El Universal

“Es urgente rescatar la justicia laboral”

Está abandonada por los gobiernos, asegura Necesaria, autonomía financiera de las juntas, dice

- PEDRO VILLA Y CAÑA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

La justicia laboral en México está abandonada y con un alto grado de corrupción, por lo que a fin de que en el país exista un verdadero acceso a la justicia para los trabajador­es es necesario que las Juntas de Conciliaci­ón y Arbitraje sean autónomas, y para ello se les debe dotar de suficiente­s recursos económicos, consideró Lauro Sol Orea, presidente de la Junta Especial Número 1 de la Junta Local de Conciliaci­ón y Arbitraje de la Ciudad de México.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el especialis­ta en derecho laboral señaló que, ante la desaparici­ón de las juntas y que sean tribunales los que las remplacen, como dicta la reforma laboral aprobada en 2017, representa­ría un gasto multimillo­nario que tardaría varios años en concretars­e, y ello no garantiza su autonomía.

Señaló que la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidenci­a tiene que ser un cambio que favorezca las condicione­s de vida de millones de trabajador­es, porque “el país no soporta más salarios de miseria, desempleo, empleos precarios y con outsourcin­g, sin derecho al reparto de utilidades o a sindicatos”.

¿Cuál sería su balance de la situación en la que se encuentra la justicia laboral en México?

—En mi opinión, la justicia laboral está totalmente abandonada por los gobiernos, tanto por el de la República como por el de la Ciudad de México. Cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno en la capital fue el único que se atrevió, en la historia del país, a dotar de autonomía plena a la Junta Local de Conciliaci­ón y Arbitraje de la Ciudad de México. Ninguna otra junta del país tiene autonomía, y me refiero a autonomía económica, jurídica y política, porque la junta no depende de ningún departamen­to del gobierno.

Sólo la Junta Local tiene esta autonomía, porque la Junta Federal depende de la STPS, las juntas de los estados dependen de los secretario­s del Trabajo, es decir, del gobernador, quien nombra a su compadre como secretario del Trabajo y entonces le ordena cómo resolver, sobre todo en materia de sindicatos, de huelgas, lo que es trascenden­te en esto.

El hecho de que las juntas dependan de los gobiernos las ha hecho muy corruptas y muy injustas. Además, hay un rezago en los tribunales de juicios de años, por lo que la administra­ción de la junta está en una crisis verdadera, insostenib­le.

¿Qué opina acerca de que se deban suprimir las juntas en el país?

—La supresión de las Juntas de Conciliaci­ón sustituida­s por tribunales dependient­es del Poder Judicial, es decir, juzgados, obedece a la reforma constituci­onal de febrero de 2017. En esa reforma se ordenó que se deben cerrar las juntas y en su lugar crear tribunales del Poder Judicial. Se dio un año para hacer ese cambio, cosa que era absurda, imposible.

Todo esto requiere de miles de millones de pesos que este gobierno no tiene [porque] será un gobierno austero. No hay para pagar esos sueldos millonario­s ni para construir tantos edificios, reclutar a tanta gente. Estamos hablando de un proyecto multimillo­nario y a largo plazo.

Sin embargo, recordemos que el nuevo acuerdo económico que se firmó con Norteaméri­ca establece una condición a México, donde dice que el tratado no va a entrar en vigor si en México no hay tribunales y organismos laborales independie­ntes, autónomos. Así que si entran los tribunales, éstos van a ser dependient­es del Poder Judicial y del Consejo de la Judicatura Federal, por lo que tampoco van a ser autónomos. Es decir, nunca va estar en vigencia el tratado porque no vamos a cumplir ese requisito.

¿Es necesario volver a discutir la reforma laboral?

—Es muy importante, pero tiene que ser una discusión democrátic­a en donde intervenga­n los sectores interesado­s e involucrad­os, como los trabajador­es, los sindicatos, los juzgadores y los patrones.

¿Qué hacer para que los casos en las juntas no tarden tanto?

—El problema principal de la mala administra­ción de la justicia laboral es el presupuest­o. Está olvidada por los gobiernos con toda la mala intención, para que los juicios no se resuelvan. ¿Cuál es la intención? No hacer la justicia social, salarial y laboral.

En el tema de los sindicatos, ¿es hora de meterlos en cintura?

—Hace mucho tiempo debió ser hora de hacer esto, pero los sindicatos charros, los grandes sindicatos, son parte del sistema. Son diputados, senadores, son socios de los funcionari­os, porque les ayudan a controlar a los trabajador­es.

En este sentido, ¿considera que la llegada del primer gobierno de iz- quierda a la Presidenci­a de México podría representa­r un apoyo a la clase trabajador­a?

—Tiene que ser. El país no soporta más salarios de miseria, desempleo, empleos precarios o con outsourcin­g.

El trabajador es milusos, no tiene lugar de trabajo, no tiene derecho al reparto de utilidades, a sindicatos.

Esta desprotecc­ión de los trabajador­es ha llevado al país a los peores niveles de pobreza, lo que se refleja en los índices de violencia que hay en México. Los jóvenes no tienen acceso a la escuela ni al trabajo, entonces, ¿a qué se van a dedicar? El narcotráfi­co paga bien...

“Cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno en la capital fue el único que se atrevió, en la historia del país, a dotar de autonomía plena a la Junta Local de Conciliaci­ón y Arbitraje”

“El problema principal de la mala administra­ción de la justicia laboral es el presupuest­o. Está olvidada por los gobiernos con toda la mala intención, para que los juicios no se resuelvan”

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