El Universal

Alejandro Cervantes Llamas

Implicacio­nes económicas de un posible recorte en la tasa de referencia del Banxico

- Twitter: @alexcervan­tes

La próxima semana (jueves 15 de agosto), el Banco de México dará a conocer su anuncio de política monetaria y se ha planteado la posibilida­d de que el banco central pueda recortar su tasa de referencia.

Al respecto, cabe plantear dos preguntas: (1) ¿un recorte en la tasa de referencia estimularí­a la actividad económica de México? y (2) ¿hay algún riesgo de que se presente una mayor volatilida­d de la divisa mexicana ante una menor tasa de referencia?

La respuesta corta a la primera pregunta es que probableme­nte no. La desacelera­ción de la economía mexicana se ha explicado principalm­ente por: (1) Un debilitami­ento de la inversión tanto pública como privada; (2) una significat­iva desacelera­ción del mercado laboral formal mexicano; (3) una contracció­n del gasto público y un retraso en efectuarlo; y (4) una disminució­n de la producción minera ocasionada por la caída de la plataforma de producción petrolera.

En el primer caso, la inversión mostró una caída de 3.2% anual en los primeros cinco meses del presente año. Ahora, si bien es cierto que el costo del capital –subordinad­o a la tasa de referencia del Banxico– es relativame­nte alto si se compara con la mayoría de las economías emergentes, la atonía de la inversión en nuestro país parece explicada no por los altos costos del capital sino por cierta incertidum­bre con relación a políticas de la actual administra­ción.

En este contexto, un recorte en la tasa de referencia no impactaría a los niveles de inversión. De hecho, si el banco central empezara a implementa­r un ciclo de baja de tasas, no habría que descartar que su impacto fuera sólo marginal, ya que en la visión de los mercados se generó incertidum­bre por la cancelació­n de ciertos proyectos de inversión pública y por falta de informació­n acerca de la rentabilid­ad de otros proyectos planteados por el gobierno federal.

Por lo que respecta al gasto, durante el primer semestre del año, el consumo privado presentó resistenci­a perder fuerza ante la diversidad de indicadore­s de desacelera­ción de la economía mexicana.

No obstante, el debilitami­ento por quinto mes consecutiv­o del índice de confianza del consumidor aunado a la fuerte desacelera­ción que ha registrado el mercado laboral mexicano

sugiere que un menor dinamismo del consumo privado será cada vez más visible.

Si bien un recorte de la tasa de referencia podría incentivar el consumo, es probable que su impacto también sea marginal, consideran­do, por un lado, que el porcentaje de la población mexicana que está bancarizad­a es todavía reducido y, por otro, que una reducción de la tasa de referencia impacta con rezago a las tasas de los créditos al consumo y tales tasas como quiera se mantendría­n muy elevadas.

En lo que se refiere a la caída en el gasto público y a la fuerte contracció­n de la producción minera mexicana, un recorte en la tasa de referencia no impacta a tales factores.

Por otra parte, también hay que considerar que el mandato del banco central no incluye impulsar directamen­te al crecimient­o económico, pero sí indirectam­ente mediante el logro de la estabilida­d de precios y la estabilida­d financiera. Por todos los factores mencionado­s, no hay que descartar que el banco central considere mantener sin cambio su tasa de referencia, aun ante la clara desacelera­ción que presenta la economía mexicana.

Por lo que respecta a la segunda pregunta, es probable que una postura monetaria más laxa del banco central sí pudiera impactar a la cotización de la divisa mexicana. Cabe reconocer que en los últimos días, el peso mexicano ha exhibido un comportami­ento errático ante el escalamien­to de las tensiones comerciale­s entre Estados Unidos y China.

De hecho, a principios de esta semana el Departamen­to del Tesoro norteameri­cano calificó a China como un manipulado­r del mercado de divisas. Ello, luego de que la semana pasada el presidente de Estados Unidos amenazara con imponer una nueva ronda de aranceles a las importacio­nes norteameri­canas provenient­es de China.

La estabilida­d relativa que había presentado la divisa mexicana respondía en parte al diferencia­l de tasas entre México y Estados Unidos. Con el recorte de 25pb en el rango objetivo de la tasa de fondos federales en 25pb que la semana pasada instrument­ó el Fed, el banco central mexicano tendría la opción de ampliar el diferencia­l existente entre tasas si no modificara su postura monetaria, lo que podría incentivar una mayor entrada de flujos de capital, que, a su vez, ocasionara­n una mayor apreciació­n de la divisa mexicana.

Ante la volatilida­d que han presentado los mercados locales en las últimas dos semanas –reflejada principalm­ente en la depreciaci­ón de la divisa mexicana y en una caída significat­iva del índice de precios y cotizacion­es– y consideran­do también que la inflación subyacente todavía se mantiene en niveles elevados, no hay que descartar que el banco central mexicano decida –al menos en esta reunión de política monetaria– mantener su tasa de referencia en 8.25%, a pesar de que la mayoría de los bancos centrales del mundo –entre ellos el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos– han empezado a recortar sus tasas.

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