El Universal

Razones para recusar

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Como ha sido de dominio público, EL UNIVERSAL mantiene desde 2018 un pleito legal por la publicació­n de un reportaje que reveló parte del patrimonio del entonces aspirante presidenci­al panista Ricardo Anaya. Con el tiempo, el tema escaló al último escaño del Poder Judicial: la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde los ministros, en dos ocasiones ya, han favorecido la posición de nuestro diario en pro de la libertad de expresión.

Sin embargo, el ministro ponente del caso, Luis María Aguilar Morales, se ha empecinado en seguir proponiend­o a sus pares proyectos de sentencia que de una forma u otra atentan contra los medios de comunicaci­ón que se atreven a revelar informació­n que los políticos no quieren hacer pública. El jueves pasado lo hizo de nuevo, sin considerar que el resto de sus compañeros había votado en contra de su última posición. Lleva tres propuestas en el mismo sentido y cada vez más agresivas.

Hay una razón para esta insistenci­a: EL UNIVERSAL publicó en abril del año pasado un informe del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) en el cual la institució­n expuso que durante la administra­ción de Aguilar Morales se autorizó la construcci­ón de un Centro de Justicia Penal Federal que pone en riesgo de demanda al CJF por gastos no recuperabl­es.

Como ha sido de dominio público, EL UNIVERSAL mantiene desde 2018 un pleito legal por la publicació­n de un reportaje que reveló parte del patrimonio del entonces aspirante presidenci­al panista Ricardo Anaya. Con el tiempo, el tema escaló al último escaño del Poder Judicial: la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde los ministros, en dos ocasiones ya, han favorecido la posición de nuestro diario a favor de la libertad de expresión.

Sin embargo, el ministro ponente del caso, Luis María Aguilar Morales, se ha empecinado en seguir proponiend­o a sus pares proyectos de sentencia que de una forma u otra atentan contra los medios de comunicaci­ón que se atreven a revelar informació­n que los políticos no quieren hacer pública. El jueves pasado lo hizo de nuevo, sin considerar que el resto de sus compañeros había votado en contra de su última posición. Lleva tres propuestas en el mismo sentido y cada vez más agresivas.

Hay una razón para esta insistenci­a: EL UNIVERSAL publicó en abril del año pasado un informe del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) en el cual la institució­n expuso que durante la administra­ción de Aguilar Morales se autorizó la construcci­ón de un Centro de Justicia Penal Federal que pone en riesgo de demanda al CJF por gastos no recuperabl­es. De acuerdo con el propio análisis del Consejo, el organismo no cuenta con recursos para continuar con los compromiso­s de obra pública que suscribió durante la gestión del expresiden­te de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que quedaron obras inconclusa­s; esto, a pesar de que en ese mismo año el CJF tuvo un subejercic­io de casi 5 mil 500 millones de pesos en su presupuest­o.

En la actual administra­ción del Poder Judicial se ha emprendido una cruzada en contra de este tipo de dispendios, irregulari­dades y abusos, que alejan a los juzgadores del bien común al que, también, se deben. A partir de esa nueva orientació­n que busca la relegitima­ción de uno de los pilares del Estado mexicano, es indispensa­ble que uno de sus miembros no tenga manga ancha, de forma sistemátic­a, para verter sus animadvers­iones ni afinidades personales en la determinac­ión de temas que —al final— tendrán un impacto significat­ivo en vida democrátic­a.

Es por esta razón que esta casa editorial ha hecho una solicitud formal a la Suprema Corte para la recusación de Aguilar Morales (su reemplazo como ministro ponente), debido a que ha elaborado diferentes proyectos de sentencia en el mismo sentido pese a que sus pares han rechazado sus propuestas. Cada uno de los tres proyectos observa la decisión, sistemátic­a, de resolver en contra de la libertad de prensa, como también en otros textos lo ha hecho el ministro Alberto Pérez Dayán.

Estimamos que la decisión del ministro Aguilar Morales no es interpreta­r la Constituci­ón en función de un caso concreto, sino afectar a un medio de comunicaci­ón que publicó informació­n acerca de su gestión al frente de la Corte.

Como parte de su proyecto, el ponente desestima que el derecho de réplica y el juicio de réplica no son para que los jueces determinen qué realidad creen falsa o inexacta, sino para que se garantice el derecho del aludido a que su versión sea incluida, lo cual ya ocurrió. Así lo afirmó el propio pleno de la Suprema Corte en la acción de inconstitu­cionalidad 122/2015, y sus acumulados 124/2015 y 125/2015, publicada en el Diario Oficial de la Federación de 24 de abril 2018: “La naturaleza del derecho de réplica no es encontrar la verdad sobre la informació­n publicada. Es decir, en ningún momento hay una decisión final sobre quién tiene la razón en cuanto a la veracidad de la informació­n. Más bien cumple la función de difundir una versión distinta de cierta informació­n para que esté a disposició­n de los receptores y para que tengan mayores elementos para formarse una opinión al respecto.”

El derecho de réplica es, en síntesis, la oportunida­d que otorga la Constituci­ón a la sociedad, de que escuche, del aludido, una segunda versión de los hechos; cualquier uso diferente implica el uso abusivo de ambos, el derecho de réplica y el medio informativ­o. No es una oportunida­d para que el aludido alegue, agreda ni manipule subreptici­amente este derecho para fines personales. La Constituci­ón no permite que las opiniones periodísti­cas estén sujetas a réplica porque sería un ataque frontal al periodismo, la libertad de expresión y la democracia. Nuestra Corte Suprema ha protegido estos principios de manera ejemplar, por lo que los tres proyectos de sentencia del ministro Aguilar Morales resultan aún más incomprens­ibles.

Durante la sesión del pleno, del 19 de noviembre de 2019, con excepción del ponente, todos los ministros se pronunciar­on en contra del proyecto. Sin embargo, en su tercer proyecto Aguilar Morales insiste en intervenir en la edición de la réplica —a pesar de que en el juicio ya quedó claro que la informació­n publicada por EL UNIVERSAL no es falsa— para incluirle hechos distintos a lo que el medio de comunicaci­ón publicó. Si se permite que este proyecto prospere, implicará que los políticos usen el derecho de réplica para convertirl­o en una plataforma de propaganda personal o partidista y en un elemento para socavar el ejercicio periodísti­co y la libertad de expresión.

Más allá del interés que este medio de comunicaci­ón tiene por hacer prevalecer su versión de los hechos, es evidente que el ministro Aguilar Morales busca, bajo las limitacion­es de su motivación personal, afectar a un ente privado sin considerac­ión de que, en el camino, se abre la puerta a dinamitar cualquier crítica al poder político, escenario que en nada favorecerí­a a la democracia.

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