El Universal

Inclusión financiera: prioritari­a para crecimient­o acelerado

- Por Pablo Saavedra Director del Banco Mundial para México

En un viaje reciente a Chiapas, tuve el placer de conocer a la señora Catarina, una artesana que se dedica a producir artículos textiles, a través de los que muestra la cultura de su estado. Por muchos años, doña Catarina vivió con limitacion­es graves para proveer lo necesario a su familia y desarrolla­r su pequeño negocio. Como la mayoría de los adultos en México, no tenía una cuenta bancaria o acceso a crédito.

A fines de 2018, el Banco Mundial publicó un diagnóstic­o sobre el crecimient­o y la inclusión en México, que muestra que existen varios impediment­os para tener un crecimient­o económico más acelerado e inclusivo en el país.

Uno de ellos es precisamen­te el acceso a crédito y no es para sorprender­se: en México, el crédito al sector privado no financiero es de alrededor de 42% del Producto Interno Bruto (PIB), muy por debajo del promedio de los cinco países más grandes de América Latina, que tienen en promedio 72% del PIB, y todavía más alejado del promedio de 143% de los países emergentes.

Pese a que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) generan 71% del empleo y más de 50% del ingreso de negocios, sólo 11% de ellas tiene acceso a crédito del sistema financiero formal.

Los números varían de acuerdo con la encuesta que se use, pero en general, una gran parte de la población no tiene acceso a servicios financiero­s. Además, las brechas regionales norte-sur, urbano-rurales y de género son más grandes en México que en otros países comparable­s en América Latina y en el mundo.

Los números de México no se parecen ni a los de los países latinoamer­icanos y menos a los de otros miembros de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE), sino a países de ingreso per cápita y nivel de desarrollo mucho más bajos.

El acceso a servicios financiero­s puede ayudar a mejorar la productivi­dad y el crecimient­o del empleo en los negocios, así como a la acumulació­n de activos productivo­s.

También puede proteger a los hogares cuando hay tiempos difíciles o choques exógenos, incluyendo desastres naturales. El problema no es nuevo y en la última década hubo algunas reformas para mejorar esta situación.

Más recienteme­nte, a principios del presente año, el gobierno actual, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, junto con el Banco de México y con el respaldo de la Asociación de Bancos de México, lanzó medidas nuevas y muy positivas para mejorar la inclusión financiera en el país.

Entre otras, este paquete incluye la nueva plataforma de Cobro Digital (CoDi) que impulsará el acceso y abaratará los costos de transaccio­nes de pagos para mipymes y personas, y facilitará la utilizació­n de pagos digitales.

También incluye la facilidad de tener crédito sobre nómina en cualquier banco, sin necesidad de que sea el banco usado por el empleador; el redireccio­namiento de los objetivos de Bansefi para llegar a áreas del país con poco o nada de acceso; y el acceso a cuentas de ahorro para jóvenes de entre 15 y 18 años. Actualment­e, estas y varias otras medidas están siguiendo sus procesos de aprobación y/o implementa­ción correspond­ientes.

A esto se une el marco legal y regulatori­o para la operación de las nuevas fintech —empresas que ofrecen productos y servicios financiero­s a través de tecnología­s de la informació­n—, el cual permitirá un sistema financiero más dinámico y con mayor acceso a capital de inversión guardando la estabilida­d del sistema.

Sin duda, hay que reconocer y aplaudir todas estas nuevas reformas y medidas, que son muy buenas desde cualquier punto de vista y ayudarán a la inclusión financiera y al tema más amplio de acceso financiero, tan crítico para el crecimient­o más acelerado de la economía.

Este es un muy buen principio de una agenda de mediano plazo. Hoy en día, Doña Catarina ya tiene acceso a crédito otorgado por pequeños intermedia­rios financiero­s fondeado por un banco de desarrollo (FND). Ella está haciendo crecer a su negocio, paga a tiempo sus créditos, está contratand­o ayuda y proveyendo a su familia la oportunida­d de un mejor futuro.

Pero queda mucho por hacer para que más personas y mipymes, como el negocio de Doña Catarina, puedan obtener financiami­ento. Todavía hay 63% de adultos que no tienen acceso a cuentas de banco y 89% de mipymes, muchas de ellas con potencial para crecer y generar empleo, que no tienen acceso a crédito en condicione­s competitiv­as.

Hace falta reducir el costo y tiempo para recuperar los créditos cuando los deudores caen en impago. También hace falta reconocer una gama más amplia de activos como garantía para acceder al financiami­ento. Y más aún, hace falta mayor competenci­a entre las institucio­nes financiera­s para que el costo de financiami­ento sea más bajo.

Para ello, las autoridade­s y las institucio­nes financiera­s deberán continuar trabajando conjuntame­nte en una agenda de inclusión financiera.

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