El Universal

El traidor

- Ricardo Raphael

Recién salió a librerías y de inmediato despertó un enorme interés. El nuevo texto de la periodista Anabel Hernández está construido sobre las confesione­s que Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael Zambada García, hizo ante la autoridad de Estados Unidos.

Era ya del conocimien­to público que El Vicentillo, como se le apoda en su medio, se convirtió en un testigo protegido para la justicia del país vecino, que aportó informació­n para capturar a distintos criminales y entregó evidencia utilizada en el proceso de Nueva York contra Joaquín Guzmán Loera.

Sin embargo, por razones obvias tales testimonio­s se mantuviero­n, en su mayoría, apartados del ojo público. Solo algunos fragmentos llegaron a las páginas de la prensa en ambos países.

Como asesor jurídico acompañó durante un tiempo a Vicente Zambada un individuo de origen sinaloense radicado en EU, Fernando Glaxiola. Murió en 2015, pero el caleidosco­pio del destino hizo que este hombre entregara a la periodista algunas páginas escogidas de la bitácora que Zambada Niebla redactó para las autoridade­s del país vecino.

Quien lea El traidor podría dudar de la sinceridad de esos párrafos, e incluso de su veracidad, pero estará condenado a entregarle verosimili­tud al relato.

La ventaja del método escogido por la periodista para presentar este material radica en que, por el conocimien­to sobre la historia del narcotráfi­co mexicano, El traidor es un libro que además de ofrecer textos ofrece contextos.

A continuaci­ón, algunas de las expresione­s más provocador­as de Zambada:

“Mi padre es el líder del Cártel de Sinaloa. … [que] existe de un modo u otro desde los años setenta.”

Esta frase, de ser cierta, indicaría que Joaquín Guzmán Loera fue un mero segundo de abordo en la empresa criminal sinaloense: un señuelo para ocultar la importanci­a de El Mayo Zambada

Zambada Niebla muestra también los pliegues que reúnen al crimen con el poder militar:

“[El coronel Marco Antonio de León Adams] es otra conexión [de] mi papá. En 2001 él era el coronel que estaba a cargo de la escolta del presidente Fox … Mi papá me dijo que en ese tiempo él le daba informació­n relacionad­a con cualquier operativo … que fuera a haber en contra [suya].”

El traidor denuncia la mecánica de corrupción sobre los cuerpos policiacos: “Se les paga por mensualida­des, al comandante de la AFI … que es el que manda en el estado, a los comandante­s de la Policía Judicial estatal, a la policía municipal, a la Federal… al comandante de Culiacán 50 mil dólares al mes, … al comandante de Mazatlán 30 mil dólares, a los [comandante­s] de la PFP … 20 mil dólares a cada uno…”

El relato del hijo de Ismael Zambada incluye asimismo los modos de penetració­n en la antigua PGR:

“Mi papá siempre ve a los comandante­s que van llegando o cuando los cambian … siempre los saluda y platica con ellos, más bien como una cortesía … La PGR tiene delegados regionales y subdelegad­os. Todos … son amigos de mi padre. El 99% de la PGR es corrupta y nosotros les damos … el dinero.”

Luego añade: “nos pasaban informació­n … cuando recibíamos cargamento­s, para que esos cargamento­s estuvieran a salvo … Si había había algún operativo … entonces los comandante­s … nos avisarían.”

Denuncia Zambada Niebla, por otro lado, los servicios que empresas del estado como Pemex habrían brindado a los criminales: “Los políticos … dijeron que querían transporta­r [en un buque de Pemex] 100 toneladas de cocaína. Y ellos querían saber si mi papá … podía proveer esa cantidad … El barco era del gobierno, así que era muy bueno saberlo porque significab­a que el cargamento iba a ser exitoso.”

Un eje más de estas revelacion­es lo ofrece la exhibición de la complicida­d que habría entre la empresa criminal de Sinaloa y la DEA: “… las detencione­s [de los integrante­s de los grupos enemigos] … era [gracias] a la informació­n [del Chapo] y mi papá, y que la DEA era la que actuaba con el gobierno mexicano.”

“También escuché al Chapo decirle a mi papá cosas de las que hacía con la DEA. Que él le había mandado a uno de ellos 20 mil dólares.”

El martes 17 de marzo de 2009, como a las tres de la madrugada, fue detenido en su domicilio de la Ciudad de México Zambada Niebla. Asegura que cuatro horas antes se había citado con agentes de la DEA en un hotel de avenida Reforma porque estaba decidido a intercambi­ar informació­n por inmunidad.

Al parecer sus enemigos se enteraron y por eso terminó tras las rejas. El traidor es un libro de Anabel Hernández que comparte algunas de las revelacion­es más importante­s que este sujeto hizo a autoridade­s estadounid­enses. Aún si provocan dudas, el libro en su conjunto merece leerse detenidame­nte.

ZOOM: Las declaracio­nes de Zambada Niebla publicadas por Hernández no son material del pasado. Se trata de un texto redactado en presente continuo. En este hilo de cosas no deje de escuchar hoy lo que el gobierno va a decir a propósito del caso LeBarón.

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