Los roles dentro de casa
¿Cómo se manejan las familias y qué tan satisfechas están con su dinámica diaria?
El mundo se encuentra en constante cambio. Los hábitos, gustos y medios de acceso a la información se transforman generación tras generación. Dentro de todo este proceso ¿qué papel juegan en las familias mexicanas niñas, niños y adolescentes? ¿Qué significa para ellos y para sus padres la familia? ¿Cambiarían algo de esta? ¿Cómo son las dinámicas en los hogares?
Esas fueron algunas de las preguntas que se hicieron para desarrollar el estudio “Niños, niñas, adolescentes y sus familias”, presentado por la organización civil GUARDIANES, y las empresas Netquest y Lexia Insights Solutions, especialistas en estudios de opinión.
El objetivo de la encuesta fue conocer la relación entre niños, niñas y adolescentes con madres y padres para comparar las dos perspectivas pero, sobre todo, descubrir cómo es su relación en casa.
La familia
Entre los hallazgos más significativos destacan que la familia aparece, tanto entre los adultos (88%) como entre sus hijos (89%), como la institución más importante en sus vidas. La familia es percibida en términos muy positivos, como un espacio unido, amoroso y alegre.
Y aunque 50% de los adolescentes y 55% de padres y madres afirmó que no cambiarían nada de sus familias, a 12% de los niños y niñas, de entre 14 y 17 años, les gustaría mejorar las condiciones económicas; el 14% mejoraría la comunicación (más unión, menos discusiones); mientras que 16% cambiaría algunas actitudes como el carácter de sus integrantes.
Por su parte, 14% de las madres y padres gustarían poder pasar más tiempo con sus hijas e hijos; 7% cambiaría sus condiciones económicas; 4% coincide con cambiar el carácter de los integrantes; y 2% en acortar la distancia entre ellos.
De acuerdo con el estudio, en el 58% de los hogares en México hay un reparto de responsabilidades que cada integrante debe cumplir para que todo marche bien. Además, en el 57% de las familias existen normas claras de convivencia como horarios y reglas de comportamiento.
Según refieren los menores, 53% de las reglas son establecidas en conjunto por ambos padres; 29% de los casos, solo por la madre; 4%, por el padre; mientras 14% reconoce que no hay reglas claras.
La principal regla aplicada y mencionada por la mayoría de los adolescentes es el respeto, seguida por el cumplimiento de las labores domésticas y límites de conductas, horarios y permisos. Es relevante que el estudio muestra un entorno en el que la opinión de los hijos es importante ya que 76% de los adolescentes considera tener la libertad de decidir sobre su vida y futuro, y que sus opiniones son tomadas en cuenta en este aspecto y en otros de la vida familiar (76%).
Además, 51% de las familias mexicanas con hijos entre tres y 17 años los toma en cuenta en decisiones como salir a pasear (81%), el destino de las vacaciones (51%), la selección de la comida (72%), e incluso cuatro de cada 10, en la compra de artículos para la casa.
Padres y madres se describieron como amorosos, exigentes y estrictos. Solo cuatro de cada 10 habla de sí como autoritario. La mayoría considera que ser buenos padres va de la mano con cumplir obligaciones de manutención y educación; en segundo lugar, con un tema de ser ejemplo, dar confianza y comunicación; en tercer lugar, con temas de afectividad.
Las relaciones familiares
En general los padres y madres consideran que tienen una relación buena o muy buena con sus hijos (99%), que los conocen muy bien (87%), y que han construido una relación de confianza en la que se les pueden acercar (86%) y contarles sobre lo que les pasa (74%).
Esa buena relación se explica, en opinión de los padres, porque los escuchan y conocen muy bien a sus hijos (87%).
Los adolescentes, por su parte, califican sus relaciones familiares de acuerdo con cada integrante. Por ejemplo, 88% define como muy buena la relación con su mamá mientras que, con el papá, el porcentaje varía levemente a 79%.
Es notable que, aunque conviven más con sus hermanos, en quien más confían es en su madre (45%), que está muy por encima de la confianza en el padre (apenas 9%). Esta diferencia es consistente con los atributos que reconocen en cada uno. Mientras las madres son más amorosas, exigentes y enojonas, los padres fueron calificados como amorosos, pero más consentidores y relajados.
La distancia que hay entre la convivencia con las madres (93%) y los padres (68%) también es notable, pues con estos últimos conviven más en los fines de semana. Lo que explica que la primera opción que buscan para hablar cuando tienen algún problema o se sienten agobiados es la madre (37%), mientras que solo un 4% busca como primera opción al padre.
Pero no siempre acuden a su familia. Un 30% de los adolescentes dijo que prefiere hablar de sus problemas con alguna persona que no sea su familia o, bien, callarlo (14%) ya que no les gusta hablar con otros de estos temas.
Al preguntarles ¿qué tanto confían sus padres en ellos? Siete de cada 10 asegura que lo hacen por completo.
Dinámicas en casa
Aunque de acuerdo con padres y madres, los castigos, gritos y golpes son límites poco utilizados (fueron mencionados como tercera, cuarta y sexta opciones), entre quienes aplican correctivos a sus hijos, el 7% lo hacen a través de la violencia. Entre los adolescentes, nueve de cada 10 reconocen que sus padres les imponen alguna medida correctiva en caso de no cumplir con las reglas en casa. Los castigos (82%) y la restricción del tiempo libre son las medidas más mencionadas, mientras que los gritos, golpes o ignorarlos ocupan un 15%. Al preguntarles si consideran que estas medidas correctivas son efectivas, siete de cada 10 adolescentes afirmó que sí, aunque ello no significa que estén de acuerdo con su aplicación.
En otros puntos de interés dentro de las dinámicas familiares, llama la atención que seis de cada 10 adolescentes dijo que en sus casas no hay secretos, pero si temas “íntimos” que requieren discreción; mientras que un 38% califica a su familia como discreta en la que todos saben qué cosas pueden o no contar.
El 6% restante reconoció tener muchos secretos que está prohibido contar. Mismo porcentaje que, al ser cuestionado sobre conflictos en su familia, refirió que hay problemas resueltos de los que no se puede hablar. Sobre el tema, 4% de los encuestados comentó que en su casa nunca se habla para resolver problemas, mientras que 3% dijo que prefieren evitarlos por lo que casi nunca se resuelven.