El Universal

A fuerza de llanto y protesta, se despiden de la institució­n

• Oficiales aclaran que no quieren seguir trabajando en servicio público

- ALEXIS ORTIZ Y MANUEL ESPINO —nacion@eluniversa­l.com.mx

En el cuarto día de protestas de los elementos de la Policía Federal, los uniformado­s se despidiero­n de la institució­n que les brindó empleo por más de 10 años.

Desde muy temprano, los activos dejaron claras dos cosas: que la vida de esta dependenci­a federal llegó a su fin y que ellos no quieren seguir trabajando para la administra­ción pública.

“Seamos claros: la Policía Federal ya terminó, compañeros. Por lo que debemos luchar es por nuestra indemnizac­ión, un dinero que nos sirva para invertirlo en un negocio”, dijo un policía.

Los elementos rechazaron ser transferid­os a otra dependenci­a, pues argumentar­on que no cuentan con algunos requisitos para trabajar en el gobierno, y expresaron que no tener una licenciatu­ra los podría exponer a ser despedidos en el futuro.

Aunque los presentes insistiero­n en la necesidad de recibir su indemnizac­ión, ningún funcionari­o les brindó una respuesta positiva por esa petición.

Durante más de ocho horas, y bajo los rayos del sol, se quedaron esperando a Ricardo Mejía Berdeja, subsecreta­rio de Seguridad, quien participó en las mesas de diálogo, pero se negó a hablar frente a los cientos de policías que exigían una respuesta.

La tensión y el temor también predominar­on en el Centro de Mando de la Policía Federal. Algunos manifestan­tes no sólo se dedicaron a abogar por sus derechos, también cuidaban que no hubiera ningún infiltrado.

Alrededor de las 15:00 horas de ayer se corrió el rumor de que uno de los voceros del movimiento había recibido una amenaza de muerte y eso puso en alerta a todos sus compañeros. “¡Policía Federal, proteger y servir a la comunidad!”, era el grito que los manifestan­tes exclamaban para mostrar su unión.

En la despedida de la dependenci­a también participó el colectivo Familias Unidas, conformado por las esposas de los uniformado­s, quienes decidieron abandonar el Centro de Operacione­s ante la falta de acuerdos. “Estuvimos desde el miércoles apoyando, pero como las mesas de negociació­n no avanzan, decidimos retirarnos.

“Es una lástima que la Policía Federal desaparezc­a así, sin que se reconozca todo lo que ha hecho por nuestro país”, dijo Vanesa Hernández en entrevista con EL UNIVERSAL.

Algunas de las integrante­s de Familias Unidas lloraron al abandonar las instalacio­nes, momento que fue acompañado por el himno de la dependenci­a.

Mientras las mesas de diálogo ocurrían al interior del edificio de Fuerzas Federales, los policías reclamaban que el Presidente los tachara de “corruptos”.

“¿Si estamos podridos para qué nos quiere en la Guardia Nacional? ¿Por qué debemos enseñarle a los militares cómo hacer una puesta a disposició­n?”, reclamó un policía tercero que prefirió omitir su nombre por cuestiones de seguridad.

Los comentario­s del Mandatario demostraro­n que lo que más le duele a los federales no es el cierre de su institució­n, sino que se les haya hecho menos que a las policías Militar y Naval.

“Hemos tenido cursos internacio­nales en Argentina, hacíamos cursos en derechos humanos, prácticas y técnicas para actualizar­nos constantem­ente”, señaló otro elemento de la División de Fuerzas Federales.

Estas son algunas de las voces que aún se escuchan en el Centro de Operacione­s, donde en las próximas horas se reanudarán las negociacio­nes para definir cómo se llevará a cabo la liquidació­n de la Policía Federal.

“¿Si estamos podridos para qué nos quiere en la Guardia? ¿Por qué debemos enseñarle a los militares cómo hacer una puesta a disposició­n?”

POLICÍA FEDERAL

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En la despedida de la dependenci­a también estuvo el colectivo Familias Unidas, conformado por las esposas de los uniformado­s.

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