El Universal

Militancia a la baja

- Por BENITO NACIF Consejero electoral del INE

El 31 de enero concluyó el periodo que el INE otorgó a los partidos políticos para la depuración de sus padrones de militantes. Durante 2019, se dieron a la tarea de revisar sus archivos a fin de asegurarse que por cada militante registrado hubiera un expediente que acreditara su afiliación voluntaria. Sólo con esta documentac­ión pueden librarse de una multa en caso de una queja ciudadana por “afiliación indebida”.

La falta de control en el manejo de datos personales permitió en el pasado que muchas personas terminaran en el padrón de militantes de algún partido sin tener conocimien­to de ello. Los operadores partidista­s podían tomar la informació­n personal de la ciudadanía de las listas nominales de electores, a las que tuvieron acceso de forma indiscrimi­nada hasta 2015, y en un abrir y cerrar de ojos los registraba­n como militantes. Por ello, las campañas de afiliación podían con facilidad resultar en grandes simulacion­es.

La obligación de los partidos políticos de publicitar los padrones de militantes en sus páginas de internet se concibió como un mecanismo para inhibir la afiliación indebida. Ciertament­e, un porcentaje de quejas provienen de personas que por iniciativa propia ingresan a las páginas de internet de los partidos y descubren con sorpresa que están dados de alta como militantes.

Pero el mecanismo más efectivo ha sido la revisión que el propio INE realiza cuando verifica el cumplimien­to de requisitos de ley para ocupar ciertos cargos que son incompatib­les con la militancia en algún partido político. Tal es el caso de los capacitado­res y supervisor­es electorale­s, los trabajador­es temporales que asisten al INE en la integració­n de las mesas directivas de casilla. La mayor parte de las quejas por afiliación indebida se originan como resultado de esta revisión, que el INE hace cada vez que hay elecciones tanto federales como locales.

A partir de 2014, una vez que el INE empezó a verificar los padrones, el problema de las afiliacion­es indebidas empezó a llamar la atención. Los primeros casos se tradujeron en multas millonaria­s. Sin embargo, el volumen de quejas aumentaba sin que hubiera ningún efecto correctivo. En 2019 el INE buscó una solución de fondo: obligar a los partidos a la depuración de sus padrones de militantes.

El proceso tomó un año y los resultados son asombrosos. En enero de 2019 había en los padrones de los partidos políticos nacionales un total de 13.5 millones de ciudadanos afiliados. Tras la depuración, ese número se redujo a 4.3 millones, algo así como el 5% del padrón electoral. Esto significa que 68 de cada 100 ciudadanos supuestame­nte afiliados fueron dados de baja de los listados. Todos lo partidos tuvieron pérdidas netas, pero los que más vieron disminuida su militancia fueron PRI y PRD.

La militancia y el éxito electoral parecen estar poco relacionad­os. El PRD, por ejemplo, en 2018 tuvo más militantes que votos en las elecciones presidenci­ales. Morena, un partido con tan sólo 314 mil militantes, logró más de 24 millones de votos. Al mismo tiempo, construir y mantener actualizad­o un padrón de militantes resulta costoso. Por eso los partidos optan cada vez más por padrones de militantes pequeños y manejables. La buena noticia es que esto hará que los casos de afiliación indebida disminuyan; la mala es que al mismo tiempo la brecha que separa a los partidos de la ciudadanía se hará todavía más grande.

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