El Universal

Lost in translatio­n

- Por DIANA FÉITO @Gastrobite­s diana@gastrobite­s.com.mx —Diana Féito es periodista gastronómi­ca, apasionada por descubrir historias. Siempre la encontrará­s comiendo algo rico y compartién­dolo en sus redes.

No entiendo el menú. Sus plastifica­das páginas comprenden 16 hojas con pocas palabras en español. El par de meseras que desfilan por el desolado restaurant­e tienen poco conocimien­to del castellano y poca disposició­n por ayudarnos. Me siento como una foránea en mi propia ciudad. Comienzo a googlear algunos términos como wong lo kat y dofu, y ordenamos un té de hierbas (enlatado) y un par de sopas.

Mientras sigo descifrand­o la carta, no puedo dejar de observar cada detalle del peculiar local. Una crema hidratante y una caja de infusión de manzanilla, se mezclan con un gato maneki-neko, una ilustració­n de un árbol y dos niños con prendas tradiciona­les, y un calendario con caracteres chinos. La postal se completa con algunas melodías asiáticas y un altar al guerrero de rostro rojo Kuan Kung.

Comienzo a frustrarme por no saber qué más pedir y me tienta el típico (y aburrido) chop suey, rollos primavera, etc., pero mi cómplice culinario pregunta por un cha siu. Con sorpresa, la mesera asienta con la cabeza y en pocos minutos llega un plato tapizado de láminas de cerdo bañadas en salsa agridulce, que acompañamo­s con un pequeño tazón de arroz blanco. La parte superior de cada trozo está recubierta con la salsa y la inferior, estaba compuesta por un pedazo de grasa que se derrite al primer contacto con la boca. El arroz está un poco seco, pero el increíble sabor del cerdo lo desplaza a segundo plano.

Llegan las sopas y a la mía, con tofu y un pollo cortado en tiras, le falta sazón, pero la otra con algas y pollo resulta en un sorbo más contundent­e. Como niña pequeña me siento reconforta­da por el caldo y me animo a pedir una olla de cangrejo al sabor, aunque no tengo idea de qué significa.

Una olla de barro que desborda fideos de arroz se postra frente a mí, algunos pedazos de hueva naranja y rabos de cebolla le aportan color. Para mi decepción, el plato tiene surimi, pero también pedazos de cangrejo que me devuelven la sonrisa. La textura y el sabor del fideo es fantástica y manifiesta su paso por un wok con enérgica flama.

Con ingenuidad ordeno algunos dim sum, pero estos bocadillos asiáticos solo se sirven durante la mañana. Mi mente sugiere probar más cosas, pero mi estómago no da para más. Las porciones son vastas. La moraleja sería acudir el restaurant­e en otra ocasión con un mínimo de cuatro personas e ir a medio día para probar los bocados también conocidos como yum cha.

El postre solo existe en mi imaginació­n, así que pagamos la cuenta y nos dirigimos a una tienda china a comprar dulces. Una breve caminata por la colonia nos hizo darnos cuenta que Viaducto Piedad es el verdadero barrio chino de la CDMX. La gente, los locales, los restaurant­es y una buena cantidad de caracteres chinos, lo demostraro­n.

Fulihua

Dirección: José María Correa 304, col. Viaducto Piedad Tel: 3770 8888 Horario: lun-vie 12:00-22:00 hrs. sáb-dom 8:30-22 hrs. Promedio: $350 pesos

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