EL ARTE DE ESTEBAN HERNÁNDEZ
El bailarín Esteban Hernández habla de su compromiso por hacer que los jóvenes busquen colaborar con la sociedad y el país. Resalta la influencia de su hermano Isaac en su vida
EL PRIMER BAILARÍN DEL BALLET DE SAN FRANCISCO REFLEXIONA SOBRE EL PAPEL DE LA DANZA EN LAS SOCIEDADES.
Guadalajara. —“¿Cómo puedes ser artista y no reflejar el tiempo en el que vives?”, es la frase de la cantante Nina Simone que cita el primer bailarín del Ballet de San Francisco, Esteban Hernández, al mencionar que no hay mejor línea que resuma la función que tienen los artistas, y específicamente la danza.
“Es una responsabilidad crear algo que colabore a un entorno social. Yo he encontrado que la mejor satisfacción que uno puede tener como persona es aportar a su comunidad, a su ambiente, al mundo, o al menos tratar”, dice el miembro de una familia de 11 hermanos que se ha visto marcada por la danza gracias al impulso de sus padres, Héctor Hernández y Laura Fernández.
En los camerinos del Auditorio TELMEX, cuando Hernández acababa de terminar el ensayo general que lo preparaba para el espectáculo de la última edición de Despertares, dirigido por su hermano Isaac, bailarín principal del Ballet Nacional de Inglaterra, platicó con EL UNIVERSAL acerca de los jóvenes, sus retos y la responsabilidad y privilegios que tiene como bailarín en una ciudad de Estados Unidos tan contrastante como lo es San Francisco. Esteban Hernández reflexiona sobre el papel que tiene la danza, en México, Estados Unidos y en Europa, y todo lo que significó Despertares, proyecto que influyó en todos los integrantes de su familia.
En su rol como primer bailarín de la compañía más longeva de Estados Unidos, que logró hace algunos meses, Hernández expresa sentirse inmensamente feliz en un grupo dancístico que tiene un repertorio que se adecúa a su personalidad y características como bailarín, y en donde, además, cuenta con todo lo que necesita para desarrollarse artísticamente.
“Ha sido un lugar en el que me siento identificado, pienso que su repertorio va con mi personalidad y con lo que yo estoy buscando como bailarín y como persona. Estoy feliz ahí, he tenido muchas oportunidades que me han ayudado a salir de mi zona de confort”.
Panoramas Dancísticos. Esteban, quien tan solo con 18 años fue el primer bailarín mexicano en graduarse en el Royal Ballet School de Londres, dice que consolidar su carrera como persona migrante en una administración donde “cada instante se desprecia a este grupo vulnerable”, no ha sido fácil, pero se siente dichoso de vivir en San Francisco, una ciudad donde existe otro enfoque hacia personas migrantes.
“Las cosas se logran con trabajo, yo soy muy afortunado al vivir en San Francisco, porque es un sitio muy progresista, porque aprecia a sus migrantes por lo que aportan a la comunidad; para mí significa todo haber llegado a esta posición a pesar de una administración como ésta, en la cual escuchas cada dos minutos que las personas migrantes no aportan nada, que los ve como un desecho y gente mala. Yo estoy haciendo este trabajado para demostrar lo contrario”.
Celebra que San Francisco sea una ciudad donde hay mucho acceso a la cultura y las artes, pero reconoce que eso también la convierte en una burbuja. “Nosotros como Ballet de San Francisco tenemos todo lo que necesitamos para desarrollarnos; tenemos fanáticos del ballet, pero también tenemos que atraer nuevos públicos”. Dice el bailarín que San Francisco por fuera se ve como una ciudad ideal, pero advierte en ella una gran inequidad: hay mucho dinero porque están las grandes empresas tecnológicas, la gente originaria de San Francisco sí apoya las artes en su mayoría. El reto a que se enfrenta esta compañía es el de atraer otro público y al mismo tiempo crear conciencia para que las personas reflexionen qué podrían aportar a su comunidad.
“El desafío es involucrar a esos jóvenes que vienen de todas partes del mundo, no a desarrollarse en las artes, sino a hacer dinero, para darles de cierta manera un propósito, porque me he dado cuenta que muchos jóvenes no tienen dirección, tienen todo lo que quisieran: dinero, autos, apartamentos, pero no un propósito, están como perdidos. Ese es el papel de las artes, hacerlos pensar en qué están aportando a su comunidad, en no vivir sólo para sí mismos porque una vida así es un poco egoísta y al final del día no estarás satisfecho”.
Al ver lo que hace su hermano en Europa y lo que hace él en Estados Unidos, Esteban se percató de que la danza enfrenta un mismo reto.
“El arte, específicamente la danza, ha sido siempre parte de la cultura europea, pero al mismo tiempo el ballet se ha convertido en algo elitista. Creo que uno de los retos que existen en la danza en general, también en México y Estados Unidos, es el de mantenerla accesible, atractiva y relevante para las nuevas generaciones”.
Inspiraciones traducidas. Pese a la situación ideal que Esteban vive en San Francisco, jamás ha olvidado la responsabilidad social que tiene como artista y bailarín, pues su padre le inculcó valores como hacer sentir bien a los demás.
“Yo podría vivir muy fácilmente sin pensar en nada más, en San Francisco, sin preocuparme de nada, en mi burbuja, pero no estaría satisfecho; podría vivir así uno, dos años, pero después te preguntas ¿qué más?, ¿por qué yo sólo tengo que sentirme bien?, ¿por qué no puedo hacer sentir bien a los demás? Es una responsabilidad crear algo que colabore a un entorno social”.
De cómo su hermano Isaac ha influido en su carrera, Esteban cuenta que es su ejemplo a seguir y su inspiración.
“Mi hermano ha sido mi punto de referencia. Vi cómo él dejó de pensar en sí mismo y comenzó a pensar en cómo aportar a su comunidad, a su gente, a su país para poder dejar un legado que desarrolle y sea un punto de referencia para otras personas”.
En la última edición del espectáculo Despertares, los hermanos Hernández compartieron el escenario en un dúo donde la conexión, expresa Esteban, siempre es increíble. La posibilidad de que vuelvan al escenario, ahora con su padre, aún podría suceder.
“Yo siempre he dicho que cuando bailamos este dúo, My way, no importa cuánto tiempo pase, en esos cinco minutos coreográficos entendemos completamente por lo que el otro ha estado pasando, es como platicar, es increíble, no me imagino cómo sería estar en el mismo escenario los tres juntos”.
Hernández expresa que le parece maravilloso que Patrick Armand, director de la escuela del Ballet de San Francisco, haya otorgado 12 becas para que los estudiantes cursen un año en esa escuela.
“Así como el año pasado la escuela del English National Ballet entregó más de 15 becas, ahora son 12 personas cuyas vidas ya no volverán a ser iguales, se dediquen o no a la danza profesionalmente, tendrán la oportunidad de vivir algo que pensaron que no sería posible, y algo aún más emocionante es que yo estaré presente y seré testigo de su desarrollo. Y hay algo aún más bonito para mí, seis de las 12 personas que obtuvieron la beca salieron de la Escuela Municipal de Ballet de Tlajomulco, de Jalisco, que dirige mi papá. Las cinco niñas y un niño, hace cuatro años no sabían nada del ballet, ni que se podía vivir dignamente haciendo lo que te gusta”.
Esteban lamenta el posible cierre de Despertares, pero espera que se haya dejado un legado para próximas generaciones. A futuro le gustaría “crear plataformas para que la gente no tuviera que preocuparse por cómo vivir, sino simplemente vivir haciendo lo que quieran, ya sea danza, canto, etcétera; crear un lugar en México donde las personas tengan la oportunidad de desarrollarse”, concluye.
“Siempre he dicho que cuando bailamos (con Isaac) este dúo, My way, no importa cuánto tiempo pase, en esos cinco minutos coreográficos entendemos completamente por lo que el otro ha estado pasando, es como platicar” ESTEBAN HERNÁNDEZ Bailarín