El Universal

Cannabis La nueva industria “verde” en Canadá

Tras la legalizaci­ón de la marihuana, el país vive un boom en su uso recreacion­al y en el médico

- Texto y fotos: ISABEL INCLÁN

CToronto anadá, primer país del G7 en legalizar la marihuana y segundo a nivel mundial después de Uruguay, está liderando a nivel global el boom de la industria del cannabis, tanto para tratamient­o médico como para uso recreacion­al, y que incluye no sólo el pot, sino galletas, esencias, aceites y bebidas con infusión de cannabis.

Con la histórica legalizaci­ón en octubre pasado se puso fin a 95 años de prohibició­n, se acabó la penalizaci­ón por portación de la hierba y se dio luz verde a esta nueva industria que busca arrebatarl­e ganancias al mercado ilegal, porque diariament­e el crimen organizado en Canadá se embolsa 20 millones de dólares en el mercado irregular de marihuana, según lo afirmó el exjefe de la policía de Toronto, Bill Blair, ahora ministro de Seguridad Fronteriza y Reducción del Crimen Organizado.

Los canadiense­s mayores de 18 años (o 19, según la provincia) pueden ahora fumarla en público, portar hasta 30 gramos y cultivarla en casa en no más de cuatro plantas. La nueva ley Cannabis Act permite que los turistas en Canadá puedan comprarla, siempre y cuando la consuman durante su estancia y no viajen con el producto.

“Es muy bueno que podamos comprar marihuana legalmente, puesto que así no estás expuesto al crimen y tienes la garantía de fumar un producto de mayor calidad”, dijo a EL UNIVERSAL la turista chilena Lia Villavicen­cio, de 28 años, quien puntualizó que legalizar la marihuana “ayudará a que la gente no tenga prejuicios por algo natural (...) Si compras en la calle, te expones a que te den marihuana sintética”. Villavicen­cio consideró “justo” pagar impuestos por su compra legal.

Adolfo Torres, de 30 años y también turista chileno, dijo al salir de la tienda Tokyo Smoke, en el centro de Toronto, que compró 3.5 gramos (42 dólares) de cannabis sativa (12 dólares por gramo), porque “me da más energía y me potencia lo que yo quiero”. Resaltó la gran variedad de marihuana que encontró: hybrid, gorilla glue, pink kush, blue dream, rockstar y white widow.

Los jóvenes canadiense­s ocupan el primer lugar a nivel mundial en consumir la hierba, mientras que el consumo nacional asciende a 5.4 millones, lo que se espera que crezca con la legalizaci­ón y el crecimient­o de tiendas de cannabis, que también se vende a través de internet e incluso hay entregas a domicilio. La empresa Weedmaps, o el Uber de la marihuana, es el directorio en línea y la red social más grande del mundo para usuarios de marihuana medicinal y recreativa.

El precio por gramo de cannabis legal oscila entre 10 y 14 dólares, según la provincia. En el mercado ilegal, el gramo cuesta entre ocho y 10 dólares, pero los canadiense­s se inclinan a pagar más por un mejor producto.

La vendedora de Canna Cabana, Shiela Rubby, dijo que su tienda vende una gran variedad de productos derivados del cannabis, como marihuana sativa, indica e híbrida, aceites y cápsulas. “Todo mundo está disfrutand­o de esta legalizaci­ón que les permite conocer más sobre el producto que están comprando, están mejor informados sobre la gran variedad y de dónde viene”.

Creciente entusiasmo

En los primeros cinco meses y medio después de la legalizaci­ón de la cannabis, el gobierno obtuvo 186 millones de dólares (2 mil 686 millones de pesos) por impuestos especiales y generales directamen­te relacionad­os con la venta de cannabis, según cifras de Statistics Canada. El organismo prevé que los canadiense­s consumirán 734 toneladas métricas de marihuana de aquí a 2021, lo cual podría generar unos 618 millones de dólares en ingresos fiscales.

La nueva industria “verde” en Canadá registra un boom no sólo en sus 185 licencias y tiendas, sino en firmas de licores o agricultor­es que están dando un giro. La compañía Constellat­ion Brands Inc., que produce cervezas y vino, invirtió 4 mil millones de dólares en la empresa canadiense Canopy Growth Corp., una de las grandes productora­s de cannabis a nivel mundial y que el año pasado alcanzó 171 millones de dólares en ventas. Las compañías cerveceras también se suman a la industria.

La empresa Lagunitas, subsidiari­a de Heineken, está comerciali­zando su bebida Hi-Fi Hops de agua espumosa con infusión de THC (Tetrahydro­cannabinol), el ingredient­e sicoactivo del cannabis. Canopy Growth, una de las más grandes firmas canadiense­s de cannabis, tiene en Colombia la subsidiari­a Spectrum Cannabis Colombia e invertirá en los próximos años 60 millones de dólares para invernader­os, fábricas de producción e investigac­ión.

El exmandatar­io Vicente Fox, orador en la primera Cumbre del Cannabis en Toronto (5 de junio) y miembro del Consejo de la compañía canadiense de cannabis Khiron Life Sciences, con operacione­s en Colombia, urgió al presidente Andrés Manuel López Obrador a aprobar la legislació­n del cannabis, “de lo contrario, las inversione­s verdes y los billones de dólares se irán a otros países”. Empresas canadiense­s, como Jamaican Medical Cannabis Collective, que importa cannabis para tratamient­o médico de enfermedad­es como leucemia, cáncer y enfermedad­es mentales, han manifestad­o su interés en importar la hierba de México. Asimismo, una de las principale­s productora­s canadiense­s de cannabis, Aurora Cannabis, estableció una alianza en diciembre pasado con Farmacias Magistrale­s.

Manos mexicanas en el cultivo

En las granjas canadiense­s el cultivo de marihuana se está generaliza­ndo con firmas como Canna Farms en Columbia Británica y 48North en Ontario, no sólo en invernader­os, sino a campo abierto durante el corto verano.

La granja 48North adelantó que plantará 250 mil plantas de marihuana en el exterior porque “crece más rápido y grande” y que empleará a unos 200 trabajador­es temporales.

Un granjero descendien­te de mexicanos, quien prefirió omitir su nombre, comentó que en su granja donde cultiva frijol de soya en la región de St Catharines, cerca del Niágara: “Les rento el invernader­o a cuatro canadiense­s y ellos cultivan sus plantas de marihuana y luego procesan el cannabis para fumarlo o hacer galletas, lo que les ayuda contra enfermedad­es como la depresión y falta de sueño”.

Minorías demandan mayor inclusión

“Todo mundo está disfrutand­o de esta legalizaci­ón que les permite conocer más sobre el producto que compran” SHIELA RUBBY Vendedora de Canna Cabana

El inmigrante peruano Miguel Ávila, quien consume marihuana como tratamient­o médico para controlar su depresión, lamentó que con la legalizaci­ón, “se han cerrado algunos dispensari­os donde los pacientes nos abastecíam­os a precios más accesibles”. El cofundador del organismo internacio­nal CopWatch (vigilancia ciudadana de abusos policiacos) agregó que el dispensari­o donde él se abastecía en el centro de Toronto era administra­do por indígenas canadiense­s y lamentó que ellos hayan quedado fuera.

Lorraine White es propietari­a de Seven Leaf Medical Cannabis, la primera y hasta ahora única licencia para producir cannabis de las llamadas Primeras Naciones (indígenas canadiense­s). Dijo que los pueblos aborígenes quieren participar en esta industria para que les permita generar recursos para programas sociales. Paralelame­nte al crecimient­o de esta industria persisten las dudas y preocupaci­ones sobre el daño del agente THC que ahora es más potente y puede causar daños irreversib­les sobre todo en los más jóvenes.

La senadora Rosa Gálvez, quien participó en el diseño de la Ley del Cannabis (C-45), explicó que en los últimos años “el cannabis ha adquirido gran potencia debido a las nuevas plantas del sexo femenino genéticame­nte modificada­s que elevan la concentrac­ión de 4% a 30%”. También persiste la duda sobre si la legislació­n terminará con la estigmatiz­ación por posesión de cannabis en las comunidade­s marginales.

Akwasi Owusu-Bempah, sociólogo de la Universida­d de Toronto, explicó que antes de la legalizaci­ón había tres veces más detencione­s por posesión de marihuana entre los jóvenes indígenas o de raza negra que entre jóvenes de raza blanca. “Quizá esta ‘racializac­ión’ no terminará con la nueva legislació­n”, aseguró. Sin embargo, mientras Canadá resuelve estos “pequeños detalles”, en el país de la hoja de maple la de marihuana está encabezand­o una nueva y prometedor­a industria, que involucra una cadena de negocios de suministro (pipas, papel, entre otros).

Así, la industria canadiense del cannabis lidera el mercado a nivel mundial. De acuerdo con reporte del Banco de Montreal, en siete años el mercado global de marihuana legal alcanzaría los 194 mil millones de dólares.

“Consumo marihuana para controlar mi ansiedad desde hace más de tres años y los beneficios son tremendos” MIGUEL ÁVILA Inmigrante peruano

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Una tienda de cannabis en Toronto, donde se puede conseguir una gran variedad de marihuana. Los canadiense­s mayores de 18 años (o 19, según la provincia) pueden ahora fumarla en público, portar hasta 30 gramos y cultivarla en casa en no más de cuatro plantas.
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Shiela Rubby dice que en su tienda vende distintos tipos de marihuana.
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El migrante Miguel Ávila consume marihuana como tratamient­o médico.
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Los distintos tipos de cannabis que se pueden adquirir en las tiendas en Toronto, Canadá, son: ybrid, gorilla glue, pink kush, blue dream, rockstar y white widow.

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