REINGENIERÍA PARA UN NUEVO ICONO
Audemars Piguet presenta la esperada última colección Code 11.59
Hacía tiempo que Audemars Piguet no lanzaba una línea completamente nueva. Lo acaba de hacer en SIHH 2019 y, según la firma de Le Brassus, contiene el código genético de la manufactura. Todo un fenómeno mediático ya que la colección no ha dejado indiferente a nadie en su lanzamiento en Ginebra. Al no ser una propuesta convencional, tiene la pretensión (ambiciosa) de compartir protagonismo con el irreductible Royal Oak.
Code 11.59 by Audemars Piguet requirió nuevas herramientas, competencias y técnicas para alcanzar un grado de complejidad mecánico y estético excepcional, dicen desde la casa. Una línea que ya no es una evolución o reinterpretación de sus íconos Royal Oak, Offshore o Millenary. En total 13 referencias que incluyen funciones de alta relojería como calendario perpetuo, cronógrafo, tourbillon o sonería.
Uno de los rasgos más llamativos integra con atrevimiento una carrura octogonal en una caja redonda, un guiño a su caja icónica del Royal Oak. La parte superior de las asas esqueletadas está soldada al bisel extraplano, mientras que la parte inferior está apoyada contra el fondo de la caja en una alineación perfecta. Un “look” renovado que se instala en el siglo XXI con vocación de perdurar.
En la esfera, la firma Audemars Piguet está hecha en finas capas de oro con un proceso parecido a la impresión 3D, que se llama crecimiento galvánico. Cada letra está unida mediante fijaciones de aproximadamente el tamaño de un cabello y colocada a mano sobre la esfera mediante unas diminutas patas que son prácticamente invisibles para el ojo. Es la primera vez que se usa esta técnica con oro de 24 quilates. Todos los guardatiempos, de 41 mm, son unisex.
Destaca el primer Cronógrafo con calibre desarrollado por la firma. El nuevo movimiento inhouse está dotado de un indicador de fecha de salto instantáneo, cronógrafo con rueda de pilares integrada y función de flyback que permite reiniciar el crono sin tener que detenerlo y restablecerlo antes. Tiene 70 horas de reserva de marcha y una masa oscilante de oro rosa de 22 quilates esqueletada visible a través del fondo de la caja.
El movimiento luce también técnicas de acabado del movimiento excepcionales: «traits tirés» (trazos estirados), ángulos pulidos con diamante, Cotes de Genéve, perlado, achaflanado y grabado dorado. La esfera lacada azul intenso ofrece un acabado en espejo perfecto. La caja de oro rosa refleja los indices curvados de oro pulido y el número único a las 12 en punto, así como el logotipo en relieve y las largas agujas estilizadas. Los contadores del crono están rodeados de hilos de oro con ángulos en V pulidos. Hay cuatro versiones con caja de oro blanco y oro rosa y carátulas, negra y azul para ambos metales.
Otra de las complicaciones es el Tourbillon Volante Automático. Es la primera vez para Audemars Piguet que un movimiento de cuerda automática posee un rotor central y un tourbillon volante. El calibre 2950 está acabado con Cotes de Geneve, acaracolado y biseles pulidos a mano. La masa oscilante es de oro rosa para el modelo de oro rosa y en oro rosa chapado en rodio para el modelo de oro blanco. El movimiento está acabado con perlado y satinado circular en el lado de la esfera. También se presenta un Tourbillon Esqueletado de cuerda automática con el calibre 2948. El contraste creado entre el oro rosa de 18 quilates de la caja y el color oscuro de la platina de plata alemana chapada en rodio y esqueletada y los puentes con revestimiento PVD, acentua el aspecto artistico del calibre y su efecto 3D. Con 70 ángulos en V pulidos a mano, el acabado manual de este movimiento de 4.97 mm de grosor lleva el arte del esqueletado a nuevos niveles.
La firma ha presentado también una Repetición de Minutos Supersonería. Este modelo sigue aprovechando el gran impulso de la tecnologia de la Supersoneria lanzada en 2016. Su excepcional rendimiento acústico, calidad de sonido y tono armónico se deben a los gongs patentados, la construcción de la caja y el regulador de soneria desarrollado ese año. Los eficientes gongs no están unidos a la platina, sino a un nuevo dispositivo que actúa a modo de caja de resonancia, mejorando la transmision del sonido. Se ha rediseñado el regulador de la soneria (el dispositivo que marca el ritmo de la secuencia de soneria de las horas, los cuartos y los minutos) con el fin de absorber y eliminar ruidos indeseados gracias a su sistema de anclaje más flexible. Además, una función de seguridad evita que el usuario altere la indicación de la hora mientras el mecanismo de soneria está activo.
La caja de oro blanco de 18 quilates se complementa con una esfera de esmalte azul ahumado contrastada con las agujas, los indices aplicados y los números de oro blanco, asi como una firma de Audemars Piguet en esmalte. El diseño en forma de onda sonora del fondo de la caj inspirado en la acústica excepcional de la caja.
Destacable igualmente es el nuevo Calendario Perpetuo. Late con el calibre 5134 de cuerda automática de manufactura optimizado con la masa oscilante esqueletada de oro de 22 quilates . Un calendario perpetuo que ajusta automáticamente los meses cortos y añade un dia al mes de febrero en cada año bisiesto. Si se lleva el reloj permanentemente, no será necesario volver a ajustarlo hasta 2100. Este ajuste consistirá en mover la fecha manualmente del 29 de febrero al 1 de marzo. Las particulas estrelladas de la esfera son el escenario para la indicación de la fase lunar a las 6 en punto. Una imagen fotográfica de la luna aparece reproducida mediante grabado láser y aplicada en un disco de aventurina que coincide con el diseño de la esfera. La luna astronómica sirve para disminuir el error de visualizacion diario. Gracias a esta función, solo es necesario realizar un ajuste una vez cada 122 años y 108 días.
Finalmente, hay cuatro versiones de un Automático de tres agujas y fecha que combinan caja de oro blanco y oro rosa con carátulas blanca, azul o negra. Late con un nuevo movimiento inhouse, el calibre 4302, que está dotado de una masa oscilante de oro de 22 quilates. La respuesta del mercado está viva.