Los inicios del Tren Maya se planearon desde el Porfiriato
Este proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo tuvo su origen con Porfirio Díaz, como el resto de la red ferroviaria nacional
La construcción de los ferrocarriles (FFCC) en nuestro país se planteó desde los inicios del proceso de Independencia de España, de acuerdo al maestro en Administración de Negocios, Víctor Manuel García.
No obstante, según García, fue durante el periodo Porfirista cuando la mayor parte de las vías férreas con que actualmente cuenta el país fueron instaladas.
Los trazos de las líneas férreas originalmente siguieron las rutas de los caminos comerciales que se hacían a pie o sobre animales.
Si bien en 1850 se inauguró el primer tramo de vía (13.6 km) que unió al Puerto de Veracruz con los llanos de “El Molino”, los permisos para la construcción de las líneas de Yucatán se otorgaron en el primer periodo de Porfirio Díaz (1876-1880) a particulares mexicanos.
En 1902, con patrocinio local, los Ferrocarriles Unidos de Yucatán se anexaron a los existentes en la Península. Estas líneas estuvieron aisladas respecto las demás hasta 1958, cuando se ensanchó el ramal Mérida- Campeche y su conexión con el Ferrocarril del Sureste.
Los FFCC fueron uno de los elementos que contribuyeron, junto con la inversión extranjera, a sentar las bases de la economía mexicana, ya que permitieron por un lado el intercambio comercial de bienes, la movilidad de la población, abaratar los costos de transporte y la explotación de grandes regiones mineras; también promovió el crecimiento de la agricultura e igualmente una industria incipiente.
Entre los efectos negativos de estas obras, está el hecho de que muchas comunidades indígenas fueron despojadas de sus tierras porque estaban dentro de los planos del ferrocarril, contrario del trato especial que hubo con las propiedades de ricos e influyentes.
El proyecto del Tren Maya propuesto por el presidente López Obrador, puede sufrir la misma suerte que su predecesor, aunque con nuevos desafíos como el impacto ecológico, el rechazo social de algunos sectores a nivel nacional e internacional, el impacto cultural y el impulso de la industria del turismo, entre otros.
Según la información del gobierno mexicano, el proyecto usará los rieles construidos en el pasado y adicionará nuevos; cuidando de no afectar el ecosistema de la región.
De la ruta proyectada de Cancún, Quintana Roo, hacia Palenque, Chiapas, están algunos tramos que fueron instalados en el Porfiriato los cuales unen Mérida, Maxconú, Campeche, Escárcega, Tenosique y Palenque. Se construirían los segmentos para unir Izamal, Chichen Itzá, Valladolid y Cancún.
La otra ruta iría de Cancún a Escárcega, enlazando Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum, Bacalar Xpujil y Kalakmul, uniéndose con la primera mencionada, para llegar también a Palenque.
Con una longitud de aproximadamente mil 525 kilómetros de recorrido en la región sur y sureste del país, el plan abarca los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo y contempla tener construidas 15 de las más de 50 estaciones para el 2023.
Se tiene contemplada la división en tres secciones: la selva, el Golfo y el Caribe con un costo aproximado de entre los 120 a los 150 mil millones de pesos con financiamiento de inversión pública y privada durante los 4 años planeados de construcción. Similar a lo ocurrido en el Porfiriato, donde se financió la mayoría de la construcción de los ferrocarriles con inversión nacional y extranjera directa privada.
Su finalidad, dice Rogelio Jiménez, director del Fondo Nacional del Fomento al Turismo, es buscar una derrama económica y generación de empleo; respetando la ley y la opinión pública.
Según se reportó en este diario el 29 de enero del presente año, ya hay negociaciones con empresas de Europa, Asia y Canadá.
Algunos tramos del Tren Maya y la construcción de la mayoría de los kilómetros de vía de la actual red tienen un origen común, el Porfiriato. Proyectados con objetivos casi similares, con diferentes perspectivas y con distintos desafíos. El tiempo es el que arrojará los datos reales para evaluar su desempeño e impacto en la zona.