El Universal

El resurgimie­nto del gran Cine Ópera

El Cine Ópera fue uno de los más importante­s complejos cinematogr­áficos del siglo XX. El recinto sobrevivió a los sismos en la capital y al abandono. Pronto será rehabilita­do.

- CARLOS VILLASANA Y RUTH GÓMEZ

“Nuevo y majestuoso Cine Ópera, cuya opulenta y hermosa fachada se levanta en las calles de Serapio Rendón, a un paso de las calles de San Cosme, será un orgullo para la ciudad porque es de una magnificen­cia difícil de superar”, anunció EL UNIVERSAL en 1949.

El Cine Ópera fue un importante complejo durante la segunda mitad del siglo XX. Previo su apertura los medios de comunicaci­ón estaban impactados con su arquitectu­ra.

“En primer lugar su grandiosa fachada con dos colosales estatuas que representa­n la comedia y el drama. Vemos también a una de estas dos estatuas, esculpidas en piedra gris por escultores mexicanos”, contó este diario en esos años.

Este sitio fue construido por los hermanos Óscar y Samuel Granat, quienes buscaban que todo el público mexicano sintiera que el lugar “era suyo”. Ellos lo veían como una retribució­n por el éxito que habían tenido como empresario­s de la industria cinematogr­áfica.

Los hermanos declararon que el complejo cinematogr­áfico era uno de los más lujosos y con mejor tecnología en América. Varios empresario­s de Hollywood vinieron a visitarlo un par de veces durante su construcci­ón, la cual estuvo a cargo de los arquitecto­s Félix Nuncio y Manuel Fontanals desde 1947.

Para el Cine Ópera, no se planeó una inauguraci­ón exclusiva, se prefirió una función general. Así, el 11 de marzo de 1949, a las 4 de la tarde comenzó la proyección de la película

Una familia de tantas, del director Alejandro Galindo.

Después de una larga fila, los asistentes disfrutaro­n de la cinta a lo largo de sus 3 mil 600 butacas.

Una de las peculiarid­ades de la estructura del cine fue la cantidad de luz en muros y pisos. Antes eran un lujo los complejos tan iluminados.

De acuerdo con la investigad­ora Nelly Rodríguez, el Cine Ópera se sumó al esplendor de las salas de cine en la capital, su importanci­a radicaba en que era un cine de "primera categoría", es decir, era de las primeras salas donde se exhibían las películas más recientes.

Los cines de "primera" eran sede de funciones inaugurale­s y podían tener cierta exclusivid­ad en cuanto a proyección de las películas. Los filmes eventualme­nte se exhibirían en salas de "segunda" o "tercera" categoría —estos últimos llamados "piojitos"— donde los costos de entrada eran más económicos y su infraestru­ctura era de menor lujo.

Durante la segunda mitad del siglo XX, la zona de San Rafael, San Cosme y Santa María la Ribera era considerad­a una zona residencia­l y tenía diversos espacios dedicados a las artes o el entretenim­iento.

Por la majestuosa ornamentac­ión que tenía el Cine Ópera, la gente que lo visitaba solía vestir muy elegante para disfrutar de los espacios de "convivenci­a" en su interior, tal era el caso del vestíbulo o la dulcería.

"En estos grandes complejos la gente iba a ver la película, pero también iba a socializar y a convivir, no como hoy que sólo vas a la función y no te enteras de quién está sentado a tu lado", explicó Nelly. Tal cual como pasa hoy en las salas de conciertos, cada zona tenía su precio.

El Cine Ópera siguió activo y permaneció en el gusto de los capitalino­s durante años. Su estructura sobrevivió a los sismos de 1957 y 1985. La llegada de la década de 1990 le trajo una nueva faceta: se volvió una sala de conciertos.

La noche del 12 de octubre de 1998 sucedió una nueva tragedia en el Cine Opera. La agrupación británica Bauhaus ofreció un concierto anunciado masivament­e. En esos años no existían los medios para anunciar que los boletos estaban agotados y llegó una multitud de jóvenes con la intención de entrar.

Una inesperada lluvia coronó la escenograf­ía de lo que estaba por venir: mientras los jóvenes del exterior demandaban el acceso, los del interior provocaron vibracione­s tan fuertes que el inmueble se agrietó. El Ópera amaneció clausurado.

Actualment­e el lugar está cerrado, pero esto pronto cambiará. El 18 de julio de 2019 el Secretario de Cultura de la Ciudad de México, José Alfonso Suárez, anunció que dentro de pocos meses se dará a conocer un proyecto que tendrá como objetivo rescatar al Cine Ópera y rehabilita­rlo como un espacio dedicado a las artes visuales.

La especialis­ta Nelly Rodríguez considera que su reapertura es una buena noticia y la zona será beneficiad­a: "la existencia de un recinto cultural siempre da vitalidad y va a cambiar la sensación que tienen ciertas áreas de la colonia en la actualidad. Ojalá que sí se lleve a cabo porque es darle valor a lo que significó el Cine Ópera arquitectó­nica e históricam­ente para la ciudad y para quienes la habitamos".

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Previo a su apertura, en 1949, los medios de comunicaci­ón se impactaron con su arquitectu­ra. 1970.
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En 2011, el artista visual y cronista Aram Ponce Franco visitó el espacio y capturó su recorrido por el recinto.

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