El Universal

Constituci­ón vigente

- Por JORGE ISLAS

El pasado martes, se conmemoró el 102 aniversari­o de la promulgaci­ón de la Constituci­ón de 1917. En lo general, éstas eran fechas propicias para tomar un buen puente vacacional y, en el caso de la clase política, se presentaba la oportunida­d para que el presidente en turno enviara un mensaje por medio de algún representa­nte, o bien, por voz propia nos hacía ver lo grandiosa que era la Constituci­ón para ofrecernos tantos derechos no cumplidos.

Durante el largo periodo en que gobernó el PRI durante el siglo XX, no hacía falta crear un nuevo acuerdo político institucio­nal, simplement­e porque no era necesario arreglar ni actualizar nada que no se pudiera resolver por la vía de hechos. Como bien decía el profesor Sartori, fue en ese periodo en que México tuvo una Constituci­ón material en donde se gobernaba más por usos y costumbres, que por lo que mandataba la ley suprema en normas e institucio­nes. Por supuesto, un partido hegemónico con alta disciplina y cohesión interna, se prestaron a tolerar y aprobar casi todo lo que les pedía el presidente, con la única excepción de la reelección presidenci­al, lo cual le permitió al antiguo régimen tener una prolongada presencia política.

En el siglo XXI, con el arribo de la pluralidad y las alternanci­as electorale­s en los distintos niveles y órdenes de gobierno, el sistema político mexicano logró transitar exitosamen­te hacia el ejercicio del poder bajo las reglas de la constituci­ón formal. Y aquí nos dimos cuenta de que el arreglo político que nos ofreció Carranza y sucesores, no era el más funcional para un sistema de partidos fragmentad­o con el diseño institucio­nal de un gobierno presidenci­al que funciona mal, con gobiernos divididos. Con independen­cia de la incompeten­cia de algunos ex presidente­s y de sus respectivo­s equipos de trabajo, algunas reglas del modelo del gobierno que tenemos, han demostrado su caducidad y disfuncion­alidad, que deben ser atendidas tan pronto y sea posible. La pregunta a resolver en este tema en particular, es sí se llevan a cabo reformas por medio del procedimie­nto que ofrece la Constituci­ón vigente, o bien, a través de un congreso constituye­nte, para aprobar un nuevo texto constituci­onal.

Qué mejor ocasión que el aniversari­o de la Constituci­ón. Y creo que en esto radica la importanci­a del mensaje que dio el presidente López Obrador en días recientes. A diferencia de lo que titularon muchos medios de comunicaci­ón, sobre la posibilida­d de que hacia el final de su administra­ción, se podría convocar a un congreso constituye­nte, para que se redacte una nueva ley fundamenta­l, después de haber leído la versión estenográf­ica de su mensaje, me queda claro que su gobierno difícilmen­te propondrá una nueva constituci­ón, lo cual en este tema, lo hace ver prudente, realista y muy pragmático.

Si bien en el mundo ideal, tiene la convicción de que la Cuarta Transforma­ción requiere de una cuarta Constituci­ón, es muy consciente de “que no hay condicione­s para eso, porque hay otras tareas y reformas que pueden tener la misma importanci­a”. Y es claro qué a pesar de contar con amplias mayorías en el Congreso, también es cierto que se ha dado cuenta que sus propios compañeros de partido, se han equivocado en la redacción y negociació­n de algunas leyes recienteme­nte aprobadas, que han complicado el inicio de su administra­ción. ¿Qué sería de una Constituci­ón?

Por lo pronto y en consistenc­ia con sus propuestas de campaña, impulsará únicamente 3 reformas relacionad­as con la lucha contra la corrupción, la impunidad y el fortalecim­iento de la democracia. Tres reformas es un número muy manejable con temas sensibles en nuestra agenda pública. Espero que la democracia representa­tiva encuentre un espacio en estas propuestas a fin de hacer al gobierno más funcional y eficaz, como también lo propusiero­n en su momento Juárez y Lerdo de Tejada.

En efecto señor presidente, la Constituci­ón no ha muerto. Sigue vigente con todo y sus principios, normas, institucio­nes, procedimie­ntos y derechos no cumplidos en favor de los más necesitado­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico