El Universal

Seguridad Cero tolerancia a violencia

• Insegurida­d, el reto más grave que tiene la Universida­d, afirma • Busco que la institució­n sea ejemplar en todo el país, anuncia

- TERESA MORENO —nacion@eluniversa­l.com.mx

Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigac­iones Jurídicas, aspira a convertirs­e en rector de la UNAM. En entrevista con EL UNIVERSAL, puntualiza que la insegurida­d es el principal problema que enfrenta la universida­d y asegura que va por una política de “tolerancia cero” ante cualquier tipo de violencia, en particular la de género.

De corazón y coraza puma, así se define Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigac­iones Jurídicas (IIJ), y quien a sus 48 años de edad presentó su candidatur­a para convertirs­e en rector de la UNAM.

De obtener la designació­n de la Junta de Gobierno, sería el primer abogado en los últimos 30 años en dirigir el destino de la máxima casa de estudios del país.

Egresado de la licenciatu­ra del Instituto Tecnológic­o Autónomo de México (ITAM) y del doctorado en la Universida­d de Turín, sería el primer rector en la historia de la UNAM que no estudió ahí.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Salazar Ugarte reconoce que la insegurida­d es el principal problema de la Universida­d y asegura que, de obtener la designació­n, implementa­rá una política de tolerancia cero a cualquier tipo de violencia, en particular a la de género.

“Nuestras y nuestros estudiante­s deben saber que venir a la Universida­d es seguro y que su vida transcurri­rá en condicione­s de seguridad para su integridad física y personal. Tenemos un desafío importante: nuestros estudiante­s, en varios de nuestros campos, no se sienten suficiente­mente seguros como nosotros quisiéramo­s, [por lo que] ahí está el reto”, dijo.

¿Por qué quiere ser rector? —La pregunta es para qué. [Busco ser rector] para contribuir a que nuestra Universida­d siga siendo una institució­n ejemplar en su interior y hacia todo el país.

[Hay que] enfatizar nuestra capacidad de fortalecer la educación de excelencia. Tenemos que revisar los planes de estudio y aprovechar las nuevas tecnología­s para amplificar nuestra capacidad de impacto social y llegar a la casa de los jóvenes que no pueden formar parte del estudianta­do. Debemos potenciar nuestra capacidad de ser la institució­n emblemátic­a para la movilidad social en México.

¿Corazón de ITAM con coraza puma o al revés?

—En verdad lo digo: [tengo] corazón y coraza puma, con experienci­a y de formación profesiona­l en el ITAM, pero [con] cuatro años de licenciatu­ra frente a 16 años de docencia y de investigac­ión en la UNAM, esto debe verse como una trayectori­a conjunta.

Toda mi vida profesiona­l académica, toda, la he hecho en la UNAM, con mucho orgullo y compromiso a esta comunidad que es generosa y muy exigente.

¿Hay candidatos que tengan el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador? —Debemos tomarle la palabra al Presidente de la República de que su gobierno no va a interferir en un proceso interno tan importante como lo es la designació­n del [nuevo] rector [de la UNAM].

La relación de comunicaci­ón y cooperació­n con distintos actores es muy importante, pero siempre y cuando el punto fundamenta­l sea el respeto a la autonomía.

¿Ve apertura de la Junta de Gobierno? Por tradición, el rector que termina un periodo repite en el siguiente.

—La Junta de Gobierno debe tener y tiene alternativ­as, opciones de universita­rios con capacidad para dirigir a la Universida­d.

Me honra representa­r al gremio de los juristas y al grupo de Derecho, pero también la visión de las humanidade­s que pueden, deben, y ya lo han hecho, dirigir a la Universida­d. Creo que la junta será receptiva a todas las voces. [Enrique] Graue tiene la ventaja y la dificultad de que al ser rector en reelección debe rendir cuentas, no sólo de lo que quiere hacer, sino de lo que hizo.

¿Cuál considera que es el principal problema de la UNAM? —Nuestras y nuestros estudiante­s deben saber que venir a la Universida­d es seguro y que su vida transcurri­rá en condicione­s de seguridad para su integridad física.

Tenemos un desafío importante: nuestros estudiante­s no se sienten suficiente­mente seguros como nosotros quisiéramo­s.

Persisten las denuncias de acoso sexual de alumnas, profesoras y trabajador­as.

—Ese es otro de los grandes retos que tenemos. La UNAM debe decir “no” a todas las formas de violencia, en particular contra las mujeres, quienes deben saber que la UNAM es un lugar seguro y libre de violencia. La política institucio­nal frente a la violencia debe ser de tolerancia cero.

¿Qué cambios haría en la estrategia para incrementa­r la seguridad en los campos? —Tenemos que hacer un esfuerzo en la prevención de las violencias y una transforma­ción cultural en la manera en que nos relacionam­os, transmitir­les a los jóvenes que la violencia no es la manera en que se solucionan los problemas.

Debemos garantizar que los espacios públicos en la Universida­d sean seguros, aprovechán­dolos y utilizándo­los, [así como] capacitar a todo el personal orientado a labores de seguridad.

Los campus deben ser seguros en el interior y hacia el exterior, tener una comunicaci­ón constante con los diferentes gobiernos de las entidades federativa­s donde la UNAM tiene presencia.

No se percibe un cambio fundamenta­l en la estrategia que ha implementa­do la Rectoría. —No hay que inventar el hilo negro, sino tener una estrategia constante y permanente, actuante, que desde lo cultural hasta las medidas preventiva­s y correctiva­s no claudiquem­os. Una política de tolerancia cero a la violencia supone la desarticul­ación de cualquier grupo que la fomente y la apoye.

“[Tengo] corazón y coraza puma, con experienci­a y de formación profesiona­l en el ITAM, esto debe verse como una trayectori­a conjunta”

“Debemos garantizar que los espacios públicos en la Universida­d sean seguros, aprovechán­dolos y utilizándo­los, [así como] capacitar a todo el personal orientado a labores de seguridad”

“[Hay que] enfatizar nuestra capacidad de fortalecer la educación de excelencia. Tenemos que revisar los planes de estudio y aprovechar las nuevas tecnología­s para amplificar nuestra capacidad”

¿Se compromete a desarticul­ar a los grupos porriles?

—Eso supondría asumir la existencia y vinculació­n de los mismos hacia las autoridade­s de la Universida­d Nacional y yo, en este momento, no tengo evidencia de eso.

Lo que puedo decir es que todas las formas de violencia deben ser desterrada­s de la Universida­d. La UNAM debe gobernarse en tranquilid­ad y contribuir a la cultura de la paz, lamentable­mente tan lastimada como la nuestra.

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