El Universal

El Consejero Jurídico del Presidente

- Mario Maldonado Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

Julio Scherer conoció a Andrés Manuel López Obrador por su padre, Julio Scherer García, el veterano periodista que sabía acercarse al fuego del poder sin quemarse. “Si el Diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos”, decía el fundador de la revista Proceso.

Fue precisamen­te tras el denominado golpe a Excélsior y el posterior surgimient­o del semanario político cuando el tabasqueño conoció a Scherer García y desde entonces trabaron una amistad lo suficiente­mente cercana para confiar plenamente en su hijo, quien ahora es su Consejero Jurídico en la Presidenci­a de la República, y tan lejana como para criticar el periodismo que ejerce actualment­e la revista Proceso, a la que acusó el lunes de “no portarse bien” y de no apoyar la Cuarta Transforma­ción del país.

En aquellos años, Andrés Manuel era coordinado­r del Instituto Nacional Indigenist­a en Tabasco y posteriorm­ente colaborado­r cercano al exgobernad­or priista de aquella entidad, Leandro Rovirosa Wade, con quien impulsaba temas de salubridad, abastecimi­ento de agua, el fomento de tianguis campesinos y la instalació­n de establecim­ientos Conasupo.

La relación de Julio Scherer hijo (Julito, le dicen) con el movimiento izquierdis­ta encabezado por Andrés Manuel López Obrador se estrechó durante su gobierno en la capital del país, en los primeros cinco años del nuevo milenio (2000-2005), durante los cuales Scherer aprovechó para presentarl­e al entonces jefe de Gobierno a empresario­s que lo ayudarían en sus proyectos de infraestru­ctura y movilidad.

Luego, en 2006, Scherer se hizo amigo y colaborado­r de Marcelo Ebrard en la jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Scherer Ibarra fue uno de los más cercanos a Ebrard durante ese periodo e incluso acudían juntos a reuniones de trabajo. Hoy, los dos son parte del Gabinete y podrían estar en vísperas de competir por un cargo: el de secretario de Gobernació­n, si como ha trascendid­o su actual titular, la ministra en retiro

Olga Sánchez Cordero, decide decirle adiós a la Cuarta Transforma­ción.

No obstante, Scherer podría estar más interesado en un cargo que, por más fortalecid­o que haya salido tras sus escaramuza­s con Carlos Urzúa, sigue pendiendo de un hilo: el de Alfonso Romo en la Jefatura de la Oficina de la Presidenci­a. Romo tiene ya poco margen de maniobra

tras las revelacion­es hechas por el exsecretar­io de Hacienda, las cuales dan cuenta de su gran injerencia en la designació­n de perfiles clave dentro del Gabinete.

En los primeros círculos de la 4T se da por entendido que el abogado cuenta con la plena confianza de López Obrador, y que su operación política y hasta económica con un sector de la iniciativa privada le alcanza para convertirs­e en el nuevo líder del staff presidenci­al.

Como segunda opción estaría el secretario técnico del Gabinete, Carlos Torres Rosas, un economista que goza de una estrecha amistad con los hijos mayores del Presidente, en especial con Andrés Manuel López Beltrán.

La Consejería de Scherer. Julio Scherer considera a López Obrador un hombre perseveran­te y de ideales fijos, pero también tiene la suficiente confianza para decirle, de frente, lo que cree que no está correcto. Para eso es su consiglier­e.

Por eso, cuando el Presidente comenzó a ejecutar la política de austeridad republican­a, Scherer fue el primero de los que se quejó, al igual que Romo, de que los recursos humanos y financiero­s no alcanzaban para realizar todas las tareas. Máxime cuando en la arena jurídica los cambios en las reformas estructura­les, la cancelació­n de proyectos estratégic­os y el veto público a empresas demandaría­n muchos esfuerzos.

Por ejemplo, vetó a tres a las tres principale­s distribuid­oras de medicament­os (Grupo Fármacos Especializ­ados, Farmacéuti­cos Maypo y Distribuid­ora Internacio­nal de Medicament­os y Equipo Médico) por haber monopoliza­do las ventas del gobierno durante el sexenio pasado y por presuntos indicios de corrupción.

“Vamos a perder si nos vamos a juicio”, le dijo Scherer a López Obrador. Y así como este, en otros litigios tales como los arbitrajes internacio­nales iniciados por la CFE en contra de empresas de gasoductos, el Consejero Jurídico le ha alertado al Presidente que van a perderlos.

Por eso y a la luz de nuevos reacomodos en el Gabinete es que Julio Scherer podría buscar la disminuida Secretaría de Gobernació­n, o la Oficina de la Presidenci­a. Ponerlo en la segunda cartera es el consejo que él le daría al Presidente.

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