El otro veraneo del turismo
Si bien, por razones obvias, la pausa veraniega supone un respiro en las preocupaciones de la industria turística, las próximas semanas serán el escenario de diversos acontecimientos y anuncios que incidirán en la agenda del sector. En esta ocasión abordaremos tres de estos asuntos, aunque es previsible que en próximas entregas volvamos a escribir sobre algunos de ellos.
En primer lugar, el 8 de agosto está programada la publicación de los resultados del movimiento turístico internacional que ahora reporta el Inegi. Con esta información, se podrá hacer un balance de este importante componente de la actividad turística, durante el primer semestre del año.
Es de esperar que se mantenga un crecimiento en las llegadas de turistas internacionales mucho más elevado en el segmento del turismo fronterizo —por arriba de 10%— y muy moderado para el segmento no fronterizo —arañando 2%—, recordando que este último grupo de viajeros significa más de 90% de las divisas turísticas.
Como se ha presentado, sistemáticamente, desde que el Inegi da cuenta de estos datos, seguramente se reportará un aumento en los ingresos totales de alrededor de 15%. El efecto de esta entrada de divisas seguirá representando una contribución fundamental a la balanza de pagos, pues el saldo de la balanza turística superará los 8 mil millones de dólares, muy por arriba de los saldos de las balanzas comercial y manufacturera, y por supuesto, muy lejos del crítico déficit de más de 10.5 mil millones de la balanza petrolera.
Sin embargo, como se ha mencionado en entregas anteriores, habría que tener mucho cuidado con echar las campanas al vuelo, pues en nuestra opinión, los resultados del relevo en este operativo estadístico —que en el pasado correspondía al Banco de México—, en el renglón del gasto medio de los turistas aéreos, no parecen explicarse por un aumento real en la derrama y corresponden, más bien, a los ajustes propios del cambio de estafeta.
Al respecto, es interesante y será muy revelador conocer los datos derivados de esta Encuesta de Viajeros Internacionales para agosto (que se difundirán el 9 de octubre), pues a partir de esta ocasión se podrán comparar los resultados interanuales sólo con cifras del Inegi.
Una segunda pieza de información que se develará en los próximos días (13 de agosto) es la referida al índice trimestral de la actividad turística, que incluye información sobre el comportamiento del PIB turístico. Los datos del reporte anterior fueron malos, pues luego de mucho tiempo reflejaban un crecimiento del turismo por debajo del de la economía en su conjunto. En el entorno de desaceleración del país no habría que esperar un desempeño sobresaliente del turismo en el periodo que se informará, particularmente por que el consumo turístico interno se viene desacelerando y de los 100 puntos del año base (2013), en el último cuatrimestre del año pasado marcó sólo 103.8 puntos.
Por otro lado, y como un tema que permitirá constatar el papel que el gobierno dará al turismo en los años por venir, el 8 de septiembre se deberá presentar el paquete presupuestal al Congreso. Tres son los elementos de los que habrá que estar pendientes: en primer término, el requerimiento que se haga para dotar de recursos económicos al recién creado Consejo de Diplomacia Turística, que además de sumar las posibilidades de la red de embajadas y consulados, requiere de recursos presupuestales para la instrumentación de campañas promocionales de la mano de los destinos y las empresas turísticas.
En caso de que este consejo no disponga de presupuesto para estos fines, no se ve muy clara la capacidad que tenga para entusiasmar a los jugadores de la industria.
Un segundo punto a observar es el tratamiento presupuestario solicitado para una reducida Secretaría de Turismo, que aunque no demanda de sumas astronómicas sí requiere de fichas para orientar la ejecución de la política turística; por último, y aunque no necesariamente está claro que aparezca en la iniciativa del Ejecutivo, los trascendidos en los medios alimentan la idea de que un tema que se discutirá en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados en el próximo periodo de sesiones, es el de gravar a la economía digital, lo que en el caso del turismo debería incluir la construcción de una cancha pareja en lo fiscal para el alojamiento de viviendas con fines turísticos.