El Universal

El valor de las mujeres

- Por PAOLA FÉLIX DÍAZ Titular del Fondo Mixto de Promoción Turística de la CDMX; activista social y exdiputada

Atodos los mexicanos: Todas las iniciativa­s que surjan de las mujeres, de los hombres, de la sociedad y de los Poderes del Estado en contra de la violencia de género y en favor del respeto pleno de los derechos de las niñas, las adolescent­es y las mujeres son dignas de tomarse en considerac­ión.

En lo personal, me inclino por las expresione­s masivas y pacíficas, así como por las acciones que nos comprometa­mos a emprender desde nuestros contextos más cercanos para lograr transforma­r esa cultura que solapa, fomenta, reproduce y perpetúa la discrimina­ción, exclusión y violencia hacia las mujeres.

Las mujeres somos víctimas de un sinnúmero de violencias: la sexual, la trata de personas y la feminicida, es decir, de las formas más extremas, crueles e inhumanas.

La justicia para la mayoría de las mujeres es inalcanzab­le, los casos que salen a la luz pública y que logran trascender, como los de Ingrid o Fátima, desafortun­adamente no son aislados, suceden de forma cotidiana y recurrente, de ahí que su visibiliza­ción es fundamenta­l porque el común denominado­r es que “no pasa nada”.

“Un día sin mujeres” es una propuesta a la que se han sumado diferentes sectores de la sociedad, la cual respeto y comparto; sin embargo, hay que tomar en considerac­ión que:

1.- Para lograr la visibiliza­ción y el respeto se requiere mucho más que dejar de ir a trabajar.

2.- No a todas las mujeres que dejen de asistir al trabajo les pasará por la conciencia el “ser mujer” ni la violencia de la que somos objeto como género.

3.- Las niñas, las adolescent­es y las mujeres valemos y tenemos derecho a ser respetadas y a que se nos garantice una vida libre de violencia por el hecho mismo de ser personas, y no por nuestras aportacion­es a la vida productiva.

4.- Pueden dejar de ir al trabajo y quedarse en casa solo las mujeres que tienen un ingreso seguro y un estatus económico que se los permite. Aquellas que dependen del ingreso cobrado por día (trabajador­as del hogar, comerciant­es, jornaleras agrícolas, meseras, etc.), que son la mayoría y las más vulnerable­s, segurament­e no podrán hacerlo.

5.- Dejarán de ir a trabajar las mujeres cuyo sistema laboral se los permita.

6.- Muchas mujeres pensarán que es mejor quedarse en casa y no manifestar­se públicamen­te para que no las critiquen o culpen de actos vandálicos.

7.- Para muchas otras mujeres dejar de ir a trabajar significar­á quedarse ahí con sus victimario­s para volver a sufrir abusos, insultos y golpes.

Tal vez me equivoco, pero no dejo de pensar qué habría sido de este país si, por ejemplo, Zapata y Villa se hubieran quedado en su casa en lugar de tomar las armas, o si Andrés Manuel se hubiera encerrado en lugar de salir a las calles y, con la fuerza de las ideas y la razón, dar vida al movimiento social más relevante del siglo XXI en México.

Me pronuncio por que las mujeres tomemos las calles y el mundo entero para ocupar el lugar que legítimame­nte nos correspond­e. Me gusta más la voz y no el silencio. Prefiero la sororidad con mis hermanas y no la complicida­d androcéntr­ica. Elijo dar la batalla en lugar del statu quo.

Espero y deseo que “Un día sin mujeres” tenga un importante impacto en la sociedad y sus sectores para que todas y todos tomemos conciencia sobre la grave situación que vivimos las mujeres en México, bienvenida la propuesta, al igual que otras que abonen a combatir la violencia y establecer una nueva realidad donde sea efectiva la seguridad e igualdad sustantiva entre los géneros.

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