Óleo, aceite que honra a las raíces
El maestro Gregorio Méndez Nava es el pintor de Cuetzalan. Gracias a sus manos y creatividad, se ha convertido en el cronista visual de la historia pasada, actual, y actualizada del pueblo maseual.
Originario de la comunidad de San Andrés Tzicuilan, del municipio de Cuetzalan del Progreso, Puebla, don Gregorio Méndez alberga en su galería decenas de obras, que con coloridos trazos lo mismo muestran a las mujeres proveedoras de vida, que a los famosos “voladores”.
Las raíces de esa tierra nahua están protegidas por los aceites del óleo. De sus manos brotan las líneas y sombras que dignifican a su pueblo, ése, que él mismo cuenta a sus 75 años, puede ser fácilmente discriminado.
—Desde niño me gustó pintar. Mi primer cuadro se lo regalé a Maximino Ávila Camacho, exgobernador de Puebla. Estaba en la secundaria y fue una vez que a mi padre lo llamaron a reunirse con él y lo acompañé.
De formación autodidacta,
el maestro Gregorio ha hecho una carrera larga, que incluye reconocimiento nacional e internacional. Su primera exposición, recuerda, la montó en 1971. Ahora su taller es un punto obligado de visita para quienes arriban a su tierra.
Pero Gregorio Méndez tiene además de artista, el don de la enseñanza. Conocedor del sentido comunitario de los pueblos originarios, él no duda en compartir lo aprendido, lo que ama.
—Soy de la firme idea de que hay que hacer lo que amamos. A los niños, en los talleres, no les hablo sólo de pintura, también de escultura, música y literatura, lo importante es que encuentren un medio para amar.