos.
Para quienes no han leído a Antonieta Rivas Mercado, su obra será el descubrimiento de una mujer con una inteligencia y una presencia cultural fuera de serie. Y es que hoy tenemos en nuestras manos dos tomos con la recopilación más completa que se ha realizado, hasta ahora, de la obra de una de las intelectuales más importantes en la cultura mexicana y latinoamericana del siglo XX. Luego de este trabajo editorial realizado por Tayde Acosta y publicado por Siglo XXI y la Secretaría de Cultura, Antonieta pasará, sin duda, a ser mucho más que una mujer que se suicidó en Notre Dame a los 30 años, que fue amante de Vasconcelos, enamorada de Rodríguez Lozano, mecenas del grupo de Los Contemporáneos, fundadora de la Orquesta Sinfónica y amiga de García Lorca, datos que la memoria colectiva destaca por encima de otros como los que Tayde aborda a profundidad. Porque la investigadora recopila la obra literaria de Antonieta y privilegia su talento como autora, es decir, reúne cuento, novela, teatro, ensayo, prosa varia, crónica, diarios personales y epistolario ampliado. Y al mismo tiempo hace una inmersión profunda al espíritu de una mujer, su talento, sus sueños, su pensamiento, sus amores, sus contradicciones, la profundidad de su dolor, sus aspiraciones y su enorme relevancia en la literatura, el arte y la política de su tiempo.
La trágica muerte de Antonieta puso a su obra literaria en segundo término. Pero si la recopilación de Acosta Gamas hace decir a Anthony Stanton que como dramaturga “tiene de único rival a Rodolfo Usigli”, ya es hora de ir más allá de la biografía y reconocerla como escritora de altos vuelos.