Elisa Carrillo ahora bailará al son de la cuarta transformación
La Compañía Nacional de Danza, acéfala desde mayo de 2018, no sólo tendrá un director, sino dos. Desde diciembre pasado le habíamos contado que Cuauhtémoc Nájera estaba casi cantado para dirigir a la agrupación, sólo faltaba un detallito para que se diera su nombramiento oficial. Este fin de semana se dio a conocer: la texcocana Elisa Carrillo se sube al barco de la Cuarta Transformación y será codirectora artística de la CND. La primera bailarina en el Staatsballet de Berlín es, sin duda, una de las artistas más destacadas, con logros y conquistas incuestionables. Su campo de acción no se ha centrado únicamente en lo artístico, también abarca la gestión y ha logrado realizar galas con intérpretes destacados, un festival de danza memorable y creó una fundación que ha apoyado a jóvenes estudiantes. Sin embargo, esta película nos suena muy familiar. Nos recuerdan que cuando se invitó al tenor Ramón Vargas para estar al frente de la Compañía Nacional de Ópera fue tal la expectativa que hasta se habló oficialmente de la instauración de una “nueva era”. Aquello, ya sabemos, no acabó bien. El aparato, el sistema, el presupuesto, las limitaciones administrativas, la burocracia, los sindicatos, entre otras muchas otras cosas, dejan un campo de acción muy limitado y, para salir avante se necesita de una gran astucia operativa y, sobre todo, de un proyecto artístico de largo alcance. A este panorama se suma que la intérprete radica en Alemania y que su marido, Mikhail Kaniskin, tendrá un cargo “honorario”. ¿Quién será responsable de los gastos que impliquen sus viajes a México?, ¿a cuenta de quién correrán los gastos de representación de la pareja?, ¿cuál será el presupuesto que tendrá la compañía?, ¿desaparece la dirección ejecutiva?, ¿el salario del director se dividirá entre Elisa y Nájera?, ¿cuánto va a ganar cada uno? ¿La Fundación Elisa Carrillo implica un conflicto de interés?, ¿en su papel de funcionaria puede programar Danzatlán y la Gala Elisa y amigos?, ¿se le seguirá viendo con proyectos en el Estado de México, entidad que la arropó durante el sexenio de Peña Nieto? La CND es una de las instituciones culturales más importantes del país y lleva, por lo menos, 15 años con altibajas, sin rumbo ni personalidad. Sus integrantes y el público merecen, ya, que se le atienda con seriedad.