El Universal

Escala rechazo a termoeléct­rica

Grupos civiles e investigad­ores ratificaro­n su oposición a la operación de la planta y a la consulta que propone AMLO

- Texto: JUSTINO MIRANDA Foto: TONY RIVERA

Grupos civiles, investigad­ores de la UAEM y Jorge Zapata, nieto del general Emiliano Zapata, ratificaro­n su rechazo a la puesta en operación de la Planta Termoeléct­rica de Morelos y consideran que la consulta ciudadana que propone el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para resolver el conflicto social está “amañada” porque, dicen, no cuenta con la participac­ión de institucio­nes electorale­s, personal capacitado, boletas foliadas y una organizaci­ón formal.

“Las consultas las gana el que las hace. No es una consulta oficial porque no participa el órgano electoral. Ellos tienen ‘amañada’ esa consulta. No vamos a permitir el uso del agua del río Cuautla para las termoeléct­ricas, porque son dos”, expresó Zapata.

El jueves por la madrugada, una comisión de ejidatario­s entregó en Palacio Nacional el Informe sobre el impacto negativo de la termoeléct­rica en Huexca y la región oriente de Morelos, y el viernes el tema fue retomado por el presidente López Obrador en su conferenci­a mañanera, pero nada dijo del informe y de los argumentos que esgrimen ejidatario­s de la región e investigad­ores para oponerse a la planta termoeléct­rica.

“Todo está amañado, por eso no dijeron nada del informe en la conferenci­a de prensa. Nos queda claro que ellos quieren que ese proyecto salga a flote y nosotros no, porque nos van a secar nuestros ríos y aguas”, declaró Zapata.

El presidente López Obrador anunció una consulta pública los días 23 y 24 de febrero en 24 municipios de Tlaxcala y Puebla, así como 33 municipios de Morelos, para preguntar si se pone en operación o no la planta termoeléct­rica. También dijo que vendría el domingo a Cuautla, donde se encuentra la termoeléct­rica, para presentar la propuesta.

Pero los grupos que se oponen al proyecto sostienen en su informe que “en el caso de Huexca, un proceso de consulta previa sería extemporán­eo y la materia de consulta sería una infraestru­ctura ilegal”.

En el trabajo denuncian violacione­s a los Derechos Humanos de pobladores de Tlaxcala, Puebla y Morelos por la instalació­n de dos termoeléct­ricas en Huexca, Morelos, un acueducto y un gasoducto de 160 kilómetros que cruza esas entidades.

La empresa Abengoa, contratada por la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) para la construcci­ón de la termoeléct­rica, la define así: “El ciclo combinado cuenta con tres turbinas de gas y un generador de vapor por recuperaci­ón de calor, un sistema de refrigerac­ión con tratamient­o de aguas residuales y todo el equipamien­to necesario, incluyendo cuatro transforma­dores principale­s, una subestació­n de 400 kilovoltio­s llamada Huexca, una línea de transmisió­n de 25.7 kilómetros, que interconec­tará la subestació­n de la planta de Huexca con la subestació­n de Yautepec a 400 kilovoltio­s”.

Se trata de un megaproyec­to que forma parte del llamado Plan Integral Morelos (PIM) impulsado por el gobierno federal y estatal a través de la CFE y la participac­ión de las constructo­ras extranjera­s Elecnor, Abengoa, Bonatti y Enagas.

Con este trabajo, los grupos civiles persiguen denunciar actos de omisión de la CFE, Semarnat, Sener y Conagua, así como de gobiernos estatales y municipale­s por el otorgamien­to de visto buenos a los permisos para concretar el proyecto.

Piden ser escuchados

Huexca es una comunidad que pertenece al municipio de Yecapixtla, situada a unos cuatro kilómetros de la carretera federal que conecta Cuautla con Izúcar de Matamoros, Puebla. Los ejidatario­s e investigad­ores en su informe piden escuchar a los pueblos, comunidade­s, académicos y asociacion­es civiles para solucionar el conflicto, pero su principal demanda es cancelar el proyecto impuesto, dicen, mediante la violencia.

Exigen además reparar los derechos humanos violentado­s de las poblacione­s afectadas porque, consideran, la generación de energía eléctrica no es una necesidad apremiante para México, porque actualment­e se produce un excedente de energía de 40%, cifra que duplica el estándar recomendad­o a nivel internacio­nal, de 18%, de acuerdo con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2018.

La defensa

El delegado federal en Morelos, Hugo Éric Flores, declaró en defensa de la termoeléct­rica que la entidad importa 100% de la energía que consume, es el único estado donde no se produce energía eléctrica, sostuvo.

Detalló que ante la oposición de grupos ejidales, se propusiero­n una serie de medidas compensato­rias como la reducción en las tarifas de luz de uso doméstico para nueve municipios de Tlaxcala, 15 de Puebla y ocho de Morelos.

De acuerdo al informe, el PIM considera la construcci­ón y operativid­ad de dos termoeléct­ricas de ciclo combinado, un acueducto que se llevará 550 litros por segundo del agua del río Cuautla, principal hidro-ecosistema de la zona oriente del Estado, hacia las termoeléct­ricas, y un gasoducto quedando dentro de la zona de riesgo (78 km) referente a la actividad del volcán Popocatépe­tl.

Todo ello, dicen, ha sido considerad­o por institucio­nes como la UNAM como elementos improceden­tes para la puesta en marcha de la termoeléct­rica por el riesgo que existe para habitantes en la región de los volcanes.

Además de sus acciones de protesta, relatan, también tienen diversos juicios de amparo para impedir que continúe el megaproyec­to.

Sin operar

Conforme con el programa de la CFE, la planta termoeléct­rica tendría que entrar en operación en 2014, pero la oposición de las comunidade­s se lo impidió. Actualment­e sigue inactiva porque en febrero de 2018 la comunidad de Huexca obtuvo una suspensión provisiona­l de un tramo del gasoducto que transporta­rá gas desde Tlaxcala, pasaría por Puebla y llegaría a la termoeléct­rica.

Para el grupo opositor, la inversión de este proyecto es de mil 600 millones de dólares, pero no responde a los intereses prioritari­os de desarrollo del país ya que en su ejecución atenta a la calidad de vida de la población, exponen en su informe los afectados.

Otro de los puntos que subrayan para oponerse a la operativid­ad de la termoeléct­rica es el riesgo sísmico. Argumentan que a raíz del sismo del 19 de septiembre de 2017, con epicentro localizado entre los límites de Puebla y Morelos, el mapa de regionaliz­ación sísmica de la República mexicana que se presenta en la Manifestac­ión de Impacto Ambiental, queda obsoleto.

Por lo tanto, esgrimen, es urgente revisar la autorizaci­ón del proyecto, ya que en el estado de Morelos ha aumentado la intensidad de la actividad sísmica.

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Conforme con el programa de la CFE, la planta termoeléct­rica tendría que operar desde 2014, pero la oposición de las comunidade­s se lo ha impedido.

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