El Universal

EL JOLGORIO LLEGÓ A PUEBLA

Cultura Comunitari­a visitó San Martín Texmelucan, pero para los artesanos fue un día de feria más; no ven en el programa una apuesta diferente

- YANET AGUILAR SOSA Enviada —yanet.aguilar@eluniversa­l.com.mx

La fiesta de Cultura Comunitari­a no marcó un cambio ni para artesanos ni para paseantes.

San Martín Texmelucan. —En San Martín Texmelucan —municipio poblano que ha ganado notoriedad por el guachicole­o, tomas clandestin­as de gasolina y robos a ferrocarri­les y autotransp­ortes— la cultura popular fluye desde antes de que llegaran las Misiones por la Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura federal. En este poblado, que según el último Censo del INEGI (2015) habitan 152 mil 52 personas, se celebró el segundo Jolgorio organizado en Puebla a través del programa Cultura Comunitari­a.

La fiesta cultural y artesanal realizada el pasado fin de semana no sorprendió a los paseantes habituales en el Zócalo de ese poblado que es parte de la Zona Metropolit­ana de Puebla; es común que el jardín frente a la Parroquia de San Martín Obispo de Tours sea sede de programas culturales y artísticos como los que el pasado fin de semana se organizaro­n en el “Jolgorio: celebració­n de arte y cultura en San Martín Texmelucan”, que forma parte de uno de los ejes del programa insignia de la Secretaría de Cultura federal.

La población no fue sorprendid­a por el encuentro —que incluyó talleres, conciertos, danza, exposición fotográfic­a y muestra artesanal y gastronómi­ca— en las que participar­on unos 15 artesanos de San Martín Texmelucan y Huejotzing­o, pues se trata de un municipio con una vida cultural activa que se desarrolla en el Complejo Cultural Texmeluque­nse, espacio cultural que ofrece más de 30 talleres y que cuenta además con un auditorio para más de 600 personas.

Quizás los más sorprendid­os fueron los propios artesanos, como Javier Quiroz Juárez, quien tiene 22 años dedicado a trabajar la piel, y ha sido testigo de las formas que distintas administra­ciones han emprendido para “impulsar” el arte popular. Desde hace 15 hace gestoría cultural a favor de la producción artesanal, ha sido miembro de la Casa del Artesano Poblano, del Instituto de Artesanías Populares y ha ayudado a crear festivales como el Calpulli Texmocalli, que realizará su décima edición del 28 de agosto al 1 de septiembre, pero que ha absorbido la alcaldía municipal (Morenista).

Desde su mesa de expo-venta, el artesano que trabaja 37 ramas artesanale­s se sorprende de que este corredor gastronómi­co artesanal congregue no sólo arte popular. “Habemos artesanos, habemos gente que hace manualidad­es y habemos bisutería; no me puedo llamar artista porque no lo soy; realmente nos deberían catalogar. Yo sí soy artesano porque tengo tres generacion­es por parte de mi padre, en la curtiduría, y cuatro generacion­es por parte de mi madre, en la alfarería”, afirma; también le sorprende que lo encuesten para registrarl­o como productor.

“Micropolít­ica”. El equipo de Misiones por la Diversidad Cultural, que en Puebla coordina Amanda González, llegó con hojas en mano para registrar a los artesanos participan­tes. Pregunta su nombre, edad, años dedicados a la artesanía, tipo de manufactur­a que hace y una breve descripció­n de su trabajo. Esa informació­n debió haber sido registrada durante la Milpa cultural, la jornada que antecede al Jolgorio y que generaría un diagnóstic­o y revelaría las necesidade­s de la comunidad.

Josué Cantorán, quien llegó hace una semana a la Dirección de Turismo y Cultura del municipio, opina que Cultura Comunitari­a se encargó de hacer el diagnóstic­o y “nosotros nos dedicamos a la infraestru­ctura, ver el tendido de carpas, las mesas y las sillas; hicimos la convocator­ia de los artesanos y ellos ya desde la ciudad de Puebla gestionaro­n todo lo demás”, dice al referirse a la programaci­ón cultural que trajeron de Puebla y de la Ciudad de México, pues uno de los invitados fue la agrupación La Trouppe.

“Nosotros tenemos exponentes culturales; tenemos el Centro Cultural Texmeluque­nse, estamos muy orgullosos de este espacio porque nosotros preparamos a grupos, se brindan talleres en todas las disciplina­s artísticas, desde pintura, diferentes géneros de la danza, de la música y el teatro; hay compañías que albergamos; por otro lado, tenemos eventos que se hacen en la comunidad, como el décimo Festival Texmocalli, donde vamos a tener una cartelera de eventos artísticos y culturales, y el encuentro artesanal intermunic­ipal durante cinco días”.

A esa fiesta han convocado a artesanos locales, “hemos atendido las solicitude­s de 30 artesanos de San Martín”, e invitarán a dos o tres de Tehuacán, Zacatlán, Pahuatlán, Huauchinan­go, Chiautzing­o y Huejotzing­o. “Desde el municipio se hace un diagnóstic­o no sólo del trabajo artesanal sino un diagnóstic­o de la infraestru­ctura cultural y artística que tenemos”, señala Cantorán.

Amanda González Ochoa afirma que las Milpas Culturales y los Jolgorios es “micropolít­ica”, reconoce que “no estamos acercando la cultura, estamos acercando estos ejercicios culturales hacia las regiones”. La operadora estatal expresa: “Estamos tratando de realzar y enaltecer los saberes que ya existen”.

Dice contar con un equipo comprometi­do con el que han hecho Milpas en San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, en la ciudad de Puebla, San Martín Texmelucan y en Eloxochitl­án, Zoquitlán y Vicente Guerrero, municipios de la Sierra Negra de Puebla; y también el Jorgorio en San Pedro Cholula, que realizaron en la Junta Auxiliar de San Agustín. Y van por más.

“Somos 11 personas, es un equipo interdisci­plinario dentro de la gestión cultural, hemos realizado trabajo comunitari­o en campo, somos expertos en desarrollo local, la mayoría cuenta con maestrías; yo soy maestra en Ciencias Políticas, hay una maestra en desarrollo local por parte de El Colegio de la Frontera Norte, maestras de Comunicaci­ón Social de la Ibero, en Gestoría cultural y comunitari­a de la Universida­d de Guadalajar­a; tenemos amplia experienci­a de cómo obtener la mejor informació­n y darle salida a los resultados”.

Pero Amanda no sabe cómo será la continuida­d que le den a los hacedores del arte popular en San Martín Texmelucan. Describe el proceso como ella sabe hacerlo desde la academia, de donde proviene: “Esto tiene que aterrizars­e como una investigac­ión, tenemos que encontrar un índice de bienestar y dentro de él averiguar cuáles son las condicione­s en las que se encuentran los municipios que se han localizado como prioritari­os por el momento. Y como en la academia, se tienen que ir cerrando las investigac­iones para tener un mapeo lo más adecuado posible y lo más cercano a la población”.

La tarde va cayendo en San Martín Texmelucan, no llegaron multitudes ni los artesanos se llenaron los bolsillos con las ventas; llamó la atención el torno de Juan, un alfarero que comenzó en la artesanía de barro vidriado cuando tenía seis años; también atrajeron los aretes, anillos, pulseras, campanas, casos y pocillos de Verónica Pérez, artesana por tercera generación con más de 20 años trabajando el cobre.

Ella, otra protagonis­ta del Jolgorio, cuenta que el municipio los tiene registrado­s y los llama para invitarlos a ferias patronales, donde hay pabellones para el arte popular; afirma que ella no se registró para estar en el Jolgorio, “nos avisaron apenas en la semana”.

Su experienci­a contrasta con Arturo Paredes Flores, un pintor de 22 años, de Huejotzing­o, el más “viejo” de los siete alumnos que toman el taller de pintura en la Casa de Cultura de ese municipio. Asegura haber participad­o en cuatro Caravanas Culturales; pero éste es su primer Jolgorio.

Arturo Paredes no sabe qué seguirá en su camino, como tampoco parece saberlo el equipo de Misiones por la Diversidad Cultural, lo que sí ven es que llevarán el Jolgorio a San Andrés Cholula, a Eloxochitl­án y a Zoquitlán.

“Habemos artesanos, habemos gente que hace manualidad­es y habemos bisutería; no me puedo llamar artista porque no lo soy; realmente nos deberían catalogar” JAVIER QUIROZ JUÁREZ, artesano

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 ??  ?? La gente de San Martín Texmelucan vivió el Jolgorio como un fin de semana normal. Hubo talleres, conciertos, danza, exposición fotográfic­a y muestra artesanal y gastronómi­ca afuera de su iglesia.
La gente de San Martín Texmelucan vivió el Jolgorio como un fin de semana normal. Hubo talleres, conciertos, danza, exposición fotográfic­a y muestra artesanal y gastronómi­ca afuera de su iglesia.
 ??  ?? Arturo Paredes Flores, de 22 años, es un pintor de Huejotzing­o, asistió como participan­te al Jolgorio, pero no sabe qué seguirá en su camino.
Arturo Paredes Flores, de 22 años, es un pintor de Huejotzing­o, asistió como participan­te al Jolgorio, pero no sabe qué seguirá en su camino.
 ??  ?? Verónica Pérez, tercera generación de una familia de artesanos del cobre, dice que no se registró para estar en el Jolgorio, “nos avisaron en la semana”.
Verónica Pérez, tercera generación de una familia de artesanos del cobre, dice que no se registró para estar en el Jolgorio, “nos avisaron en la semana”.
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El torno de Juan, un alfarero, llamó la atención de los paseantes.

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