El Universal

“Frenemos inmigració­n en Quebec”

- VÍCTOR SANCHO Enviado

••• St. Bernard de Lacolle, Quebec.— El tema migratorio no está en debate en Canadá. La imagen de un país acogedor y que da la bienvenida a los inmigrante­s no entra en discusión, más allá de propuestas políticas de los muchos vacíos legales de su sistema migratorio meritocrát­ico, y el intento de ajustar una política de asilo muy generosa. Sin embargo, el Partido Popular Canadiense (PPC), una escisión ultraderec­hista del Conservado­r de Andrew Scheer, ha tratado de ponerlo en primera página, utilizando retóricas y tácticas que calcan las que se viven en Estados Unidos con el republican­o Donald Trump.

Este sábado, a escasos metros de la frontera con Estados Unidos, unos 200 miembros de grupos ultranacio­nalistas y ultraderec­histas canadiense­s intentaron mostrar una imagen de fuerza de su oposición a la supuesta política de “puertas abiertas” a lo migrantes de Justin Trudeau, a quien gritaron que “hay que echar” del gobierno del país. “Frenemos la inmigració­n ilegal en Quebec”, rezaba una pancarta, en la que se mezclaron banderas de Canadá y la región francófona con símbolos tachados de Naciones Unidas y personas con vestimenta casi militar o gorras de: “Make Canada Great Again”.

Entre ellos se coló un ultra con una máscara de luchador mexicano con una bandera de México en la frente, que confesó habérsela puesto simplement­e para ocultar su identidad. Quizá sin tener en cuenta el mensaje esquizofré­nico que estaba transmitie­ndo. Acordonado­s por una fuerte presencia policial, a escasos metros se manifestar­on activistas proinmigra­ntes. En la zona de la protesta está Roxham Road, uno de los cruces de indocument­ados más activos de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, que ayer estaba bloqueado por un par de coches de policía que impedía el paso hasta el punto exacto que divide ambos países.

Según los activistas, los ultraderec­histas quieren que ese bloqueo sea permanente “y quizá incluso que se construya un muro”, a la par de la promesa de Donald Trump para la frontera con México, dijeron en un tono entre la broma y la preocupaci­ón. “No hay una crisis en nuestra frontera, la crisis está en los países de origen”, dijo Wendy Ayotte, de la asociación Bridges not borders. “Es de risa decir que es una invasión”. Según cifras de las autoridade­s canadiense­s, más de 50 mil personas han cruzado por ese punto de manera irregular desde 2017; según los activistas, después que en verano de ese año hubiera un pico de cruces, ahora se promedia la llegada de 43 migrantes al día, en descenso en comparativ­a con años anteriores.

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