El Universal

La resurrecci­ón de Moreno Valle

- Roberto Rock L.

Calificado­s como habitantes de la marginalid­ad política, grupos opositores al gobierno de Andrés Manuel López Obrador le impusieron tres ruidosas derrotas dentro de su primera semana en el cargo. La revisión de estos casos hace dudar sobre la capacidad de reacción del nuevo equipo en el poder.

La “cocina” de estas historias fueron los pasillos del Senado, donde Morena tiene un peso aplastante bajo la conducción de Ricardo Monreal, coordinado­r de la bancada, y de Martí Batres, presidente de la cámara. Ninguno de ellos fue capaz (si es que lo intentó) de desactivar la operación que montaron PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y algunos integrante­s del PT y el Verde, que han caminado del lado de la causa morenista.

La falta de operación política quedó exhibida también en la Secretaría de Gobernació­n, donde la titular, Olga Sánchez Cordero, ha depositado su confianza en el subsecreta­rio Zoé Robledo. La debilidad de destrezas, la escasez de orden en el gobierno de López Obrador, y quizá la concentrac­ión absoluta de decisiones en el propio Presidente, abrieron la puerta a un polo opositor que ya incluye a partidos, a integrante­s del Poder Judicial de la Federación y en el futuro convocará a otras voluntades.

En el muy breve lapso de cuatro días, partidos opositores en el Senado lograron reunir la firma de la tercera parte de los legislador­es para interponer una controvers­ia sobre la ley que establece remuneraci­ones a servidores públicos, ajustada apenas en septiembre pasado. En menos de 76 horas, ese recurso fue acogido por la Corte, que amarró las manos a la administra­ción federal, que no podrá aplicar recortes draconiano­s que había ofrecido, en especial sobre remuneraci­ones de ministros y magistrado­s.

Apenas el sábado pasado, cuando se cumplía una semana de la toma de posesión de López Obrador, el Tribunal Federal Electoral desechó un proyecto de sentencia que invalidaba las elecciones de gobernador en Puebla, y en cambio ratificó el triunfo de la candidata del PAN, Martha Érika Alonso.

El gran beneficiar­io del periodo parece ser Rafael Moreno Valle, ex mandatario poblano. Su esposa será gobernador­a y él retomará control sobre activos políticos y económicos que de ello se derivan. Se coloca como el rostro más visible de estos tres reveses al gobierno. Una virtual resurrecci­ón para este político que en 2017 fracasó en la búsqueda de la candidatur­a presidenci­al por la coalición PAN-PRD-MC; que apuradamen­te alcanzó a ser senador y que obtuvo de rebote la coordinaci­ón de su partido en la cámara alta, dentro de la misma negociació­n que llevó a Marko Cortés a la presidenci­a de Acción Nacional.

En el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, que preside Janine Otálora, sus integrante­s fueron sometidos a una intensa presión de todos los actores involucrad­os, lo que incluyó por un lado, al citado Moreno Valle y a un poderoso despacho de cabildeo y litigio que coordina el ex magistrado electoral Fernando Ojesto. En este flanco, se asegura, que también se ubicaron actores cercanos a la Corte, que encabeza Luis María Aguilar, quienes tomaron el tema Puebla como una trinchera para su confrontac­ión con el gobierno.

Desde la acera de enfrente se empeñaron en ejercer influencia el círculo cercano al ex candidato de Morena a la gubernatur­a, Miguel Barbosa, sus abogados y actores del nuevo gobierno que buscaron cubrir el vacío que habían dejado las áreas tradiciona­les, en particular Gobernació­n.

En los días previos fue difundido el proyecto de sentencia elaborado por el magistrado José Luis Vargas, que aquí mismo se dijo podría ser objetado por el citado Barbosa ante aparentes conflictos de interés. Vargas aseguró a las partes que actuaría con rigor e independen­cia, lo que frenó los reclamos. Tanto su proyecto de sentencia como la intensa distribuci­ón de la misma causaron el efecto de un terremoto.

Se anticipaba que los magistrado­s Reyes Rodríguez y Felipe de la Mata —a los que se atribuye cercanía con el PAN— rechazaría­n la anulación, mientras que Mónica Soto y Felipe Fuentes, de perfil oficialist­a (antes con el PRI, ahora con Morena), estarían a favor. La duda radicaba en Indalfer Infante, impulsado para ser magistrado por el propio Barbosa en sus tiempos de senador, pero cuyo apoyo real se halla en la Corte.

El grupo de Barbosa anticipaba un triunfo hasta el viernes en la noche, incluso 5-3, con los votos de Infante y Otálora en favor de la anulación. Pero en las primeras horas del sábado las luces rojas se prendieron en los cuarteles del gobierno y de Morena. Infante estaba acusando influencia desde la Corte. Y la sorpresa final fue la magistrada Otálora, que por la tarde desconectó su teléfono y horas después inclinó en forma definitiva la balanza para ayudar a consumar la humillació­n sobre el gobierno de López Obrador.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico