¿CÓMO QUIERES QUE SEA EL BARCO?
Piensa en el tamaño del barco y la cantidad de gente que viajará a bordo, pues de esto depende tu grado de privacidad y lo a gusto que puedas estar. De acuerdo con la CLIA, una embarcación se considera grande cuando tiene entre 800 y mil 500 camarotes. Por lo general, las navieras comerciales entran en esta categoría: Disney Cruise Line, Norwegian, Carnival y Royal Caribbean, por ejemplo. En la flota de estas tres últimas hay embarcaciones con más de mil 500 cabinas, por eso pueden denominarse como “megabarcos”. En este tipo de cruceros hay muchísimas actividades a la carta e instalaciones, pero frecuentemente vas a encontrar multitudes.
Una embarcación de tamaño mediano contiene entre 300 y 800 camarotes. La compañía Hurtigruten, dedicada a los viajes de expedición en el Ártico, entrara en este rango. Las navieras premium, como Celebrity o Princess, suelen ser barcos medianos y grandes. Las naves pequeñas, de entre 150 y 300 suites, generalmente son las más lujosas; entre ellas están las compañías Seabourn, Regent y Silversea. En sus barcos, la proporción del servicio equivale a dos empleados por cada huésped, explican en la agencia Amparo Servicios Turísticos; es decir, recibes mucha más atención.
Casi todos los cruceros de río y de expedición disponen de embarcaciones más pequeñas y de ambiente más íntimo, con menos de 150 cabinas. Su tamaño les garantiza el acceso a ciudades pequeñas y destinos recónditos.