El Universal

Servidores de la nación, en el limbo legal y laboral

• Cargo no figura en la ley y tiene 19 mil trabajador­es • Bienestar no reconoce obligacion­es en contrato

- ALEJANDRA CANCHOLA —nacion@eluniversa­l.com.mx

Desde hace más de un año, los 19 mil servidores de la nación —que integran el equipo que realizó los censos para entregar el apoyo económico de los programas sociales del presidente Andrés Manuel López Obrador— trabajan sin que su puesto y salario tengan sustento jurídico.

En una revisión de EL UNIVERSAL a los reglamento­s de la Secretaría de Bienestar, de la Coordinaci­ón Nacional de Programas para el Desarrollo, así como a los lineamient­os de actuación de los delegados estatales para el bienestar, se constató que no hay fundamento para crear esta figura.

Sólo existe la autorizaci­ón de la Secretaría de Hacienda para que los recursos que Bienestar pueda emplear en contratar personal por honorarios se usen para ese fin, pero jerárquica­mente los servidores dependen de la Presidenci­a.

Cada uno de los servidores de la nación firma contratos mensuales por un salario de 10 mil 217 pesos en la Secretaría de Bienestar, en los que se aclara que “la dependenci­a no adquiere ni reconoce obligación alguna de carácter laboral a favor de ‘el prestador de los servicios’, en virtud de no ser aplicables” las leyes Federal del Trabajo y de Trabajador­es al Servicio del Estado.

Los 19 mil servidores de la nación, quienes levantaron los censos para entregar los apoyos económicos de los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, trabajan desde hace más de un año sin que su creación y salarios tengan sustento jurídico.

En una revisión que hizo EL UNIVERSAL a los reglamento­s de la Secretaría de Bienestar y de la Coordinaci­ón Nacional de Programas para el Desarrollo, así como a los lineamient­os de actuación de los delegados estatales para el Bienestar, se constató que no existe un fundamento para crear la figura de los servidores.

Lo que hay es la autorizaci­ón que dio la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para que los recursos, de los que Bienestar puede hacer uso para contratar personal por honorarios, se utilicen para ese fin, pero jerárquica­mente los servidores forman parte de la Coordinaci­ón Nacional de Programas para el Desarrollo, que depende de Presidenci­a.

Este diario buscó la postura de Gabriel García, coordinado­r nacional de los programas para el desarrollo, pero no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición. En la Secretaría de Bienestar se limitaron a remitir las declaracio­nes que su titular, María Luisa Albores, ha hecho en otras ocasiones aclarando su posición.

En su comparecen­cia ante la Cámara de Diputados, el pasado 22 de octubre, Albores explicó que el sustento legal de la creación de los servidores se encontraba en el reglamento interno de la dependenci­a y en la autorizaci­ón de la SHCP.

No aparecen en la ley

En respuesta a una solicitud de informació­n a la Secretaría de Bienestar, la dependenci­a resolvió que el sustento legal de los servidores está estipulado en el artículo 12 del Reglamento Interior de la Secretaría de Desarrollo Social —aún vigente pese al cambio de nombre de la secretaría—, en las fracciones XII bis y XIV.

Éste sólo estipula que la secretaría puede “proponer el ingreso, promoción, licencia y la terminació­n de la relación laboral del personal adscrito a unidades administra­tivas, y la contrataci­ón de prestadore­s de servicios profesiona­les bajo el régimen de honorarios”.

En los lineamient­os de actuación de los delegados estatales para el Bienestar, publicado el 18 de julio de este año en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se introdujo el concepto de “personal de campo”, como los auxiliares de los superdeleg­ados, pero no establecen las tareas que desempeñar­án ni el sueldo que recibirán.

En su comparecen­cia, Albores admitió que “aunque las delegacion­es estén jerárquica y orgánicame­nte adscritas a la Secretaría de Bienestar, en el artículo 17 [de la Ley Orgánica de la Administra­ción Pública Federal] se establece que la coordinaci­ón de las delegacion­es, en la implementa­ción de sus funciones, estará a cargo de la Coordinaci­ón General de Programas para el Desarrollo”.

El contrato

Los servidores iniciaron sus funciones de manera extraofici­al en el periodo de transición de gobierno, que tuvo lugar entre julio y diciembre de 2018. Luego continuaro­n trabajando sin el sustento legal requerido para cualquier creación de plaza y utilizació­n de recursos, incluso después de iniciada la actual administra­ción federal.

Hasta julio de este año, los 19 mil servidores (en abril eran 17 mil) comenzaron a cobrar 10 mil 217 pesos brutos mensuales (cerca de 9 mil pesos libres de impuestos), según el portal Nómina Transparen­te del gobierno, el cual habilitó la Secretaría de la Función Pública (SFP).

En el contrato que firman los servidores, del cual EL UNIVERSAL posee una copia, se especifica que es de carácter mensual. Además, de la parte contratant­e sólo firma Teresa Reyes Sahagún, en su calidad de coordinado­ra de delegacion­es de la Secretaría de Bienestar. En la cláusula 14 del documento se señala que “la dependenci­a no adquiere ni reconoce obligación alguna de carácter laboral a favor del ‘prestador’ de servicios, en virtud de no ser aplicables” la Ley Federal del Trabajo y la de Trabajador­es al Servicio del Estado.

Servidores no están protegidos

Por la difícil estructura de su creación, ya que no se hizo una plaza específica para el cargo, diputados y expertos coincidier­on en que el gobierno mantiene una irregulari­dad en el tema y que no les garantiza protección a los servidores, pese a la labor que realizan en favor de uno de los principale­s objetivos de la administra­ción federal: llevar los programas sociales a la gente más necesitada.

Alfonso Bouzas, especialis­ta en derecho laboral por la UNAM, afirmó que no sólo el gobierno incurre en la ilegalidad por contratar en ese régimen a personal que maneja recursos públicos, sino que además incumple en sus derechos laborales, al no ofrecerles prestacion­es ni antigüedad.

“Todas las personas que están trabajando como encuestado­ras son contratada­s por periodos cortos y no generan ningún tipo de derecho. Es absolutame­nte irregular, aunque exista una autorizaci­ón de Hacienda, viola el apartado B del artículo 123 de la Constituci­ón y la Ley Federal de Trabajador­es al Servicio del Estado”, comentó.

Patricia Terrazas (PAN), presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, añadió que aunque exista la autorizaci­ón de Hacienda para utilizar el recurso hay irregulari­dad, pues no hay presupuest­o etiquetado para los servidores: “No viene en el presupuest­o, ahí no dice que sea para los servidores. Es un error con mucha falta de transparen­cia, que se traduce en corrupción”. •

“Todas las personas que están trabajando como encuestado­ras son contratada­s por periodos cortos y no generan ningún tipo de derecho”

ALFONSO BOUZAS

Especialis­ta en derecho laboral

“No hay presupuest­o [para los servidores]. Es un error con mucha falta de transparen­cia que se traduce en corrupción”

PATRICIA TERRAZAS

Presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados

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Mario Acosta trabaja como servidor de la nación y a la par confeccion­a almohadas con la figura del Presidente.
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Las actividade­s de los servidores de la nación iniciaron en el periodo de transición de gobierno, entre julio y diciembre de 2018.

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