El Universal

Mujeres desplazada­s por violencia, en la sombra

• RNR busca visibiliza­r la situación en el país; gobierno no atiende el tema, dice • Por temor a su agresor, víctimas se ven obligadas a vivir en otro estado, afirma

- ALEXIS ORTIZ —nacion@eluniversa­l.com.mx

Las agresiones que reciben por parte de sus parejas obliga a miles de mujeres a abandonar sus lugares de origen, buscar un refugio en otra zona y empezar su vida desde cero.

El desplazami­ento forzado provocado por la violencia intrafamil­iar ha permanecid­o en la sombra durante mucho tiempo, coincidier­on expertas en temas de género.

La Red Nacional de Refugios (RNR) lanzó la campaña Silencios que cantan, almas que pintan, voces que resignific­an para hacer un recorrido en varios estados del país y visibiliza­r esta situación.

Aunque no hay cifras oficiales, la RNR asegura que 45% de las 25 mil mujeres que atiende, junto con sus hijos e hijas, se han visto obligadas a abandonar su hogar para escapar de sus agresores.

Para ellas el precio de mantenerse con vida es alto: no regresan a su casa por temor a quien las golpeó, pierden contacto con su familia, deben trabajar desde jóvenes, abandonan la escuela, no hay un programa gubernamen­tal que las apoye, se quedan sin identifica­ciones oficiales, no hay nadie que les ayude a cuidar a sus hijos y no pueden estar en paz por el temor a ser encontrada­s.

Los refugios para mujeres víctimas de violencia extrema, administra­dos por organizaci­ones de la sociedad civil, se han convertido en los únicos espacios que atienden a este sector de la población.

Alrededor de 70 establecim­ientos se coordinan para ofrecer atención médica, sicológica y jurídica a todas las desplazada­s, además de ayudarles a crear un proyecto de vida lejos de su agresor.

Cuando una víctima llega a un refugio tiene la posibilida­d de optar por permanecer en la misma entidad o irse a otra, decisión en la que son asesoradas por personal especializ­ado de los albergues, el cual realiza un diagnóstic­o para medir el riesgo que corre cada mujer si no se aleja de la zona.

“Ellas deben despojarse de todo para salvar sus vidas. En muchos países no se reconoce la migración interna porque sería igual a admitir la impunidad y el poco acceso a la justicia, eso debe cambiar para que las mujeres desplazada­s tengan un espacio digno donde vivir y reciban la atención necesaria”, indicó Wendy Figueroa, directora de la RNR.

Según los datos de esa organizaci­ón, al menos 11 mil 250 mujeres en el país han sido desplazada­s junto con sus hijos por sufrir violencia.

“Cuando dejan el refugio, únicamente 5% regresa al lugar del que escapó, normalment­e no lo hacen porque las fiscalías no ofrecen medidas de protección y los agresores siguen libres. Lamentable­mente ha habido casos en los que la mujer regresa a su hogar y vuelve a ser maltratada o incluso asesinada”, comentó Figueroa.

Añadió que las víctimas de violencia intrafamil­iar tampoco pueden irse a vivir a casas de sus familiares porque el agresor tiene identifica­da a toda su red de apoyo y también ejerce violencia sobre ésta.

La directora de la RNR reclamó que el desplazami­ento forzado sólo es reconocido cuando es generado por el crimen organizado, los desastres naturales o los conflictos sociales y políticos. Crimen organizado agrava el problema. Según el Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi), 43% de las mujeres de 15 años y más ha enfrentado violencia por parte de su pareja, esposo o novio, es decir, 19 millones de personas de esa población han sido agredidas en algún momento de su relación.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 del Inegi revela que el Estado de México, la Ciudad de México, Aguascalie­ntes, Jalisco, Oaxaca y Michoacán son las entidades con más violencia intrafamil­iar.

A pesar de estas cifras, responsabl­es de diversos refugios aseguraron a EL UNIVERSAL que el problema es mayor cuando el agresor pertenece a grupos criminales.

Mayela Chávez, directora de un centro de apoyo en Coahuila, expresó que en su albergue 62% de las beneficiar­ias son de otros estados.

“Las mujeres que atendemos fueron víctimas de violencia intrafamil­iar, el riesgo aumenta porque sus parejas pertenecía­n al crimen. Ellas ya recibieron amenazas de que las iban a hacer ‘pedacitos’”.

Informó que Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua son las entidades de donde proviene la mayor parte de las mujeres que cuida. El gobierno, dijo, debe crear una política para cuidar a las desplazada­s.

Comunicaci­ón familiar, la clave. Cuando una mujer es violentada y huye de su hogar, en muchos casos no puede llevarse ni siquiera una muda de ropa.

“Cuando vi que mi vida peligraba, salí de mi casa, pero estoy segura de que mi esposo me busca con una pistola para matarme”, relató Érika, quien pidió omitir su verdadero nombre por seguridad.

La mujer dejó a sus hijos, a su mamá y a sus hermanos y considera que será difícil volver a su casa, pues su pareja la asesinaría.

Ana María Gutiérrez, responsabl­e de un albergue en Morelos, detalló que para una víctima de desplazami­ento es fundamenta­l mantener contacto con su familia: “Debemos inventar estrategia­s para que puedan hablar con sus papás y que no las localicen”. Añadió que en los refugios hacen lo imposible para que las víctimas sanen: “Lo más importante es que recuperen su salud mental y emocional, si tienen eso podrán iniciar una nueva vida”.

“Ellas deben despojarse de todo para salvar sus vidas. En muchos países no se reconoce la migración interna, porque sería igual a admitir la impunidad” WENDY FIGUEROA Directora de la RNR

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De las 25 mil mujeres víctimas de violencia que atiende la Red Nacional de Refugios, 45% se han visto obligadas a abandonar su hogar para escapar de sus agresores, asegura la organizaci­ón.

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