El Universal

Luis Fernando de la Calle

301, 232, 218 y T-MEC

- Twitter: @eledece

Donald Trump está convencido de que su estrategia comercial de amedrentar a sus socios con aranceles de importació­n funciona. En su imaginario, Canadá y México aceptaron la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sólo para evitar la imposición de más aranceles, la Unión Europea aceptará revisar los suyos de nación más favorecida con base a la amenaza de reciprocid­ad, en especial en materia de automóvile­s, mientras que China está sentado en la mesa en virtud de los aranceles impuestos unilateral­mente por Estados Unidos por violacione­s a la propiedad intelectua­l de sus empresas.

Trump se llama a sí mismo el “presidente arancel”, lo que refleja más que nada su unilateral­ismo (que no aislacioni­smo) y su voluntad de destruir el sistema internacio­nal de comercio basado en reglas, si es necesario para avanzar sus intereses. Al recién inaugurado presidente en enero de 2017 le frustraba saber que no podía subir aranceles cuando quisiera al no tener facultades (le pertenecen a su Congreso) o por los compromiso­s internacio­nales de Estados Unidos en la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC) que los limita al consolidad­o de nación más favorecida (los suyos son más bajos que los del resto del mundo en promedio) o los compromiso­s en tratados comerciale­s como el TLCAN.

La frustració­n terminó cuando uno de sus asesores le dijo: ‘presidente, hay dos maneras de fijar aranceles unilateral­mente: en caso de seguridad nacional, la sección 232 de la ley lo faculta, y en caso de violacione­s de otros países a sus compromiso­s con Estados Unidos, la sección 301 lo permite’. Así, Trump impuso aranceles a la importació­n de acero y aluminio, todavía vigentes, a Canadá, Corea del Sur, Japón, México, la Unión Europea y otros bajo la sección 232 a pesar de que el propio Departamen­to de Defensa reconoció que estos países no representa­n una amenaza a su seguridad nacional. Por su lado, a China le impuso una serie de aranceles con base en la sección 301 sin que mediara una investigac­ión sobre violacione­s aludidas ni un panel de solución de controvers­ias que las confirmara.

La apreciació­n, el cariño, que Trump tiene ahora por los aranceles unilateral­es tendrá un fuerte impacto en el proceso de aprobación del nuevo tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Para los 218 votos que se requieren para la mayoría se estima que, cuando menos, se requerirán entre 50 y 60 representa­ntes demócratas, además de la voluntad de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, para programar un voto en el pleno.

Canadá y México enfrentará­n dificultad­es muy serias en el proceso de aprobación que se avecina. La primera está relacionad­a con la permanenci­a de aranceles al acero y aluminio bajo el pretexto de seguridad nacional. El gobierno de Trump ha abusado de la sección 232 con respecto a sus principale­s socios y vecinos que bajo ningún supuesto representa­n un riesgo.

México enfrentará dificultad­es adicionale­s. Para empezar, los demócratas demandan una aplicación efectiva de las disciplina­s laborales comprometi­das en T-MEC. El gobierno mexicano debería aprovechar esta demanda para asegurar que el sistema de solución de controvers­ias funcione para los tres países y para todo tipo de controvers­ias, incluidas las propiament­e comerciale­s, y no sólo para las laborales. El problema es que el embajador Robert Lighthizer de Estados Unidos rechazó fortalecer el sistema durante la renegociac­ión y acaba de proponer a los demócratas el uso de la sección 301 para imponer aranceles a exportacio­nes mexicanas resultado de supuestas violacione­s laborales. Ésta es claramente una propuesta inaceptabl­e para México por su naturaleza unilateral, potencialm­ente arbitraria y de aplicación sólo para el país y no para Estados Unidos y Canadá. El uso de la 301 representa­ría el principio del fin del T-MEC y del TLCAN; debe rechazarse firmemente.

Finalmente, habrá que esperar una larga lista de solicitude­s sobre todo tipo de temas, relacionad­os al comercio o no, con el objeto de sumar 218 votos para la mayoría. El costo no será bajo y el pronóstico reservado.

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