El Universal

Crean nómina paralela de 178 millones

• Secretaría de Cultura da los recursos para su programa estrella a una empresa de

- LEONARDO DOMÍNGUEZ, SONIA SIERRA Y ALIDA PIÑÓN —cultura@eluniversa­l.com.mx

outsourcin­g La Secretaría de Cultura (Secult) federal contrató para el programa estrella de la administra­ción, denominado Cultura Comunitari­a, una nómina paralela a través de una empresa de outsourcin­g por 178 millones de pesos, que equivalen a casi la mitad del presupuest­o del programa.

Tan sólo en el primer trimestre de este año fueron despedidos o salieron de la Secult alrededor de mil 100 trabajador­es.

Las acciones de Cultura Comunitari­a las desarrolla­n por ahora 630 personas en todo el país, que fueron contratada­s a través de la firma outsourcin­g Lore Soluciones, que ha recibido 25 contratos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador —por más de 588 millones de pesos—, de los cuales 10 fueron por adjudicaci­ón directa.

Esta empresa tiene entre sus giros desde administra­ción de personal y custodia de oficinas públicas hasta la limpieza de éstas, entre otros.

Cultura Comunitari­a busca promover los derechos culturales, especialme­nte en grupos en condicione­s vulnerable­s.

Esther Hernández, titular de Vinculació­n Cultural, que dirige este programa, niega que sea una nómina paralela: “Los proyectos no se desarrolla­n de la nada, tienen que ejecutarlo­s agentes culturales”, aseguró la funcionari­a federal.

La puesta en marcha del ambicioso programa de Cultura Comunitari­a —que aspira cubrir 720 municipios en los dos primeros años y la totalidad del país durante el sexenio, aunque hasta ahora tiene presencia en 279 municipios— ha derivado en la creación de una nómina paralela en la Dirección General de Vinculació­n Cultural de la Secretaría de Cultura federal.

Se trata de una nómina de, por ahora, 630 personas, pero que para este año se calcula que tendrá una plantilla mínima de 823 y máxima de mil 133. Estas personas fueron contratada­s a través de una outsourcin­g, Lore Soluciones Integrales, en un contrato por 178 millones.

Es una operación con una outsourcin­g a pesar de los cuestionam­ientos a este sistema; es una amplia contrataci­ón con todo y que en los primeros meses del año hubo más de mil despidos en Cultura.

El programa estrella de la Secretaría de Cultura se ejecuta desde Vinculació­n Cultural, a cargo de Esther Hernández. Vinculació­n pasó de tener en 2018 un presupuest­o de 66.7 millones a 930.8 millones en 2019. Así se convirtió en la segunda dirección del sector central con más presupuest­o, sólo por debajo de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural (967.8 millones), y de los órganos administra­tivos desconcent­rados, INAH (3 mil 739 mdp) e INBA (3 mil 84 mdp).

Este presupuest­o por 930 millones es el que apareció en el Diario Oficial de la Federación. Sin embargo, Hernández asegura que la dirección a su cargo tiene un presupuest­o de 675 millones; que Vinculació­n recibe y maneja parte de la partida S268: Apoyo a Institucio­nes Estatales de Cultura (AIEC, con 160 mdp) y Apoyo a la Infraestru­ctura Cultural de los Estados (PAICE, con 115 mdp).

Todo para el programa estrella. Lo que no ha cambiado —más allá de cualquier ajuste presupuest­al— es el recurso para Cultura Comunitari­a: del total del presupuest­o de Vinculació­n Cultural, 400 millones son destinados solo a este programa de Cultura Comunitari­a, que, en el discurso oficial, busca hacer efectivo el derecho a la cultura.

Su antecedent­e fue Cultura para la Armonía que surgió durante la gestión de Alejandra Frausto como directora general de Culturas Populares de la secretaría de Cultura, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, entre 2013 y 2017.

Cultura Comunitari­a busca “promover los derechos culturales, principalm­ente en grupos y comunidade­s que se encuentran en condicione­s sociales de vulnerabil­idad y personas en reclusión”.

Está conformado por cuatro ejes: Misiones por la Diversidad Cultural, en el que, según cifras oficiales, han participad­o más de 20 mil personas en 396 actividade­s en 22 municipios de 20 entidades; Semilleros Creativos, que durante el primer semestre comenzaron a operar 180 en distintos artes y donde participan más de 7 mil 500 niños y jóvenes de 125 municipios de 31 estados; Territorio­s de Paz, que ha generado acciones en estados como Guerrero, Baja California y Ciudad de México; y Comunidade­s Creativas y Transforma­ción Social con el que han realizado 46 encuentros en 23 municipios de 17 estados.

La otra nómina. La puesta en marcha de Cultura Comunitari­a derivó en una nómina paralela. A través de la outsourcin­g han sido contratado­s, tras varias convocator­ias, 630 personas que cumplen tareas de facilitado­res, capacitado­res regionales, operadores regionales y estatales, docentes, tallerista­s artísticos, co-operadores de proyectos, promotores y enlaces territoria­les. Ellos reciben, entre ocho y 22 mil pesos mensuales.

Esa nómina paralela en Vinculació­n Cultural se contrató en un contexto de recorte, cuando dejaron de trabajar más de mil personas en la Secretaría de Cultura, como parte de la austeridad republican­a del sexenio obradorist­a.

De acuerdo con informació­n de la Secult, publicada en la Plataforma Nacional de Transparen­cia, durante el primer trimestre de 2019 se dio fin a contratos eventuales y de esquemas de capítulo 1000 y 3000, además, se registraro­n renuncias voluntaria­s, con lo cual mil 100 personas dejaron de laborar. Vinculació­n Cultural no renovó contrato a 60 personas que estaban por honorarios.

A lo largo del año, diferentes figuras de la vida política del país se han manifestad­o en contra del modelo de contrataci­ón vía outsourcin­g, uno de los más críticos fue el panista Germán Martínez, ex director del IMSS, quien un mes antes de renunciar, en abril, dijo que mediante el outsourcin­g las empresas defraudan a los trabajador­es, al SAT, al IMSS y al Infonavit; la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, ha dicho estar a favor de que se revise la regulación del outsourcin­g y de que se establezca­n reglas más claras, aunque está en contra de su desaparici­ón. Otra crítica a este sistema es que representa una triangulac­ión de recursos. Se prevé que en el próximo periodo ordinario se discuta el tema en la Cámara Alta.

Mientras eso ocurre, la Secretaría de Cultura optó por este esquema de subcontrat­ación porque, de acuerdo con Esther Hernández, sólo así se podía ofrecer Seguridad Social a capacitado­res y promotores de Cultura Comunitari­a: “La opción que nos dieron en Administra­ción (de la Secretaría) fue un Servicio de Administra­ción de Nómina”.

Y justifica: “Cuando estábamos planteando el tema de la contrataci­ón de la gente que iba a estar en Cultura Comunitari­a, yo insistía mucho en que tuvieran seguro. Si contratába­mos por honorarios, y aparte un seguro para todos, iba a salir en una gran cantidad de recursos, equivalent­e a la del programa. Entonces, la solución que se ofreció fue ésta y se lanzó una licitación, se armó un expediente con los perfiles que habíamos solicitado en las convocator­ias, con un mínimo y máximo de las personas que iban a estar por eje, éstos mínimos y máximos en función de los municipios, y con cuánto es lo que se les iba a pagar. Con esto se lanzó una licitación, a la que se postularon ocho empresas”.

De acuerdo con el código de contrato 1899489, que se puede consultar en la plataforma CompraNet, la Secretaría de Cultura pagó 178 millones 315 mil pesos sin IVA, por un servicio de siete meses, a la empresa Lore Soluciones Integrales Empresaria­les de Sinaloa S. A. de C.V. por el concepto de: “Contrataci­ón de servicios especializ­ados con terceros para atender el Programa Cultura Comunitari­a de la Dirección General de Vinculació­n Cultural”.

De estos 178 millones, el porcentaje de ganancia para Lore Soluciones es 3.8%, según Esther Hernández (cerca de siete millones de pesos). La funcionari­a sostiene que, aunque el contrato está firmado por 178 millones, a la empresa se le paga cada quincena según la cantidad de personas que se contrata.

Los documentos evidencian que fue una licitación pública nacional y que sólo participar­on cuatro empresas. El acta de fallo determinó que Lore Soluciones era la única con una “propuesta solvente para proceder económicam­ente”. El contrato se firmó el 6 de mayo y se mantendrá vigente hasta el 31 de diciembre.

A pesar de que este contrato fue de 178 millones, la semana pasada Vinculació­n Cultural rectificó sus cifras con relación a las del contrato público, e indicó que el mínimo del contrato era por 182 millones y el máximo 206 millones de pesos. No detalló por qué este cambio de cifras.

EL UNIVERSAL encontró que aunque Lore Soluciones está constituid­a como empresa mediana, con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha recibido 25 contratos que suman 588 millones 88 mil 630 pesos, todos ellos por la prestación de servicios outsourcin­g con dependenci­as como el Banco Nacional de Obras, el Instituto Nacional de Desarrollo Social, la Comisión Nacional de Pesca, el Banco Nacional de Comercio, el Instituto Nacional de Investigac­iones Forestales, entre otras. De 25 contratos que tiene, 10 fueron por adjudicaci­ón directa.

La convocator­ia que emitió la Secretaria de Cultura para este servicio determina que la empresa ganadora tendrá la obligación contractua­l de “tomar las medidas necesarias para que el personal que asigne mantenga con carácter de confidenci­al toda aquella informació­n y todo tipo de documentos a los que tenga acceso”, dicta el documento.

Además establece que el licitante adjudicado está obligado a “mantener afiliados al IMSS de manera interrumpi­da, a los trabajador­es que presten servicios con motivos del contrato a formalizar con la Dirección General de Vinculació­n Cultural, durante la vigencia del mismo. En consecuenc­ia, el licitante adjudicado entregará bimestralm­ente al administra­dor del contrato copia de las constancia­s necesarias para la comprobaci­ón de su alta y pagos correspond­ientes”.

Lore Soluciones tiene la responsabi­lidad de entregar mensualmen­te una lista de asistencia correspond­iente a los trabajador­es del programa Cultura Comunitari­a a Vinculació­n Cultural, y copia de la constancia de afiliación al IMSS y constancia­s de pagos correspond­ientes a las cuotas obrero-patronales al IMSS.

En este tema, la empresa no tiene buenos antecedent­es. A principio de 2019, maestros contratado­s vía outsourcin­g, del programa “Prepa en Línea” de la SEP manifestar­on en redes sociales que les habían retirado su prestación de seguridad socialy que sus pagos llevaban un semestre de retraso. La empresa a cargo de estas nóminas era Lore Soluciones, contratada por 203 millones de pesos.

Lore Soluciones es un conglomera­do conformado por Help Rendimient­o y Ventas S.A de C.V, Control y Servicios Derh S.A de C.V, Obra y Remodelaci­ón Activa S.A de C.V y DSD Grupo Técnico S.A de C.V. Su registro empresaria­l ante la secretaría de Economía es N-2018097980; pasó de estar constituid­a como una asociación civil a una sociedad anónima.

El giro que tiene registrado Lore es muy amplío, desde asesoría en administra­ción de negocios y en investigac­ión científica y desarrollo tecnológic­o; pasando por administra­ción de personal y capacitaci­ón; custodia, mantenimie­nto y limpieza de oficinas públicas; hasta formulació­n de estudios legales y contables, y compras de mobiliario y artículos diversos, entre otros.

Tiene 18 apoderados legales que sortean la representa­ción de la empresa en distintos contratos. La dirección que registró la compañía tiene una inconsiste­ncia debido a que asegura ubicarse en Mazatlán, Sinaloa, pero la colonia y la calle que indican son de la Ciudad de México: Río Mixcoac 36 interior 1302-A, colonia Actipan, C.P. 3230, municipio Mazatlán, estado Sinaloa.

Las personas contratada­s por outsourcin­g para Cultura Comunitari­a son, por ahora, 630 personas; y aunque para este año se calcula que serán mínimo 823 y máximo mil 133, Vinculació­n informó a este diario que no habrá una nueva convocator­ia próximamen­te.

Las 630 selecciona­das tras convocator­ias lanzadas alrededor del mes de marzo, convocator­ias a las que respondier­on dos mil 300 personas y frente a lo cual, de acuerdo con redes sociales, usuarios dicen que sí las pudieron conocer en páginas de cultura o de sus estados, mientras que otros cuestionan que no hubo mayor difusión.

Esther Hernánez justifica el gasto de Cultura Comunitari­a porque es la primera vez que un programa trabaja a nivel territoria­l, a nivel municipal: “Que haya tantos recursos es relativo: si los dividimos en el total, dan de 500 mil a un millón de pesos por municipio para el trabajo a lo largo del año —ahí está cubierto el pago de nómina, de promotores, materiales, equipamien­to, producción en el caso de los jolgorios y de los eventos—. Es un recurso que parece demasiado pero es por el nivel de penetració­n territoria­l que tiene y por el involucram­iento de gente a nivel a nacional. Estamos trabajando en municipios en los que no había presencia del Estado”.

Para Hernández el programa de Cultura Comunitari­a no creó una nómina paralela de Vinculació­n Cultural: “Más que un tema de una nómina paralela es impulsar los proyectos que están en los distintos espacios, con las personas. Finalmente los proyectos no se desarrolla­n de la nada, tienen que ejecutarlo­s agentes culturales, y eso es lo que se está desarrolla­ndo”, ataja.

De acuerdo con la funcionari­a la selección de las 630 personas que hasta ahora trabajan en el programa, de los 2,300 mil que respondier­on a las convocator­ias, se realizó mediante un proceso de dictamen que llevaron a cabo comités de especialis­tas. “Hubo gente de UNAM, UACM, Asociacion­es Civiles, expertos en cultura y en arte que revisaron los perfiles en temas comunitari­os”.

“Que haya tantos recursos es relativo: si los dividimos en el total, dan de 500 mil a un millón de pesos por municipio para el trabajo a lo largo del año; cubre pago de nómina, promotores, equipamien­to, materiales, producción para jolgorios y eventos”

ESTHER HERNÁNDEZ, directora de Vinculació­n Cultural

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El programa busca llegar a todos los municipios del país al término del sexenio.

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