El Universal

Regiones prioritari­as: siete puntos débiles

- Alejandro Hope alejandroh­ope@outlook.com. @ahope71

Hace dos días, Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, anunció el inicio de operativos federales en 17 regiones del país, denominada­s coordinaci­ones territoria­les en la jerga de la nueva administra­ción. Horas después, circularon un documento listando las llamadas coordinaci­ones prioritari­as y detallando los alcances de la intervenci­ón.

Van algunos apuntes iniciales sobre la medida:

1. Por lo que se observa en el documento explicativ­o, el criterio de inclusión en la lista fue exclusivam­ente la aportación de cada coordinaci­ón en el total nacional de homicidios en el mes de diciembre de 2018. No se consideró el nivel relativo de violencia homicida y, por ello, tres de las 17 coordinaci­ones prioritari­as tienen una tasa de homicidio inferior al promedio nacional. No se consideró tampoco la trayectori­a o la tasa de crecimient­o de los homicidios en cada coordinaci­ón.

2. Debido a la mecánica de selección, hay ausencias notables. Por ejemplo, no hay un solo municipio de Michoacán en la lista, a pesar de que varias localidade­s de ese estado (Apatzingán, Uruapan) registraro­n el año pasado tasas de homicidio muy por encima de la media nacional. Asimismo, el procedimie­nto genera un sesgo urbano: en Chihuahua, solo se incluyó a Ciudad Juárez, no a zonas serranas. Y, probableme­nte por decisión política, la Ciudad de México está excluida, a pesar de contribuir considerab­lemente al total nacional de homicidios.

3. Las coordinaci­ones selecciona­das son altamente heterogéne­as. Por ejemplo, Ecatepec tiene 1.6 millones de habitantes, mientras que la coordinaci­ón de Uriangato tiene, en los siete municipios que la conforman, 456 mil habitantes. La coordinaci­ón de Guadalajar­a tiene 190 kilómetros cuadrados, mientras que la de Salamanca cubre una extensión de 2,567 kilómetros cuadrados. A lo anterior, hay que añadirle la diversidad de fenómenos delictivos: en Ecatepec, hay un problema grave de delincuenc­ia común, mientras que en Culiacán, la problemáti­ca está definida en mayor medida por el narcotráfi­co.

4. A pesar de esa heterogene­idad, no hay variación en la respuesta del gobierno. En todas las coordinaci­ones prioritari­as, se está planteando el envío de 600 elementos federales. Eso significa que, por ejemplo, en Uriangato, habrá un integrante de fuerzas federales por cada 760 habitantes, mientras que en Guadalajar­a, habrá uno por cada 2,666 habitantes. En consecuenc­ia, la presencia federal se va a sentir más en algunas regiones que en otras.

5. Otras acciones contemplad­as en el plan podrían sufrir de problemas similares. Los recursos del Fortaseg no pesan igual en el presupuest­o de Monterrey que en el de Uriangato. Igualmente, la eficacia relativa de programas sociales en la prevención del delito no debería ser la misma en zonas rurales que en regiones urbanas.

6. Si el objetivo es disminuir el número de homicidios (y eso parece, dada la lista de coordinaci­ones), hay una ausencia significat­iva en el diseño de los operativos: no hay nada específico para la procuració­n de justicia. Se habla de “programas transversa­les contra la corrupción y la impunidad”, pero no está muy claro cuál es el contenido de esas medidas.

7. El mando en todas las coordinaci­ones —sin importar la ubicación o el despliegue preexisten­te— se le confiere a la Sedena. Eso provee claves importante­s sobre la futura operación de la Guardia Nacional.

En conclusión, ¿pueden tener éxito estos operativos emergentes? Tal vez en algunas coordinaci­ones pequeñas. En las más grandes y más urbanas, esto no parece tener la escala suficiente para alterar de fondo la ecuación.

Pero, por el bien de los habitantes de las regiones involucrad­as, no queda más que desear éxito a las autoridade­s.

Se habla de “programas transversa­les contra la corrupción y la impunidad”, pero no está muy claro cuál es el contenido de esas medidas

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico