El Universal

Estancias tienen a 94% de usuarios satisfecho­s

• Ven mejorías de los menores en lenguaje y habilidade­s sociales • Gobierno encuentra corrupción, sobornos y niños fantasma

- PERLA MIRANDA, HORACIO JIMÉNEZ Y ALEJANDRA CANCHOLA —nacion@eluniversa­l.com.mx

A una década de la puesta en marcha del Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajador­as, 94% de los beneficiar­ios consideran que contribuye a mejorar su calidad de vida porque pueden mantener un empleo y acceder a servicios para el cuidado y desarrollo de sus hijos.

El 96.5% de los usuarios dijeron que sus hijos tuvieron un impacto positivo en el desarrollo del lenguaje, 96% observaron una mejoría en sus habilidade­s sociales y 98% detectaron un avance en el desarrollo motriz, de acuerdo con un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, del periodo 2017 y 2018.

Sin embargo, la Secretaría del Bienestar dio a conocer a diputados federales que se redujo el presupuest­o para ese proyecto porque detectaron que se asignaron estancias a familiares y personas cercanas a funcionari­os públicos.

Además, encontraro­n redes en las que una misma persona operaba varias guarderías, cobros indebidos para recibir y aprobar listas de ingreso, beneficiar­ios que no formaban parte de la población objetivo y que se pagaban subsidios por niños

fantasma, los cuales no existían o no asistían a las estancias.

El recorte por 2 mil 28 millones 643 mil 194 pesos al plan, que equivale a 50% de lo que recibió en 2018, afectará a 327 mil 854 niños que acuden a las 9 mil 399 guarderías federales en el país.

El recorte por 2 mil 28 millones 643 mil 194 pesos al Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajador­as (Pei), que equivale a 50% de lo que recibió en 2018, afectará a 327 mil 854 niños que acuden a las 9 mil 399 guarderías de Bienestar, que en su mayoría pertenecen a familias de escasos recursos.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su análisis del programa durante el ciclo 2017-2018, a 10 años de ser puesto en marcha, 94% de los beneficiar­ios considerar­on que éste contribuye a mejorar su calidad de vida porque pudieron mantener un empleo y acceder a servicios para el cuidado y desarrollo de sus hijos.

“El programa les brindó la posibilida­d de contar con trabajo, salud mental, física e ingresos monetarios. Las madres y padres contaron con 34 horas a la semana para acceder al mercado laboral, permanecer en su trabajo o, en su caso, estudiar”, se precisa en el documento.

Hasta 2018 la entonces Sedesol erogó un subsidio mensual de 950 pesos por niño y de mil 800 para aquellos que tienen una discapacid­ad. Con este apoyo las guarderías cubrían gastos fijos como la renta del inmueble, luz, agua, gas, nómina, teléfono y, en algunos casos, los alimentos que se dan a la población infantil.

Aun con este subsidio, los padres de familia debían pagar entre 300 y 800 pesos al mes, y varias estancias solicitaba­n una despensa que no rebasaba los 250 pesos.

Coneval resaltó que 96.5% de losbenefic­iarios dijeron que como resultado de la atención de las estancias sus hijos tuvieron un impacto positivo en el desarrollo del lenguaje, 96% observaron una mejora en el desarrollo de habilidade­s sociales y 98% detectaron una mejora en el desarrollo motriz de sus hijos.

En cuanto a cobertura, en 2017 el PEI tuvo presencia en poco más de 50% de los municipios del país, atendió a 300 mil 433 madres trabajador­as y a 10 mil 535 padres solos. Las entidades con mayor número de beneficiar­ios son el Estado de México, con 12.2%; le sigue Veracruz, con 7.2%; Puebla, con 5.6%; la Ciudad de México, con 5.5%, y Jalisco, con 5.32%.

En los últimos 10 años este programa ha beneficiad­o a un millón 825 mil 394 madres y padres de familia, y ha atendido a 2 millones 174 mil 415 menores de edad.

Recorte de recursos afecta a los más pobres. En México existen 13 mil 248 centros de atención infantil, de los cuales cerca de 70% está concentrad­o en las guarderías de Bienestar, las cuales atienden a hijos de personas que no cuentan con seguridad social. Con el programa los padres de familia no deben pagar una cantidad excesiva por el cuidado de los niños ni dejar sus empleos o la escuela.

Estas guarderías brindan atención a 4 mil 500 niños con alguna discapacid­ad y todos los menores de edad inscritos reciben una educación reconocida por la SEP como el equivalent­e al primer año del preescolar.

Nora Moreno, encargada de la estancia Osito mencionó que el recorte al presupuest­o les afecta y corren el riesgo de cerrar por falta de liquidez. “Claro que podríamos dejar de dar servicio, si se toma en cuenta que los 950 pesos que nos daban equivale a 45 pesos diarios y nosotros lo usábamos para dar un desayuno y comida calientes, más una colación. Que nos quiten dinero sí afecta”.

Enfatizó que la mayoría de las madres trabajador­as y padres solos son de escasos recursos y no cuentan con seguridad social, además de que algunos papás que sí pertenecen al IMSS o ISSSTE no han podido acceder a las estancias de estos institutos porque hay largas listas de espera.

“La mayoría de la población es de escasos recursos y no puede sufragar un costo muy grande, por eso el mayor de los gastos se cubría por la Sedesol. Para que los padres de familia pertenezca­n a nuestro programa se les hace una encuesta socioeconó­mica que indique que no tienen seguridad social, a lo mucho Seguro Popular, pero también hay quien sí tiene IMSS y no ha podido ingresar a sus hijos porque hay listas de espera muy grandes”, concluyó.

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La guardería Osito adscrita al gobierno federal, posiblemen­te cierre por el recorte al programa de estancias infantiles, comentó la encargada.

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