El Universal

Disputas internas, uso de programas sociales y acarreo evidencian conductas que critica a otros institutos

Morena, un partido nuevo con vicios viejos •

- CARINA GARCÍA —nacion@eluniversa­l.com.mx

Ser el partido más joven de México y con un año en el poder no ha blindado a Morena de reproducir las conductas que criticó a otros institutos políticos y que ofreció evitar: la formación de corrientes internas, disputas por las decisiones partidista­s, los recursos y hasta prácticas “fraudulent­as” para la designació­n de sus dirigentes.

En la elección interna que estaba en curso, anulada por el Tribunal Electoral, se evidenció que Morena carece de un padrón de militantes confiable, además de denuncias de acarreo, agresiones armadas, empleo de programas sociales e injerencia ilegal de funcionari­os.

El estatuto del partido establece que es una organizaci­ón democrátic­a “ajena a corrientes o facciones”, donde está prohibida la perpetuaci­ón en los cargos y el uso de recursos para manipular la voluntad de sus militantes.

Expertos dicen que más que partido es una mezcla de organizaci­ones sin cohesión.

“[Morena] es un coctel de incongruen­cias, con gente de la izquierda ideológica, evangelist­as y expriistas... diversidad sin cohesión” LUIS CARLOS UGALDE Expresiden­te del IFE

Menos de un año bastó a Morena como partido en el gobierno para reproducir las conductas que ofreció evitar a toda costa: formación de corrientes internas, disputa por el control de las decisiones y hasta de los recursos, e incluso prácticas fraudulent­as en su anulado proceso interno de elección de dirigencia­s.

Según se hizo evidente en sus elecciones internas, anuladas el 30 de octubre por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Morena tiene los mismos problemas de otros partidos: carece de un padrón de militantes confiable, tiene procesos internos conflictiv­os, con denuncias de acarreo, uso de programas sociales e injerencia ilegal de funcionari­os públicos.

Así, aunque el estatuto del partido prevé una organizaci­ón democrátic­a “ajena a corrientes o facciones”, donde está prohibida la perpetuaci­ón en los cargos y el uso de recursos para manipular la voluntad, ser el partido más joven de México no lo ha blindado de esas viejas prácticas.

De hecho, según los especialis­tas, Morena tiene registro oficial como partido, pero en realidad no lo es.

El politólogo Luis Carlos Ugalde, expresiden­te del Instituto Federal Electoral (IFE) analiza: “Esta no es la crisis de un partido, sino los conflictos que se generan cuando una organizaci­ón se quiere convertir en un partido. Son varios movimiento­s de líderes que se juntaron para ganar la presidenci­a con López Obrador y una vez que lo logran no saben qué hacer.

Ser partido requiere procesos democrátic­os, disciplina, capacidad de negociació­n y no los tienen, “son un coctel de incongruen­cias internas, porque congregan a gente de la izquierda ideológica, a evangelist­as, a expriistas(...) esa diversidad genera que no haya cohesión”.

Para Isidro Cisneros, profesor e investigad­or de la Facultad de Estudios Latinoamer­icanos (Flacso) y expresiden­te del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), Morena está en transición entre un movimiento originalme­nte surgido para capitaliza­r el descontent­o social, y un partido que no logra serlo.

Es una mezcla de organizaci­ones y ciudadanos con una estructura vinculada al Estado, cuya finalidad es el clientelis­mo político para ganar elecciones, estima.

Morena y los servidores de la nación, por ejemplo, son “un miniejérci­to que está a disposició­n del Presidente para realizar una permanente e ilegal promoción personaliz­ada de él y sus candidatos”, asegura. La disputa por el control. Lo anterior explicaría por qué Morena carece de vida partidaria, no tiene iniciativa­s políticas, formación de cuadros ni coordinaci­ón con sus legislador­es o gobernante­s.

Tampoco tiene órganos de dirección cotidiana que operen, si se considera que desde hace al menos ocho meses su Comité Ejecutivo Nacional (CEN) está dividido en dos facciones que se bloquean entre sí, se hacen vacío o impugnan los acuerdos internos.

En mayo estalló ese pleito legal y político entre dos grupos del CEN: uno afín a la secretaria general en funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky, con ocho carteras, y otra a Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional, con siete secretario­s.

Ese mes, éstos últimos presentaro­n como decisión del CEN cambios en temas sensibles para las postulacio­nes y los recursos: la representa­ción ante el Instituto Nacional Electoral (INE), los responsabl­es del padrón y del registro de candidatos.

El tribunal electoral revirtió esas decisiones y desde entonces el conflicto va del INE al TEPJF sin solución, por lo que el CEN es inoperante. Todo se agravó el 7 de julio, cuando en el Consejo Nacional se hicieron acusacione­s por el manejo del padrón y del dinero, mil 567 millones de pesos para Morena este año.

“Son un coctel de incongruen­cias internas, porque congregan a gente de la izquierda ideológica, a evangelist­as...” LUIS CARLOS UGALDE Expresiden­te del IFE

Se señaló ahí a Polevnsky Gurwitz de concentrar los recursos y no entregar 50% al Instituto Nacional de Formación Política (INFP), que la acusó de traición por retener el dinero para operar.

La presidenta denunció al exsecretar­io de Organizaci­ón de Morena, Gabriel García —hoy coordinado­r de delegados del gobierno federal— por rasurar, manipular y manosear el padrón. Hasta hoy, éste sigue cuestionad­o y motivó la anulación de la elección interna, en tanto que el CEN sigue dividido.

Así, tras un año como partido gobernante, Morena sigue sumido en una lucha fraticida entre dos corrientes, de las que no existen en el estatuto, por el registro, el financiami­ento y el control para postular a los candidatos.

Ahora este conflicto tendrá que ser resuelto en 2020 junto con la elección de nuevos liderazgos nacionales, estatales y municipale­s, pues el 20 de noviembre era el plazo para su renovación, y al anularse el proceso interno entró en automático la prórroga de mandato para todos los cuadros dirigentes.

Así, sin fecha para nueva elección ni un proceso de revisión de su padrón de militantes, Morena se encuentra lejos de acatar la sentencia del TEPJF, que le ordenó reponer su elección.

Para Ugalde Ramírez, exconsejer­o presidente del IFE, es previsible que el próximo año sigan las indefinici­ones en ese partido, si es que su líder nato, el mandatario Andrés Manuel López Obrador, no pone orden entre la multitud de liderazgos, grupos e ideologías que conforman Morena.

Cisneros considera que “el éxito de uno [el gobierno] también es el éxito del otro [el partido] y la evaluación de la administra­ción es pésima, mediocre, entonces, vemos que las ambivalenc­ias e incoherenc­ias de la política pública se observan en el partido en el poder”, y éste seguirá a la deriva.

“[Morena y los servidores de la nación son], un miniejérci­to que está a disposició­n del Presidente para realizar promoción” ISIDRO CISNEROS Profesor investigad­or de la Flacso

 ??  ??
 ??  ?? Morena, pese a ser el partido más joven de México, no está exento de vicios y viejas prácticas antidemocr­áticas.
Morena, pese a ser el partido más joven de México, no está exento de vicios y viejas prácticas antidemocr­áticas.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico