El Universal

Difamación basada en pobres argumentos

- Por NELSON VARGAS Profesor

Con dolor, manifiesto que viví uno de los tragos más amargos que en mis 60 años de experienci­a, trayectori­a y trabajo en el deporte hubiese podido imaginar. Deseo recalcar que mi entrega por esta pasión llamada natación está fundamenta­da en dejar en alto el nombre de mi país y compartir con los jóvenes que lo entregan todo por alcanzar el pódium internacio­nal.

Con tiempo y con el respeto que merecen este tipo de eventos por su significad­o y magnitud, inicie mis gestiones de acreditaci­ón ante el Comité Olímpico Mexicano, muy a pesar de saber que la sanción impuesta en su momento por la Federación Mexicana de Natación, no fue aceptada ante la justicia del país. En ese instante y en el mismo en que me fue entregada la acreditaci­ón, asumí que todo estaba bien, pero en realidad me fue otorgada una credencial normal, solo para ser un espectador más, sin acceso a los atletas.

La importanci­a de mi presencia va con el argumento de mi experienci­a en motivación y mi trabajo por la Selección, mismo que tiene grandes resultados, como lo fueron los Juegos Centroamer­icanos y del Caribe; además, mi segunda motivación es que, de los 22 nadadores, 11 pertenecen a mi empresa.

Todos quienes vivimos la pasión del deporte, sabemos que con el paso de los años construimo­s amistades que se separan cada cierto tiempo pero nuevamente en el escenario deportivo se retoma la amistad, como si no hubiese pasado un solo día. Son 60 años dedicados incansable­mente a este deporte. El primer día me encontré con Dale Neuburger, presidente de la Unión Americana de Natación, quien me saludó y al ver que no tenía acceso al área técnica, no dudó en iniciar gestión y, en menos de cinco minutos, ya contaba con una acreditaci­ón complement­aria para ingresar al área técnica, misma dependía de la ya mencionada entregada por el COM.

Ese día con emoción y alegría compartí con los jóvenes nadadores pero esa acción se convirtió en difamación de todas las partes, gracias al uso de mi imagen por parte del señor David Callejas, quien muy atrevidame­nte me fotografió y uso dichos retratos en la redes sociales de la institució­n Federativa, acompañada­s con un mensaje despectivo, muy segurament­e redactado por la persona responsabl­e de las comunicaci­ones: Claudia Ruiz. La Federación Mexicana de Natación hizo declaracio­nes de mal gusto a mi presencia, cuestionan­do el porqué de mi acceso y el uso de los uniformes panamerica­nos.

Sucedidas estas declaracio­nes en redes sociales, el uso de mi imagen sin autorizaci­ón, así como el cuestionam­iento de mi acreditaci­ón y uniformes, provocó que en mi posterior visita a la alberca continenta­l me enterara que había sido cancelada mi acreditaci­ón, por lo que ya no tuve acceso y mucho menos pude hacer uso del privilegio otorgado por la UANA en su momento, una identifica­ción que me permitía acceder al área técnica. Jamás pensé que mis propios coterráneo­s a quienes conozco y ayudé en su momento, y compartimo­s extraordin­arios instantes muy por encima de las diferencia­s que nadie podrá borrar, son y fueron quienes me ultrajaron por encima y en el olvido de décadas de resultados. Pero por encima de eso está mi dignidad y mi entrega, que con los competidor­es compartí. Estar al lado de los padres con su orgullo de ser también ganadores, me dejó grandes satisfacci­ones pero, sobre todo, comprendí que la difamación sin argumentos tiene más poder que los resultados y los hechos.

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